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Extracto – Silo, La Reja 7 de mayo de 2005




Inauguración del Parque Latinoamericano
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En algún momento del día o de la noche, aspira una bocanada de aire e imagina que llevas
ese aire a tu corazón. Entonces, pide con fuerza por ti y por tus seres más queridos. Pide
con fuerza para alejarte de todo aquello que te trae contradicción; pide porque tu vida tenga
unidad. No destines mucho tiempo a esta breve oración, a este breve pedido, porque
bastará con que interrumpas un instante lo que va sucediendo en tu vida para que en el
contacto con tu interior se despejen tus sentimientos y tus ideas.
Alejar la contradicción es lo mismo que superar el odio, el resentimiento, el deseo de
venganza. Alejar la contradicción es cultivar el deseo de reconciliación con otros y con uno
mismo. Alejar la contradicción es perdonar y reparar dos veces cada mal que se haya
infligido a otros.
Esta es la actitud que corresponde cultivar. Entonces, a medida que el tiempo pase
comprenderás que lo más importante es lograr una vida de unidad interna que fructificará
cuando lo que pienses, sientas y hagas vaya en la misma dirección. La vida crece por su
unidad interna y se desintegra por la contradicción. Y ocurre que lo que haces no queda solo
en ti sino que llega a los demás. Por tanto, cuando ayudas a otros a superar el dolor y el
sufrimiento haces crecer tu vida y aportas al mundo. Inversamente, cuando aumentas el
sufrimiento de otros, desintegras tu vida y envenenas al mundo. ¿Y a quién debes ayudar?
Primeramente, a quienes están más próximos, pero tu acción no se detendrá en ellos.
Con aquella “receta” no termina el aprendizaje sino que empieza. En aquella “receta” se dice
que hay que pedir, pero ¿a quién se pide? Según lo  que creas  será  a  tu  dios  interno,  o  a  tu
guía o a una imagen inspiradora y reconfortante. Por último, si no tienes a quién pedir
tampoco tendrás a quién dar y entonces mi regalo no merecerá ser aceptado.
Más adelante podrás considerar lo que explica el Mensaje en su Libro, en su Camino y en su
Experiencia. Y también contarás con verdaderos compañeros que puedan emprender contigo
una vida nueva.
En aquel simple pedido, hay también una meditación que se orienta hacia la propia vida. Y
ese pedido y esa meditación irán cobrando fuerza como para transformar las situaciones
cotidianas.
Avanzando de ese modo, tal vez un día captes una señal. Una señal que se presenta a veces
con errores y a veces con certezas. Una señal que se insinúa con mucha suavidad, pero que
en  contados  momentos  de  la  vida  irrumpe como un fuego sagrado dando lugar al
arrobamiento de los enamorados, a la inspiración de los artistas y al éxtasis de los místicos.
Porque, es conveniente decirlo, tanto las religiones como las obras de arte y las grandes
inspiraciones de la vida salen de allí, de las distintas traducciones de esa señal y no hay por
qué creer que esas traducciones representen fielmente al mundo que traducen. Esa señal en
tu conciencia es la traducción en imágenes de lo que no tiene imágenes, es el contacto con
lo Profundo de la mente humana, una profundidad insondable en que el espacio es infinito y
el tiempo eterno.
En algunos momentos de la historia, se levanta un clamor, un desgarrador pedido de los
individuos y los pueblos. Entonces, desde lo Profundo llega una señal. Ojalá esa señal sea
traducida con bondad en los tiempos que corren, sea traducida para superar el dolor y el
sufrimiento. Porque detrás de esa señal están soplando los vientos del gran cambio.