Buenos Aires, 19 de noviembre 2004
Visita de Silo a salita Ramos Mejías
...es una atmósfera, así que, esto funciona. Las salitas en cuestión, se están armando desde algunos grupos sueltos. Se reúnen 3, 4, 5, 6 y no pueden montar una salita. Pero entonces resulta que hay un vecino que tiene una pieza que se las presta. O bien hay un garaje y allí hacen unas reuniones, porque durante el día no está el auto del patrón. Y entonces hacen unas reunioncitas ahí. O bien, como en algunos otros casos, tiene un terrenito pequeño un vecino; y hay otro vecino con unas chapitas que trae los adobes, y el otro trae unas latas, y empieza a montarse una salita. Fantástico, esas salitas. Pero en realidad, para formar las salitas, hay que pasar por grupos que piden las cosas prestadas, que... No es como ustedes, que tienen todo armado. Pero la gente que está armando esas comunidades y esas cosas, lo hacen así con recursos mínimos. Y eso, eso va. No quiero decir que ustedes no van, pero ellos sí van, sí van y son fantásticos. Cómo lo van haciendo, interesante.
Y se reúnen y se agrupan y después, esos grupos que tienen una salita, u otros grupos, en lugar de cortarse solos y que les cueste más el alquiler y que, por varios motivos, conviene que se junten con otros que también quieren montar una salita. Y que no están tan lejos. Y que no están tan lejos. Y utilizan la misma salita. Se reparte el alquiler, de acuerdo, pero también se reparten los días. Se reparten las horas. Entonces no es la idea que de 5 grupos haya 5 salitas. La idea es que de esos varios grupos armen una sola salita. Claro, tienen que estar a cierta distancia. Tienen que estar más o menos cerca. Pero no es tanto eso de cada uno con su salita. No es esa cosa tan individualista y eso, sino, esa cosa más complementaria. Eso está funcionando, lo hemos visto funcionar. Está funcionando muy bien y se reparten las cosas.
Esos locales que trabajan así, nunca están solos. Porque el día uno, lunes, se reúnen unos. El día martes se reúnen otros. El día está continuamente en movimiento y los vecinos ven entradas y salidas de gente continua. Y es un lío también de vecinos que vienen a preguntar. Nos trae ese tipo de cosas distinta a que unos tipos raros que vienen, se reúnen nada más que los lunes. El resto del tiempo está todo cerrado.
Eso tiene mucho atractivo.
Así que las salitas están funcionando de muy distinta forma. Antes de que empiecen a funcionar las salitas ha habido grupos de gente que se reúne donde puede. Y luego, si hay varios grupos, alquilan ese lugarcito- Alquilan ese lugarcito para hacer sus cosas. Todo bien, estamos en el tema de las salitas. Queremos montar salitas más grandes. Y otras más grandes. Y así siguiendo. Pero esas salitas grandes que queremos montar no tienen ningún sentido si no tienen el respaldo humano. ¿Qué son sino paredes? ¿Qué es eso? Eso es una, si no tienen el respaldo humano suficiente las grandes salas que se monten. Lo importante es que van a contar con numerosas comunidades, con pequeñas salitas, en distintos lugares. Entonces vamos a hacer unas reuniones interesantes, llegado el momento. La gente se va a mover. La gente se va a mover mucho. Entonces las salitas van a ser importantes en toda esta cosa. Y ahora mismo se empezará a montar una cosa más grande, pero ya sabemos. El nervio de la cosa, el sentido no va a estar en esa cosa. Va a estar en las salitas. Lógicamente la cosa grande va a tener la espectacularidad del asunto, pero no va a ser el nervio de la cosa. O sea el nervio de la cosa es la base, y la base que nosotros conocemos en estas cosas, es la salita. Un lugar de referencia que no se te mueve, porque sino, ¿dónde estaban estos tipos? Allá.
Ah sí, pero ahora se cambiaron allá. Necesitamos una estabilidad mínima, la referencia al barrio, la referencia a los amigos.
En eso estamos. En eso estamos. Estamos también preparando el otro paso de salas más grandecitas, así en distintas partes. Y la cosa es simple, la gente lo hará o no lo hará. Si no lo hace no hay problema, si lo hace tampoco hay problema. Y si tiene fuerza, saldrá. Y no hay tanto que presionar. Lo importante de esas salas que congregan gente, es justamente la gente. No serán las paredes. Si a esta sala la cargan, la cargan con buenas relaciones entre la gente, afuera se siente. Si a esta sala la cargan con discordia entre la gente, el que primero llega a la esquina, sale. Si hay complementariedad en la gente, si hay buen trato, hay buena atmósfera, si la gente converge en la misma dirección, el que pasa por allá, se siente atraído. Eso es una cosa misteriosa y extraordinaria, cómo funciona. Es cómo se configura esa sala no en sus paredes. Sino cómo se configura esa sala en la atmósfera que crean las personas. Allá está la gran ciencia de esto, en la atmósfera que crean las personas. En el acuerdo, en la convergencia que crean las personas. Y vamos a tener el efecto opuesto muy reconocible, proporcional a la discordia. Hagan el experimento. Trátense mal y van a ver como corre la gente por la calle. Fantástico se puede hacer ese experimento.
Eso pasa con las salas. Eso va a pasar con los grupos humanos en una situación muy desdichada, que es la situación de hoy. ¿Qué va pasando con la gente? No se está complementando la gente, no está convergiendo la gente. La gente no tiene en qué complementar con el otro. Es más, no tengo cómo llegar al otro, tengo un vidrio delante, un blíndex, no tengo cómo. Si ni siquiera puedo sentir al otro. Al otro lo atropella un auto y no me llega. Se está complicando la cosa. Mejor, mejor hacemos otras cosas, porque esto se está complicando. No hay ningún elemento de convergencia. Se dirá: bueno no, la gente en las oficinas. Claro, también en un ejército la gente converge. Claro, no, no, no, no, no brota, no brota de la gente. No brota. Está obligada a llegar a cierta hora, a decirle sí al jefe, a firmar cosas, bueno. No converge la gente. No converge en su familia. No converge en sus amistades. No converge en los grupos laborales. No converge. Sí, se comunican, porque hablan una jerga común, pero no... Y bueno, pero cuando van a un partido de fútbol, cuando van a un partido de fútbol convergen, sí, sí, claro, si.
A nosotros nos importa mucho eso de cómo la gente va en direcciones parecidas. Nosotros tratamos de hacer eso con experiencias comunes. No hay otro modo de conectarse hoy la gente si no es con experiencias comunes. No se va a conectar la gente con una teoría. No se va a congregar la gente con un eslogan: muchachos tienen que ser buenos todos. Ah, muy bien. Qué estupidez. No hay forma de ponerse de acuerdo con lo que se dice o con eslogans o propaganda de jabones, o de cigarrillos, o de... No hay forma de ponerse de acuerdo, sino con experiencias comunes. No puede venir de otra zona, del conocimiento, eso no hace experiencias comunes. Que además tienen la ventaja de que pueden fortalecerse en la medida en que se repiten y en la medida en que congreguen a más personas. Ese es todo un tema, que no hay porque ahora complicar las cosas, pero esa ventaja es que pueden realizarse en una experiencia de un modo más intenso cada vez, más verdadero y de mejor relación con la gente.
Así que el ámbito en que empezamos a desarrollar esas cosas es esa salita. Y esa salita empieza a funcionar si hay esa convergencia y esa misma dirección. Y eso lo hacemos a través de experiencias y dele con las experiencias. Y poca teoría con este asunto. Estamos en una época y un momento interesantísimo. En que todo se va a resolver y va a ir a favor de la experiencia y no de otras cosas. ¿Es medio esotérico lo que estamos diciendo?
No, para nada.
¿Para nada? La experiencia. ¿Cómo hacemos para converger en la misma experiencia? ¿Cómo hacemos? Estas ceremonias con que nos manejamos nosotros, que son experiencias, tienen unos ciertos textos para leerlas. No lean esos textos, textos. No lean esos textos, porque, la cosa, no como un robot, se para y dice bueno vamos, ya empezamos mal. Prefiero sentarme. Empezamos mal. Pero entonces, ¿qué estás diciendo? ¿Estás diciendo que hay que modificar el texto? Obvio. Hay que modificar el texto. ¿Cómo vas a respetar un texto? ¿Dónde se ha visto? Cómo vas a obedecer a un texto! Acá dice, ¡Acá no sé lo que dice! Eso no me brota, eso no me sale y con eso no me comunico con el otro, porque estamos hablando de afecto, de un sentimiento interno que llegue. Eso no sale si yo me pongo a leer como un lorito. No sale. Ah, pero entonces yo le puedo agregar cosas o le puedo quitar cosas. Eso estamos diciendo y sobre todo estamos diciendo que lo que sería conveniente, es que fuera sintiendo de qué se trata y lo dijera de corazón, lo dijera de adentro, de adentro, que allí estamos todos bien. Y si uno haciendo esa gracia mete la pata y dice cualquier burrada y bueno y no puede pasar nada tan grave. Qué, qué tan grave puede pasar que un tipo diga una barbaridad. ¿Qué? Bueno y qué. Puede llegar hasta a ser divertido. Qué tan grave pasa con esa herejía. Qué tan grave. No pasa nada grave, no hay ningún drama. Y uno se equivoca y el otro mete la pata y el y todo bien y la vida va y viene, y no una cosa estática, una cosa.
Súper pesada. Yo temblaba.
Vos temblabas.
Si yo temblaba.
Claro. Te tienen que enyesar.
No quería hablar te dije. Me quedo aquí sentada.
El día que de todos los que concurren a nuestras reuniones y demás, cada uno pueda hacer una ceremonia interesante en cualquier circunstancia, es porque le pilló la mano. Cualquier circunstancia. Ahí está el asunto. De qué se trata, de registrar una experiencia interesante, positiva, que me vaya adelante, y además el transmitir eso a otros, y allí estamos, y ahí nos comunicamos. Pero con un texto, que aburrida. Y entonces, ¿para qué tenemos los textos? Y bueno, porque son referencias, pues sino podría salir algo muy interesante también, pero bueno. Pero no es esa la idea.
Siempre se ha hablado en El Mensaje, bueno, hay libertad de interpretación, interpretación libre, así siempre en El Mensaje en todos sus aspectos. Ah, pero lo que estamos diciendo, ¿que también hay una libre acción con las ceremonias y demás? Sí, eso estamos diciendo. No sólo interpretamos las cosas como nos gusten y como se nos dé la gana, sino que también llevamos las ceremonias como lo vamos sintiendo. Eso estamos diciendo. Eso estamos diciendo. Amén, Eso estamos diciendo. Hagamos.
Hagamos. Hagamos. Hagamos. Hemos estado hablando del tema de las salitas. Hemos estado hablando de lo que importa es si, si, no las paredes, los arreglos, sino por dentro, la gente, la que va a dar el tono de las salitas. Y estamos hablando ahora de la cosa de la experiencia. Y estamos hablando ahora de los textos y de esas cosas monstruosas que quedan fijas y que hay que modificar. Que hay que modificar con la vida, con lo que se imaginan ustedes, termina un librito de éstos, después, te apartas de esto, te mato! ¡Entonces qué! ¡Pero qué es eso! Si no te apartas de esto, te mato. Que es eso, un robot, ¡no!
Yo creo que nosotros sabemos a veces estas cosas. Sabemos de lo que estamos hablando y vamos, empezamos, es diferente, ¿no?
Eso, eso.
Es el sentimiento que le ponemos a lo que estamos leyendo y como lo hacemos, ¿no?
Que te parece.
No es dejarlo de lado.
Que te parece.
Porque bueno, nunca lo hemos dejado de lado.
Pero nunca digas de esta agua no beberé, nunca digas “nunca jamás”.
Me refiero a todo lo que dice, no solamente el libro, a todo lo que has hecho durante estos 30 años. Es diferente.
Bien, Alicia, hagamos.
Como no.
Hagamos una cosa, una, el Bienestar hagamos. Hagamos el Bienestar. Están tranquilitos. Desarmémosla por dentro a la ceremonia de Bienestar, que es cortita. Se van a dar cuenta de cómo funciona. Pero las palabras poco, las palabras poco. Aquí estamos. Aquí estamos reunidos para recordar a nuestros seres queridos.
Estamos diciendo: Aquí estamos reunidos para recordar a nuestros seres queridos. Así que, bueno eso es una frase. Pero yo creo que los que estamos acá, ¡algún ser querido tendremos! ¿O no? Si no tenemos ningún ser querido. ¡Algún ser querido tendremos! Un novio, una novia, un padre, una madre, un hijo, una cosa, algo. Un ser querido, no? No tengo ningún ser querido. ¡Un gato! Algo tendremos. ¿O no? Uno se examina y no encuentra. No encuentro ningún ser querido. Un blíndex delante, vidrio. No tengo a ningún ser querido. Pero comunicación posible con alguien habrá. No me parece, no me parece. Algo habrá, creo. ¿O no? Si, si. Alguno habrá, un ser querido. Bien, estamos reunidos para recordar a nuestros seres queridos. Vamos a seguir entonces alguna pista. Uno recuerda ahora a un ser querido, cualquiera sea. Pero vamos, ojalá sea un ser querido con polenta. No un vecino así. Un ser querido. ¿Pueden enfocarse ahí, en un ser querido?
Si.
Qué más.
Algunos de ellos tienen dificultades en su vida afectiva, en su vida de relación, o en su salud.
¿Tienen algún un ser querido que tiene dificultades? Si uno tiene dificultades continuamente, un rosario de dificultades. Entonces, a ver, nos estamos enfocando en un ser querido que tiene problemas laborales, porque lo han echado, no se qué, no encuentra trabajo. Tiene problemas afectivos porque se armó un lío y una cocoa, con su pareja, y bueno. Y finalmente él mismo es un poco raro. Bueno. Ese es, esa es la situación del ser querido que hemos buscado. ¿Tenemos algún ser querido de esos? ¿Qué cumple con todas las condiciones? Estupendo. Estupendo.
Bien, bien. Eso es un poco lo que nos pasa a nosotros, le pasa a ese ser querido. ¿Y para qué necesitamos al ser querido? Basta con nosotros. No hay problema ¡Si con uno sobra! Aquí estoy yo con dificultades y claro. Ah bueno entonces yo voy a hacer una ceremonia de Bienestar para mí. Porque y donde hay dificultades... Lo vamos a hacer al revés. Yo estoy lleno de dificultades y cosas, lo sabemos. Pero resulta que ahora voy a hacer el esfuerzo tremendo de preocuparme por otro. Y si hago el esfuerzo tremendo de preocuparme por otro, que me va a costar muchísimo, preocuparme por otro, a mí, egoísta rabioso. Bueno, me va a costar mucho preocuparme por otro, entonces puede ser que de rebote, cosa de los billares ¿no?, de rebote me pegue a mí el asunto. Porque si yo voy hacer una ceremonia de Bienestar, en donde voy a tratar de poner en marcha la experiencia del bienestar, pensando en otro que tiene dificultades y demás, al terminar esa experiencia, que voy a registrar yo. De lo que le pase al otro no tengo idea. Pero con seguridad que yo tengo que, para infundir esa sensación de bienestar, para transmitir esa sensación de bienestar al otro que padece esas dificultades, es obvio, es evidente, que tengo que sentirla. Así que no estoy pensando en arreglarme yo. Estoy pensando que esto llegue a otros. Pero no tengo otro remedio que ponerme en situación. Porque sino.. ¿Es muy difícil este asunto? ¿No? ¿O si? Me parece que si. ¿Cómo será este asunto?
Hacia ellos dirigimos nuestros pensamientos y nuestros mejores deseos.
¿Hacia quienes? Hacia esos que hemos seleccionado, que tienen problemas y esas cosas. Hacia ellos dirigimos nuestros pensamientos y nuestros mejores deseos. ¿Y cómo se hace? Como dice la muchachada por ahí, nos ponemos en buena onda. ¿Qué es eso de buena onda? Este tiene buena onda y todos se entienden. Este tira buena onda. Pero nosotros que somos mas viejatos que ellos, no entendemos eso. Esta ceremonia de Bienestar es una ceremonia de buena onda. Está fácil, es una ceremonia de buena onda, de tirar buena onda. ¿Y qué, qué hacemos cuando tiramos buena onda? ¿Cuál es la gracia? Pero si ustedes. lo tienen en la sociedad en que viven. Ustedes lo tienen en la gente que los saluda y los saluda con afecto y les dice: “Bueno me he alegrado de verte, ojalá te vaya muy bien.” ¿Y sabes que decimos? “Muchas gracias.” ¿Cómo muchas gracias? El te desea que te vaya muy bien, y vos sentís una cosita y decís: Ah, muchas gracias. Lo reconocemos, a eso. Está lleno de eso. Uno mismo lo hace eso. Y si lo hace desde adentro, ojalá te vaya muy bien, ojalá te salga todo bien, y le das unos movimientos, algunas cosas y el otro y siente las cosas. Te dice: muchas gracias. Eso está en la estructura social. Eso no es un invento nuestro. Eso está en todos lados. Y en los cumpleaños viene alguien y nos saluda, y le dice: “Y te felicito.” Y el otro: “Gracias, gracias.” ¿Pero qué es eso? Pero eso funciona así. Y en las festividades de distintas comunidades, se celebran esas cosas, socialmente se celebra y la gente lo reconoce. Así que es un lío de buenos deseos, posiblemente se cumple con una formalidad. Sí se cumple con una formalidad... Pero si hay ese impulso, el otro no es de palo, el otro lo siente y lo reconoce, y hay... Bueno sigamos con esta historia.
Confiamos en que llegue hasta ellos nuestro pedido de bienestar.
¿Hasta quien? Que llegue hasta ellos, hasta esos que, que hemos seleccionado para nuestro trabajito. Confiamos que llegue hasta ellos nuestro pedido de bienestar. Resulta que éste está en una situación muy complicada y yo quisiera que ya arreglara sus cosas. Que le fuera un poco mejor. Que saliera de ese lío en que está. Ese, esa es mi tribulación, eso es mi..., eso es lo que yo quisiera, yo quisiera que llegara hasta él mis buenos deseos. No mucho más, no mucho más, no más complicado. Yo quisiera eso.
Pensamos en nuestros seres queridos.
Pensamos, pensamos, pensamos en nuestros seres queridos, punto y coma. Sentimos la presencia de nuestros seres queridos. ¡Y es lo mismo! No es lo mismo, no hable así, no es lo mismo. Y ahora pienso en un ser querido. Muy bien, si, eso me lo imagino como una foto. Como esa que está tomando él ahí, una foto. Pienso y no se me mueve un pelo. Pero cuando siento a esa persona, la siento adentro. ¿Cómo adentro? Adentro hay tripas. ¿Como tripas? La siento adentro. ¿Qué es esto de adentro? ¡Eso no puede ser! Está el corazón, acá los pulmones, por acá el páncreas. ¿Dónde siento? ¿En el ombligo? ¿En el corazón? Vamos, vamos, ¿dónde siente Ud. a su noviecito o noviecita? Ah bueno, lo siento muy adentro, está muy cerca mío. Ah, que interesante. De eso estamos hablando. Ah, pero resulta que yo no estoy en un caso de enamoramiento, estoy en un caso de sentir. Pero lo estoy poniendo de ejemplo para que nos pongamos de acuerdo en qué es sentir adentro. Sentir adentro es sentir esa cosa, casi respiratorio cardíaco. Sentir adentro es sentir sobre todo desde adentro.
Si yo estoy con la imagen de ese ser querido que tiene líos, quiero que ese ser querido que tiene líos, mejore sus cosas. Yo pienso en ese ser querido. Pero además siento a ese ser querido. ¿Se puede? ¿Se puede? ¿Se ve la diferencia? Entre siento o pienso en ese ser querido, siento a ese ser querido. Porque cuando digo siento a ese ser querido, no estoy viendo ya la fotito. Estoy teniendo una sensación interna, cálida, cercana, suave, amable. Estoy metiéndome en ese tipo de sensación.
Pensamos en nuestros seres queridos, sentimos la presencia de nuestros seres queridos y experimentamos el contacto con nuestros seres queridos.
Como si estuviera cerca. ¡Si, pero está a 1.000 kilómetros de distancia! No importa, que esos tiempos y esos espacios son relativos. Se acortan los tiempos, se acortan los espacios, está cerquita. Lo sentimos cerca. Eso, es posible. Si no puede experimentar eso, si le resulta imposible, bueno, está bien, pero eso es posible. Es lo que nos interesa y mucho. Si pensamos en nuestros seres queridos, sentimos la presencia de nuestros seres queridos, experimentamos a nuestros seres queridos, ¡ajá! Pero se fijan en la mil hojas, que tiene distintos niveles, el pensar, el sentir y el experimentar. Si, si. ¿Lo puedes hacer? Tal vez si, tal vez no.
Tomaremos un corto tiempo para meditar en las dificultades que padecen esas personas.
Probemos, probemos, tomémonos un tiempito y pensamos en esa persona, que es muy querida para nosotros, y tiene problemas. A ver, pensémoslo, qué problemas tiene esa persona. Pensemos en esa persona, sintamos a esa persona, experimentemos a esa persona. ¿Qué problemas tiene esa persona? Muchos.
Quisiéramos ahora hacer sentir a aquellas personas nuestros mejores deseos.
¿Cómo quiero hacer sentir a esa persona nuestros mejores deseos? Yo quisiera que esa persona que tengo ubicada con problemas, yo quisiera que arreglara sus cosas, que mejorara en su salud. ¿Cuánto le deseo una mejoría en su salud? Cuánto le deseo que arregle sus..., sería tan bueno, sería muy interesante. Que me da mucho, mucho gusto sentir eso y pensar eso de esa persona. Que bueno realmente estaría. Y si somos dos y somos tres, si somos varios que estamos haciendo fuerza en esa dirección, para empezar estamos convergiendo nosotros. Y posiblemente nuestro deseo de reconfortar a esa persona, nuestro deseo de llegar a esa persona, se sienta. Se sienta afuera de nosotros mismos. No decimos más sobre eso, pero si varios estamos en eso, que bueno sería que éste que ha entrado al quirófano en este momento, salga bien la cosa, que bueno que salga bien la cosa. Hay muchos ejemplos de que esto funciona. Que bueno que esto vaya en esa dirección. Es más, cuando nos familiarizamos con estas cosas, la gente amiga, que está en algún trance, nos dice: “Acuérdense de mí, que voy a entrar en esa situación difícil, acuérdense.” Perfecto, todos estamos sintonizados.
Quisiéramos ahora hacer sentir a aquellas personas, nuestros mejores deseos. Una oleada de alivio y bienestar. Como una oleada es la figura. La imagen es como de una cosa suave, una ola de alivio y bienestar debería ir a esas personas. Esas personas que tenemos localizadas, esa buena onda de la que hablamos, la imaginamos, la representamos, la alegorizamos como una oleada de bienestar.
Sale bien ese trabajo que estás haciendo, cuando sientes en vos mismo, sientes ese bienestar. Porque no es posible que puedas pensar en el bienestar del aquel otro, si no te pones en esa situación. Forzosamente al pensar en el bienestar del otro, y al pensar en esa oleada cálida, positiva, forzosamente te pone en esa situación. Y si no te pone en esa situación, estás artificialmente pensando en el otro. No lo estás haciendo desde adentro. Entonces vas a descubrir cómo es que estás pensando en los demás. Puedes moverlo desde adentro, o no sientes nada. Si no sientes nada, nada va a llegar. Y si sientes algo desde adentro, esa oleada de bienestar tiene que producirse en ti. No hay otra. No hay otra posibilidad. Tengo que sentir esta oleada de bienestar. Esa que quisiera que llegara a otros, tengo que empezar por sentirla yo. Es inevitable. Es una suerte de ley. No puedo pensarlo en otro sin sentirlo yo. Cómo, siento el bienestar y además...Ojalá el otro sintiera esta corriente de bienestar, claro, lo estoy sintiendo yo. No siento esta oleada de bienestar, tampoco lo estoy pensando adecuadamente para el otro. No hay vuelta, es una ley. Del carapacho, de la cabezota, una ley, tiene que funcionar así, tengo que sentirlo yo.
Tomaremos un corto tiempo para ubicar mentalmente la situación de bienestar que deseamos a nuestros seres queridos.
Entonces sigamos con este ser querido que tenía dificultades. Si queremos lo mejor para él ahora pongámonos en eso. Sentimos a ese ser querido que tiene dificultades. Y a ver, cómo vamos a desear, éste está en el quirófano, yo lo que quiero es que salga bien todo. ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué estoy sintiendo? Estoy sintiendo que sale muy bien, muy restablecido de esa operación. Estoy imaginando esa cosa cálida, mi mejor deseo para él. A ver sigamos con el experimento que estamos haciendo. ¿Qué pasa con ese ser querido que tiene esos problemas? ¿Puedo hacer llegar hasta él esa oleada que lo pone a él en buenas condiciones? Que se va arreglando su lío de salud, que se va arreglando su lío de relaciones personales, laborales, etcétera. ¿Puedo? ¿Puedo sentir eso? Si puedo sentir eso, estamos bien. En eso consiste esta experiencia. Muy suave, muy interna, muy cálida y rapidito voy a saber si siento eso yo.
Concluiremos esta ceremonia... Que cortito es, estamos desarmando por dentro. Concluiremos esta ceremonia dando la oportunidad, a quienes así lo deseen, a quienes así lo deseen, porque hay algunos que con estas cosas no, con eso no. Hay otros que no quieren hacerlo. No hagan esa experiencia. No la hagan. Pero damos la oportunidad, a quienes así lo deseen, de sentir la presencia, de sentir la presencia, como si estuvieran presentes, aquellos seres muy queridos, verdaderamente muy queridos. Porque si no son queridos, esto no va a funcionar. Aquellos seres muy queridos, muy profundamente queridos, que no están aquí, en nuestro tiempo y en nuestro espacio. Esos seres muy queridos por mi no están aquí. Él es un papá que murió hace muchos años, o una mamá, o un hijo, o un hermano. Ellos son seres muy queridos para mí, pero que no están en este tiempo y en este espacio. Esos seres queridos por mí que no están en este tiempo y en este espacio, siguen actuando en mí. No estamos hablando ni de espíritus ni de cosas semejantes. Siguen actuando en mí. Y ojalá yo tenga una relación con ellos de concordia, de buena relación. Y ojalá pueda sacar esas piedritas que siempre hay en el camino, en donde se mezclan las culpas que yo me atribuyo, y que no es así, pero que yo me atribuyo culpa, errores. Ah, si hubiera podido hablar con mi papá de ciertas cosas y no pude porque él murió antes. Toda esa cosa está actuando en mí a través de mi memoria. ¡Cómo, pero si el señor partió! El señor partió, ¡pero tu memoria está inquieta! ¡Te recrimina cosas! Te dices cosas a ti mismo de cosas que hiciste mal, que nosotros sabemos que no es así, pero sin embargo eso está operando. Ojalá podamos sentir la presencia de aquellos seres muy queridos, que aunque no están en este tiempo y en este espacio, están actuando con nosotros. Y con ellos quisiéramos nosotros estar con la conciencia en paz, estar en bienestar, desearles lo mejor. Y nosotros mismos estar calmos, positivos, radiantes en esta relación, con aquellos seres muy queridos que ahora no están en este tiempo y en este espacio, pero que están actuando en nosotros. Eso quisiéramos también con esos seres muy queridos que no están presentes.
Concluiremos esta ceremonia dando la oportunidad, a quienes así lo deseen, de sentir la presencia de aquellos seres muy queridos que, aunque no están aquí en nuestro tiempo y en nuestro espacio, se relacionan con nosotros en la experiencia del amor, la paz y la cálida alegría...
Hubo problemas en la relación con ellos. Pero hubo una relación de amor. Hubo una relación de alegría en determinados momentos, esa es la que toco, aquellos buenos momentos de la relación que tuve y no los líos, los conflictos y las cosas, que yo después me atribuyo como si fueran culpas. Hubo amor, hubo paz, hubo mutuo reconocimiento. Ese es un buen recuerdo. Eso es muy interesante, para empezar para mi conciencia, y lo que pase más allá, y, tal vez. Pero bueno, ese es otro problema. Pero para mí, eso es muy bueno.
Y decimos al terminar esta ceremonia: Esto ha sido bueno para otros, reconfortante para nosotros e inspirador para nuestras vidas.
Es decir, inspirador para nuestras vidas. Orienta actitudes, orienta conductas, ese modo de relacionarme con otros y de relacionarme con mi memoria, orienta conductas. No sigue igual la cosa. Cambia actitudes en la gente.
Saludamos a todos inmersos en esta correntada de bienestar, reforzada por los buenos deseos de los aquí presentes.
Es decir, se supone que terminamos esta experiencia con un buen registro. Con una sensación calma, suave, de bienestar. Si terminamos esta experiencia con este bienestar, puede suceder que también esta experiencia nos conmocione. Claro, van pasando cosas, nos conmociona. Nos pone en situación de bienestar, tira para arriba, no para abajo. Coloca en una cosa positiva.
Esa es la ceremonia. Esa es la ceremonia. Vista así, descompuesta por partecitas, parece más un trabajo psicológico. Las cosas no son así en las ceremonias. Las ceremonias tienen continuidad y no tienen todas estas explicaciones, que son palos en la rueda. Uno se pone y viene el otro y le dice, no. Pero en la ceremonia, con tranquilidad, van pasando cosas. Si pasean esta forma de tratar los temas por las distintas ceremonias, van a ver que todas las ceremonias tienen una mecánica. Si la descomponen por dentro, van a ver que tienen sentido. Y que pueden avanzar mucho en el ejercicio de esas experiencias. Y que pueden avanzar mucho a medida que lo practiquen y a medida que lo realicen, también en la relación con otros en esa dirección.
Esto ha sido bueno para otros, ha sido bueno para mí, ha sido... Eso es todo lo que quería comentarles. Y no mucho más. Pero si bien nos hemos referido a estos escritos, sería mucho mejor que cada uno lo explicara a su modo. A su modo, a su manera, en ese grupo de personas, y no con la letra.
Ahí estamos, todos contentos. Esta conversación se agotó.
No hemos hecho estrictamente la ceremonia, pero si hemos dado unas vueltas para que ustedes, sí, son mecanismos, cómo es que... ponemos. Y hay gente que no tienen ningún conocimiento, que rapidito se ponen, sin hacerse tanto lío. Y lo hace muy bien, y lo hace muy bien. Y hay que ver como podrían explicar ellos eso. Así que no los compliquemos con los escritos...
Vamos a tomar un cafecito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario