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Apunte de charla informal con el Negro* - Mendoza 02-03-96


 La cerámica, es como la médula de la civilización. Es como una vena que va por todo lo largo de ella. La podemos reconocer hasta el día de hoy jugando un importante papel en muchos aspectos de los avances tecnológicos. Está presente en esto de las comunicaciones, en las que va ha haber toda una revolución, con estos nuevos materiales, que también son cerámicos. E igualmente en el recubrimiento de las naves espaciales (para su entrada a la atmósfera).

La alquimia toma elementos de la cerámica (algunas palabras como crisol que la representaban con un círculo con una cruz al medio). Después para los cristianos, el “cristosolar”, y esa alquimia después deriva en la química.

Los griegos que reconocían que aprendieron las ciencias matemáticas de los egipcios (Platón), cuando ven las pirámides no les ponen un nombre relacionado con la geometría (triángulo, octógono, etc.) sino que hacen referencia a un horno cerámico: Pirámide = pira (fuego) y mide (medio) = fuego central. Esas formas como hornos con un fuego sagrado en su parte central que purifica y permite que “el fuego sagrado” produzca el cambio de plano y la trascendencia.

En el Génesis: “el hombre hecho de barro y dios le da el soplo de vida”. El soplo ese aire tibio o caliente, que hace referencia al aire caliente, que hace referencia al aire caliente que entra y circula en el horno cerámico.

En la palabra: psicología, ese “Pppssssi...” -cologia deriva también del griego, hace referencia al soplo, el alma.

También como registro cenestésico, en la agonía se dice: “expiró su último soplo”, que también tiene que ver con otras cosas, pero...

En algunas experiencias que hicimos de cámara de silencio (supresión de estímulos sensoriales) hubo un comentario de un registro muy interesante, de alguien que se describía como sumergido en el barro y con cuerpo de barro, con variaciones en la sensación de acuerdo a la respiración.

En el mito de Gilgamesh, el hombre peludo (adobe, barro y paja) hechos con moldecitos y quedaban las pajas. Estos mitos nos hablan de su antigüedad en relación a un método de fabricación cerámica y al nivel de desarrollo que ella tenía.

El hombre de barro del PopolVuh Quiche que se ablanda con las lluvias (después el hombre de madera, y el hombre de maíz, etc.), pero ese de barro que se ablanda, nos está hablando de un período pre-cerámico, o por lo menos no pasaban de los 800 grados, ya que aún no lograban que la cerámica resistiera al agua.

Podría ser de interés escribir algo sobre este tema de la cerámica. Hay ya varios escritos sobre este tema, pero quizás todavía podría escribirse algo más.

Pregunta. ¿Podría haber una cerámica humanista?

Sí, claro que sí. ¡Por qué no!

Pregunta. Consultado sobre cómo lograr ponerle contenido ideológico a una producción artística.

 No son épocas para explicaciones, ni para que alguien pueda seguir un desarrollo metodológico muy complicado. No es que la gente no pueda, pero la época no se los permite. Así que no se saca nada con tratar de dar largas explicaciones.

Este es otro lenguaje: ¡Qué la obra hable!

La puta, si se lograse una obra que produjese el mismo registro en mucha gente, aunque esta fuese de distintas culturas, eso sí sería una gran obra. Claro, sería una “obrasa”.

Poniéndolo burdamente: quizás algo que no tiene que ver con los parámetros del momento, alguien lo ve y dice: ¡qué asquerosidad! y es un registro bien fuerte para distintas personas, el mismo registro: ¡qué asco! o ¡qué suavidad! o, ¡qué tenso! o, ¡qué relajado!  No es lo mismo una imagen de aplastamiento, a un desgarro o unas puntas como patas de águila, y cada una produce registros comunes. Un objeto que produce el mismo registro en distintas personas: “Un arma. O una persona dándole un palo a otro”.

Quizás haya que partir de algo bien grosero y no muy sutil, ni complicado como una espira que vuelve sobre sí misma (el pensamiento que se piensa a sí mismo). No, no, eso no va en esta época.

¡No muchas explicaciones, y que la obra hable!

  * Estos apuntes intentan reflejar una charla informal en un taller de cerámica.  Fue reconstruida por Esteban B.



de Ceballos Mónica,

PACIFISMO Y NO VIOLENCIA



Construya con Nosotros Un Mundo sin Violencia

¿Por qué se insiste en que el trabajo social más importante es aquél que se orienta hacia el logro de la paz?

Porque se parte de esta disyuntiva sin punto medio: paz creciente, o destrucción creciente.

Sin embargo, gracias al equilibrio bélico, se ha podido mantener un largo período de calma desde 1945 hasta el día de hoy.

Si se puede llamar “calma” a los tres millones de seres humanos que (según datos de Naciones Unidas), han sido muertos en estos 15 últimos años, qué sucedería en caso de producirse un desequilibrio!

De todas maneras, han ocurrido guerras limitadas y no una destrucción general.

Si toma esa cifra de muertos, más la de inválidos permanentes y heridos ocasionales, multiplicándolas por padres, hijos, parejas y parientes sobrevivientes, se encontrará con un número de afectados directos por acción de la violencia física, que superará la población de varios países reunidos.

No será necesario hablar de campos, aldeas y ciudades arrasadas; de éxodos masivos y poblaciones refugiadas; de hambre, enfermedad y desesperación como consecuencia directa de la violencia física, para comprender que esa “calma” a la que se alude, sólo puede respirarse a muchos kilómetros de distancia de los puntos en conflicto.

A pesar de todo, aun no ha estallado la tercera guerra mundial.

Así es. Sin embargo, la teoría del “equilibrio bélico”, permite un crecimiento y no una disminución del armamentismo. ¿Por qué no ir equilibrando hacia el desarme, en lugar de lo contrario?

Seguramente, con el acortamiento de las distancias merced al avance tecnológico, las grandes potencias necesitan defender zonas cada vez amplias, vitales para sus intereses.

De acuerdo a ello, llegará un momento en que no habrá punto en el planeta que no sea de interés vital para alguna superpotencia. Con ese pretexto, ya podemos ir despidiendo a la libertad, a la justicia, al derecho y a toda nación que no sea poderosa.

Eso no es así, porque aún las naciones pequeñas están lanzadas a la carrera armamentista.

Observe el mapa de los conflictos armados y verá que estos se multiplican en las periferias de las potencias. De manera que las productoras de armas parecen estar muy interesadas en proveer a los “necesitados”, porque el mercado bélico también está en alza en los países subdesarrollados. Solamente que en ellos, si aproximadamente el 30% de sus presupuestos anuales se destina a gastos militares y no a actividades productivas, el empobrecimiento y la deuda externa tienden a multiplicarse.

Para las potencias, la actividad armamentista es también un drenaje económico, ¿cuál sería la ventaja si no se tratara, como dicen, de gastos de defensa?

El armamentismo es, básicamente, guerra económica en la que un bando trata de hacer distraer recursos productivos al otro. Ahora bien, todo el material de rezago u obsoleto, debe ser colocado en otras áreas a fin de resarcir del mejor modo posible las inversiones realizadas en su momento.

Los poderosos aumentan su potencial bélico, desarrollan conflictos en la periferia y generan dependencia económica a su alrededor. Como, por otra parte, los llamados “puntos de interés vital”, empiezan a ser todos los puntos del mundo, cada gigante tendrá que custodiarlos directa o indirectamente, por medio de las armas. Hoy será la propia frontera, mañana el acceso a las vías de comunicación, luego los mares cálidos, más adelante las fuentes petroleras y de materias críticas... así siguiendo, hasta llegar al espacio exterior.

Aun suponiendo que las cosas sean así, no ha quedado demostrado que la guerra total sea inevitable. Es que a nadie se le ocurriría hoy, apretar el botón sin esperar respuesta inmediata del agredido.

Efectivamente, las potencias no desean una guerra total en la cual quedarían destruidas, pero consideran factible la guerra nuclear restringida. Sin embargo, como el monopolio atómico es relativamente manejable, nadie está libre accidente que podría precipitar una potencia menor, ni tampoco del chantaje que un pequeño grupo estaría en condiciones de ejercer.

Es cierto, no ha quedado demostrada la fatalidad de la hecatombe nuclear, pero al no ser una posibilidad remota, toda persona razonable debería actuar a favor de la posibilidad de paz. Además, de seguir así las cosas, tampoco nadie estará exento de quedar entrampado en una zona en la que se produzca un conflicto restringido, o un encuentro convencional como consecuencia del desarrollo bélico que propician las grandes potencias.

Si consideramos al aumento armamentista en los mismos términos discutidos hasta aquí, no se ve de qué manera un grupo de personas o una corriente de opinión, pudieran detenerlo.

No se trata de voluntarismos personales o grupales. Se trata de las crisis del sistema que acompañan al desarrollo bélico. Por ejemplo: las deudas podrían no pagarse y el sistema financiero entrar en colapso; determinados recursos esenciales, agotarse: las alianzas militares, fracturarse... La asfixia económica de las poblaciones, puede hacer cambiar el signo del sistema bajo el cual viven. La violencia, entonces, llegaría a un nivel de contaminación cotidiano tal, que la seguridad personal se vería disminuida en cualquier ciudad y a plena luz del día. Terrorismo, delincuencia común, agresión y arbitrariedad en todos los niveles pueden llevar a las poblaciones a la explosión social.

En una crisis generalizada del sistema, los mecanismos de control se fracturan y los pueblos se orientan en dirección opuesta a los factores que les han acarreado sufrimiento. Los pueblos son amantes de la paz, pero si sus gobernantes, ilegítimamente los arrastran al conflicto, aquellos los repudian también violentamente. No se trata de voluntarismos. La crisis general del sistema está ligada indisolublemente al desarrollo bélico y, por tanto, se están creando condiciones de repudio activo hacia el sistema global. El punto está en que es necesario tomar conciencia y hacerla tomar a otros con respecto a que las prácticas violentas en todos los campos, son la traducción de la misma metodología de acción del sistema.

La violencia es propia de todas las especies animales y forma parte de la naturaleza humana, no de un sistema de vida particular.

No es el caso, ahora, de discutir acerca de la supuesta “naturaleza humana”. Tal idea, se opone al progreso humano. Lo cierto es que la paz es posible en este momento crítico y en los momentos inmediatamente futuros que se avecinan, si los pueblos advierten que la violencia es parte de la metodología del sistema. Consecuentemente, la crisis podrá superarse oponiendo la metodología de la no-violencia.

Si el mundo hubiera opuesto la no-violencia al nazismo, hoy estaría de rodillas bajo su dictadura sangrienta.

De ninguna manera. Por cuanto la violencia estaba generalizada en aquella época (casi tanto como en la actual), las dictaduras pudieron imponerse. ¿Cómo podrían los fascismos haberse instalado en medios no-violentos? No se puede aislar a un fenómeno de su contexto. Si se toma al nazismo una vez desarrollado y se le opone luego un medio no-violento, se equivoca el planteo intencionadamente. Las cosas son a la inversa: en un medio no-violento, las dictaduras no pueden desarrollarse.

De acuerdo a esa idea, la no-violencia está fuera de contexto por cuanto el medio es ya fuertemente violento.

En principio así es, pero como la crisis general se acentúa y ya peligra de modo evidente la seguridad de los pueblos, vastas capas humanas se pliegan a los movimientos de paz casi instintivamente. Estamos, en ese sentido, en una etapa verdaderamente nueva. Si se tiene en cuenta en Europa, incluyendo a la U.R.S.S., a los millones de personas movilizadas a favor de la paz; si se considera a los 700.000 manifestantes en Nueva York (todo ello en el año 1982), se verá claro que un nuevo estado de cosas se está entreviendo en la conciencia colectiva. Y son esas manifestaciones las que han presionado a los belicistas a reconsiderar posiciones. Desde luego que tales expresiones han resultado inorgánicas, pero debe reconocerse que han terminado arrastrando tras de sí a los formadores de opinión y aún a los líderes políticos y religiosos. Resulta evidente que se están polarizando fuerzas, a favor de la paz.

Supongamos que se quisiera lograr un cambio de situación global en base a la no-violencia ¿qué se debería hacer?

Debemos responder como antes: no se trata de actitudes voluntaristas de individuos o grupos. Es inevitable que la crisis general del sistema, esté acompañada por el fortalecimiento de los movimientos pro paz, de tal modo que a partir de la presión social éstos comiencen a determinar la orientación de los estados, en dirección opuesta a la que hoy llevan.

En cuanto a la participación en tal corriente, hay dos actividades a tener en cuenta: el esclarecimiento y la movilización. Es decir: esclarecerse, esclarecer a otros sobre el problema y simultáneamente, movilizar al medio en el que uno vive, en la dirección de la paz.

Pocas personas saben cuántos millones de dólares se gastan en armas por minuto. Pocas conocen las toneladas de explosivos distribuidas per capita, entre los 4.300 millones de habitantes del planeta. La mayoría ignora cuántos hospitales, escuelas, universidades y centros de investigación pueden levantarse con el presupuesto de armas. Sólo unos pocos especialistas reconocen la cantidad y calidad de alimento (en todo caso fenomenal), que puede producirse con tales capitales: las áreas no fértiles y las erosionadas que son pasibles de ser recuperadas. Y desde luego que aun no se ha despertado completamente una conciencia ecológica que con el tiempo contribuirá a desterrar el crimen contra el ser humano y la naturaleza. Crimen alimentado especialmente por la voracidad de los círculos belicistas, indiferentes a la contaminación radiactiva y química.

El impulso que se dará a las zonas menos favorecidas el día que, efectivamente, las armas sean fundidas en herramientas de progreso, es algo aun no tenido en cuenta por el ciudadano medio, al cual deliberadamente se le ha retaceado este tipo de información.

Por último, tampoco se han hecho esfuerzos para dar a conocer a las poblaciones cuánto más alto sería su ingreso, cuánto mejor su calidad de vida, cuánto más despejado su horizonte en seguridad y posibilidades, si el armamentismo estuviera declinando.

Esclarecer con estos tópicos, informando concretamente al medio en el que uno trabaja y vive; hacer tomar conciencia en base a datos precisos a las colectividades políticas y religiosas en las que uno participa; trabajar para que tales informaciones se difundan por todo vehículo adecuado, es hacerlo a favor de la paz.

Y en cuanto a la movilización de capas cada vez más amplias de la sociedad en la dirección propuesta, todo aquello que las oriente organizadamente en acciones concretas y con una metodología no-violenta, es factor a tener en cuenta para la formación de un frente social en desarrollo.

Muy bien, esclarecimiento y movilización. ¿Cómo se implementa todo eso de una manera sostenida y efectiva?

En base a organización. Una organización que esclarezca sobre las grandes lacras de la humanidad: la violencia física, la violencia económica, la violencia racial y la violencia religiosa. Una organización que cree centros de comunicación directa (no intermediada como lo hacen los medios de difusión). Por último, una organización que permita a cada persona comunicarse consigo misma y que enseñe a desarmar la bomba de violencia que cada ser humano lleva en su interior.

Así es que se requiere una estructura que sea montada en base a centros de comunicación directa entre las personas y en la cual cada partícipe pueda asumir una nueva postura frente a la vida inspirada en la no-violencia. Esa organización, debe ser apta para orientar a capas cada vez más amplias de la población, en frente común contra la violencia. Por lo demás, debe ser construida en el medio en que se desarrollan las actividades cotidianas. El medio laboral, profesional, estudiantil y el medio habitacional y de relación: el barrio, la población, la familia y el grupo de compañeros.

Sin duda que en todo medio en que se desarrolla el trabajo diario, aparecen distintas manifestaciones de opresión y violencia. Es en esos ámbitos, donde mejor se puede esclarecer y movilizar en contra de la violencia física, económica, racial y religiosa. El ideal mayor y de más largo alcance, es el logro de una sociedad de paz, pero cada medio particular ofrece posibilidades concretas de acción para el esclarecimiento, la movilización y la suma de voluntades en la misma dirección. Muy frecuentemente, se llega a conclusiones generales desde los casos particulares. Por ello, es desde el lugar de actividad cotidiana, mediante la prédica y la acción no-violenta en contra de la injusticia que se sufre, desde donde (por la acción), comienza a comprenderse los problemas generales que vive una sociedad y, por último, toda la humanidad. Porque el ideal del mundo de paz, comienza a efectivizarse en la práctica y en el compromiso diario con el medio en que a cada cual le toca vivir y en el cual cada uno debe luchar por lograr transformaciones positivas.

Según lo explicado, hay que distinguir dos niveles: el del pacifismo en general y el de la no-violencia en el ámbito cotidiano.

El pacifismo como actitud espontánea, frente al hecho armado de la guerra, es un buen comienzo. Sin embargo, las manifestaciones en ese sentido, resultan inorgánicas si no están acompañadas por la lucha en pos de la justicia, la antidiscriminación y la hermandad internacional de todos los pueblos. Las masas que concurren a expresarse en contra de la bomba, luego se disgregan y cada cual regresa a su casa y a reemprender sus actividades cotidianas, como si en ellas existiera un mundo apartado del gran problema. Es este salto que se produce entre el pacifismo genérico y la acción cotidiana, el que se debe resolver de un modo coherente.

La no-violencia, es la metodología de acción del pacifismo, por tanto, la mejor herramienta para la liberación del sufrimiento social. La no-violencia trabaja con el “vacío”, impulsando la denuncia, el repudio, la no cooperación con la violencia y, por último, la desobediencia civil frente a la injusticia institucionalizada.

El pacifista espontáneo, ingenuo o sentimental, llegará necesariamente a adoptar los métodos de la no-violencia, en la medida en que se profundice la crisis general del sistema. Si el pacifismo inicial aspira a un mundo sin guerra, la no-violencia hace progresar tal ideal hasta convertirlo en el de humanización de la Tierra. Esta humanización, sin embargo, debe comenzar en el medio inmediato de cada cual, de un modo efectivo, sostenido y, por consiguiente, organizado.

   

La Comunidad proclama: ¡HUMANIZAR LA TIERRA!
La Comunidad no es una agrupación política, ni religiosa.
La Comunidad es una fuerza moral en marcha solidaria y no violenta que se opone a la violencia física, económica, racial y religiosa y a todo aquello que trate al ser humano como a un objeto. Es, además, una fuerza social de participación y comunicación real.

La Comunidad alerta sobre el encerramiento y la incomunicación y explica que aquellos que se vuelven sobre sí mismos, o sobre grupos reducidos sin contacto con el mundo, se contaminan de sin sentido y negatividad, contaminan a otros y extienden la enfermedad social del aislamiento, dejando el campo libre a la violencia.

La Comunidad invita a no abandonar ninguna actividad diaria. Si alguien pertenece a una organización, no debe abandonarla cuando vea algún defecto, sino trabajar en ella para que se convierta en un instrumento eficaz al servicio de la humanización. Por otra parte, si una persona piensa que la solución de la crisis debe ser política o religiosa, la Comunidad la estimula para que cumpla con su idea, participando activamente en esas direcciones y llevando allí los puntos de vista de la humanización.

Las relaciones humanas de la Comunidad, se expresan en este principio moral: “trata a los demás, como quieres que te traten”.

La idea original de la Comunidad, es transformar al individuo y la sociedad por dentro. Se opone al espíritu de secta, que es divisorio y al aislamiento de personas y grupos, presas fáciles del “lavado de cerebro” promovido por la falta de información y la propaganda manipuladora, al servicio de un sistema inhumano.

Mircea Eliade Mitos y arquetipos


Mircea Eliade
Mitos y arquetipos*
I. ARQUETIPOS Y REPETICION
II. LA REGENERACIÓN DEL TIEMPO
III. DESDICHA E HISTORIA.
IV. EL TERROR A LA HISTORIA





*Tomado de Mircea Elíade: "El mito del eterno retorno".
I. ARQUETIPOS Y REPETICION
EL PROBLEMA
El objetivo del libro es estudiar ciertos aspectos de la ontología arcaica: las
concepciones del ser y la realidad que pueden desprenderse del comportamiento del
hombre de las sociedades premodernas. El símbolo, el rito, el mito, expresan un
complejo sistema de afirmaciones coherentes sobre la realidad última de las cosas,
sistema que puede considerarse en sí mismo como una metafísica.
Los objetos del mundo exterior como los actos humanos cobran un valor y llegan a ser
reales, porque participan en una realidad que los trasciende. El objeto aparece como
receptáculo de una fuerza extraña que le confiere sentido y valor. Así también los actos
humanos, su significación y valor están vinculados por ser reproducción de un acto
primordial. Lo que él hace ya se hizo. Esa repetición consciente de gestos
paradigmáticos determinados remite a una ontología original. Participan de una
realidad transcendente.
Agrupa a los elementos en las siguientes categorías:
• Los elementos cuya realidad es función de la repetición, de la
imitación de un arquetipo celeste.
• Los elementos: ciudades, templos, casas cuya realidad es tributaria
del simbolismo del centro supraterrestre que los asimila a sí mismo y
los transforma en centros del mundo
• Los rituales y los actos profanos significativos que sólo poseen el
sentido que se les da porque repiten deliberadamente tales hechos
planteados ab origine por dioses, héroes y antepasados.
ARQUETIPOS CELESTES DE LOS TERRITORIOS, DE LOS TEMPLOS Y DE LAS
CIUDADES
El templo tenía un prototipo celeste. Por ejemplo en el monte Sinaí Jehová muestra a
Moisés la forma del santuario que deberá tener. También las ciudades tienen su
prototipo divino. Por ejemplo las babilónicas que tenían sus arquetipos en
constelaciones (Nínive en la Osa mayor).
El mundo que nos rodea tiene un arquetipo extraterrestre. Otras regiones
corresponden a un modelo mítico pero diferente, de otra naturaleza. Todas las
regiones salvajes, incultas, etc., están asimiladas al caos: participan de la modalidad
informe de antes de la creación. Por esto cuando se explora un sitio se realizan actos
que repiten simbólicamente el acto de creación, así la zona es cosmizada. La
transformación del caos en cosmos por el acto divino de la creación, dándoles formas y
normas. Por ejemplo con el cristianismo al conquistar erigían una cruz, repitiendo así el
bautismo. Por el ritual se le da una forma, se lo convierte en real, y lo real es lo
sagrado.
EL SIMBOLISMO DEL CENTRO
EL simbolismo arquitectónico del centro puede formularse de la siguiente manera: 1)
La Montaña sagrada, donde se reúnen el cielo y la tierra, se halla en el centro del
mundo. El infierno, el centro de la tierra y la puerta del cielo se hallan en un mismo eje
y se hacía el pasaje de una zona a otra. 2) Todo templo o palacio o ciudad sagrada, es
una “montaña sagrada” debido a lo cual se transforma en centro. Los nombres de los
templos y de las torres sagradas babilónicos son testimonio de su asimilación a la
montaña cósmica, por ejemplo “Lazo entre el cielo y la tierra”.3) Es considerado el
lugar de encuentro del cielo con la tierra y el infierno. La cima de la montaña es el
lugar donde la creación comenzó.
REPETICIÓN DE LA COSMOGONÍA
El centro es el lugar sagrado y todos los demás símbolos, como por ejemplo el árbol de
la vida, la fuente de Juvencia, se hallan también en este centro. El camino que lleva al
centro es el camino difícil. El acceso al centro equivale a una consagración, a una
iniciación.
Esta repetición de la cosmogonía se observa en los ritos de construcciones, como por
ejemplo de la construcción de un templo. El prototipo del rito de construcción es el
sacrificio que se hizo al fundar el mundo. Para asegurar la realidad y la duración de
una construcción se repite el acto divino de la construcción ejemplar. Se consagra el
terreno, así se transforma en un “centro”. Todo espacio consagrado coincide con el
centro del mundo, y el tiempo de un ritual coincide con el tiempo mítico del “principio”,
el tiempo concreto se proyecta al tiempo mítico, así se desarrolla en un espacio y
tiempo sagrado.
MODELOS DIVINOS DE LOS RITUALES
Todo ritual tiene un modelo divino, un arquetipo. Se considera que los actos religiosos
han sido fundados por los dioses, héroes civilizados o antepasados míticos. El
calendario religioso del hombre conmemora en el espacio de un año todas las fases
cosmogónicas que ocurrieron ab origine. Los ritos matrimoniales también tienen un
modelo divino y el casamiento humano reproduce la hierogamia, la unión del cielo y la
tierra. En todos los ejemplos de estos ritos matrimoniales los resultados es la creación
cósmica. El rito cosmogónico se suelo relatar en estos ritos pero también sirve de
modelo ejemplar en todas las ceremonias que tengan como finalidad la restauración de
la plenitud integral ,como por ejemplo en curaciones, trabajos agrícolas. La
cosmogonía representa la creación por excelencia.
La asimilación del acto sexual con el trabajo de campo es frecuente. La mayoría de las
orgías colectivas encuentran justificación en la promoción de las fuerzas vegetales.
Estas manifestaciones tienen un prototipo suprahumano y tendían a instaurar la
fertilidad y la opulencia universales. Lo importante es la legitimación de los actos
humanos por un modelo extrahumano.
ARQUETIPOS DE LAS ACTIVIDADES PROFANAS
Son profanas aquellas actividades que no tienen significación mítica, que carecen de
modelos ejemplares. En el mundo arcaico podemos decir que ignora estas actividades
porque toda acción dotada de un sentido preciso (ejemplo cazar) participa en lo
sagrado. Da ejemplos de danza, guerra. En este último caso muchas veces tienen una
causa y una función rituales. El valor mágico y farmacéutico de ciertas hierbas se debe
también a un prototipo celeste de la planta o al hecho de que ésta fue usada por
primera vez por un dios.
LOS MITOS Y LA HISTORIA
La realidad se adquiere por repetición o participación, repetición de un arquetipo. Se
produce abolición del tiempo profano, de la duración, de la historia y el que reproduce
el hecho ejemplar se ve transportado a la época mítica en la que sobrevino la
revelación de esa acción ejemplar. Esta suspención del tiempo profano corresponde a
una necesidad profunda del hombre arcaico: no soporta la “historia” y se esfuerza por
anularla en forma periódica.
Transformación del hombre en arquetipo mediante la repetición. Por ejemplo los
soberanos se consideran como los imitadores del héroe primordial. Transfiguración de
la historia en mito. Es frecuente también la mitificación de los personajes históricos.
Muchas veces deben luchar con dragones y serpientes porque son identificados con los
señores del lugar, representan la modalidad preformal del universo. Así los
conquistadores deben formar, crear los territorios ocupados.
En la memoria popular, el recuerdo de un acontecimiento histórico o de un personaje
auténtico no subsiste más de dos o tres siglos. Esto se debe a que funciona por medio
de categorías en lugar de acontecimientos, arquetipos en vez de personajes históricos.
El personaje histórico es asimilado a su modelo mítico (héroe) mientras que el
acontecimiento se incluye en la categoría de las acciones míticas.
La memoria colectiva es ahistórica. Podría decirse que la memoria popular restituye al
personaje histórico de los tiempos modernos su significación de imitador del arquetipo
y de reproductor de las acciones arquetípicas. A veces ocurre raramente que se tiene
la ocasión de presenciar en vivo la transformación de un acontecimiento en mito.
Recalca el carácter ahistórico de la memoria popular y la impotencia de la memoria
colectiva para retener los acontecimientos y las individualidades históricas sin
transformarlos en arquetipos, sin anular sus particularidades históricas y personales.
Compara las concepciones diferentes de la existencia después de la muerte. La
transformación del difunto en antepasado.
II. LA REGENERACIÓN DEL TIEMPO
AÑO, AÑO NUEVO, COSMOGONÍA
En todas partes existe una concepción del fin y del comienzo de un período temporal,
fundado en la observación de los ritmos biocósmicos, que se encuadran en un sistema
más vasto, el de las purificaciones periódicas (purgas, ayunos, confesiones de pecados,
consumición de la nueva cosecha) y de la regeneración periódica de la vida. Existe una
necesidad de una regeneración periódica. Una regeneración periódica del tiempo
presupone una creación nueva, una repetición del acto cosmogónico, una abolición de
la historia.
Divide en dos grupos las ceremonias periódicas: 1) expulsión anual de los demonios ,
enfermedades y pecados; 2) rituales de los días que preceden y siguen al Año Nuevo.
Describe y ejemplifica cada una de ellas. Casi en todas partes, la expulsión de los
demonios, de las enfermedades y de los pecados coinciden o coincidió en cierta época,
con la fiesta del Año Nuevo. En este período asistimos al cese de cierto intervalo
temporal, a la abolición del año pasado y del tiempo transcurrido. El sentido de las
purificaciones rituales es una combustión, una anulación de los pecados y de las faltas
del individuo y de la comunidad en su conjunto. La regeneración es un nuevo
nacimiento. Por lo tanto esta expulsión de demonios, enfermedades y pecados es en
realidad una tentativa de restauración del tiempo primordial y puro. Todo Año nuevo
es volver el tiempo en su comienzo, una repetición de la cosmogonía.
Los combates rituales entre los dos grupos de figurantes, la presencia de los muertos,
las saturnales y la orgías son otros tantos elementos que denotan que al fin del año
Nuevo se repiten los momentos míticos del pasaje y del Caos a la Cosmogonía
LA PERIODICIDAD DE LA CREACIÓN
La creación del mundo se reproduce cada año. Permite el retorno de los muertos a la
vida y mantiene la esperanza de los creyentes en la resurrección de la carne. En estos
casos esa resurrección se producirá al comienzo del año, al principio de una nueva era.
Existen lazos estrechos entre las ideas de la creación por el agua (diluvios, lluvia), el
nacimiento y la resurrección.
REGENERACIÓN CONTINUA DEL TIEMPO
Necesidad de mantenerse sin cesar en el “paraíso de los arquetipos”. También la
necesidad del hombre de librarse del recuerdo del pecado, de una secuencia de
acontecimientos personales cuyo conjunto constituye la historia.
Fuera de las ceremonias periódicas de abolición de la historia, las sociedades conocían
y aplicaban otros métodos para lograr la regeneración del tiempo. Por ejemplo los ritos
de construcción representan la reactualización de la cosmogonía. En las ceremonias de
entronización del rey, un nuevo reinado ha sido considerado como una regeneración
de la historia del pueblo e incluso de la historia universal. Con cada nuevo soberano
comenzaba una nueva era.
Diversos en sus fórmulas, todos estos instrumentos de regeneración tienden hacia la
misma meta: anular el tiempo transcurrido, abolir la historia mediante un regreso
continuo por la repetición del acto cosmogónico.
La idea de que la vida no puede ser reparada sino sólo re-creada mediante la
repetición de la cosmogonía, se ve claramente en los rituales de curación. En muchos
pueblos primitivos la curación lleva implícita como elemento esencial la narración del
mito cosmogónico. Tanto en el antiguo oriente como en las tradiciones médicas
europeas, un remedio es eficaz si se conoce su origen y si su aplicación es
contemporánea con el momento mítico de su descubrimiento.
Describe algunas características de las creencias relacionadas con el ciclo lunar han
desempeñado un papel importantísimo en la elaboración de las concepciones cíclicas.
Encontramos analogías en las concepciones apocalípticas y en las antropogonías
arcaicas: el diluvio o la inundación pone fin a una humanidad agotada y pecadora. Se
regenera una nueva humanidad, en general de una antepasado mítico, salvado de la
catástrofe o de un animal lunar. El ritmo lunar revela intervalos cortos y nos revela
consecuencias optimistas. Ese optimismo se limita a la conciencia de la normalidad de
la catástrofe cíclica, a la certeza de que tiene un sentido, y de que jamás es definitiva.
Son necesarios para que la humanidad se regenere. En todos estos concepciones
lunares domina la concepción del eterno retorno, de la vuelta cíclica de los que entes
fue.
III. DESDICHA E HISTORIA.
“NORMALIDAD” DEL SUFRIMIENTO
Habla del sufrimiento en cuanto acontecimiento en cuanto a hecho histórico, del
padecimiento provocado por una catástrofe, invasión o las injusticias sociales, etc. El
primitivo lo relaciona a ciertas influencias mágicas o demoníacas contra las cuales el
brujo o sacerdote disponen de armas. Los Seres Supremos celestiales no intervienen,
en los pueblos primitivos, sino en última instancia, cuando todos los intentos para
alejar los sufrimientos han fracasado. Sin embargo, cada momento del tratamiento
mágico-religioso del “sufrimiento” ilustra con limpidez el sentido de este último:
proviene de la acción mágica de un enemigo, de una infracción a un tabú. El primitivo
no puede concebir un “sufrimiento” no provocado, éste proviene de una falta personal
o de la maldad del vecino, pero siempre hay una falta en la base, o por lo menos una
causa. En general puede decirse que el sufrimiento es considerado como la
consecuencia de un extravío con relación a la norma.
LA HISTORIA CONSIDERADA COMO UNA TEOFONÍA
En el caso de los hebreos, los acontecimientos históricos obtenían una significación
religiosa, aparecían como los castigos infligidos por el Señor a cambio de las
impiedades de Israel. Estos acontecimientos se transfor-maban en teofanías negativas,
en la ira de Yahvé, y develan una única voluntad divina. Así los profetas valoran la
historia, consiguen superar la visión tradicional del ciclo y descubren un tiempo de
sentido único. Por eso es posible afirmar que los hebreos fueron los primeros en
descubrir la significación de la historia como epifanía de Dios, y esta concepción fue
seguida y ampliada por el cristianismo.
El mesianismo no llega a superar la valoración escatológica del tiempo: el futuro
regenerará al tiempo, le devolverá su pureza y su integridad originales. Se coloca así
no sólo en el comienzo sino al final de los tiempos. El Mesías asume el papel
escatológico del Rey-dios o del represen-tante de la divinidad en la tierra, cuya misión
era regenerar periódicamente la naturaleza. La diferencia reside en que no se proyecta
cada año sino en un tiempo futuro y mesiánico.
La historia aparece fiscalizada por la voluntad de Yahvé, aparece como una sucesión
de teofanías negativas o positivas, cada una de las cuales tiene su valor intrínseco.
Pero no hay que olvidar que estas concepciones son creación de una elite religiosa.
Como ya no puede ignorar o abolir periódicamente la historia, el hebreo la soporta con
la esperanza de que cesará definitivamente en un momento más o menos lejano. La
irreversibili-dad de los acontecimientos históricos y del tiempo es compensada por la
limitación de la historia en el tiempo. En la concepción mesiánica, la historia debe ser
soportada porque tiene una función escatológica. La historia es abolida en el futuro. La
regeneración periódica de la creación es reemplazada por una regeneración única. Pero
la voluntad de poner fin a la historia es, al igual que las otras concepciones
tradicionales, una actitud antihistórica.
LOS CICLOS CÓSMICOS Y LA HISTORIA
Las teorías del “Gran tiempo” van casi siempre acompañadas por el mito de las edades
sucesivas, encontrándose siempre la “edad de oro” al principio del ciclo. Esa edad de
oro es recuperable, es repetible, una infinidad de veces en la doctrina del tiempo
cíclico y una vez en la del tiempo finito fragmentado entre dos infinitos atemporales
Tanto en los iranios como entre los judíos y los cristianos, la “historia” que se atribuye
al universo es limitada, y que al fin el mundo coincide con el aniquilamiento de los
pecadores, la resurrección de los muertos y la victoria de la eternidad sobre el tiempo.
Como se trata de una experiencia religiosa totalmente diferente de la tradicional,
puesto que se refiere a la “fe”, la regeneración periódica del mundo se traduce en el
cristianismo en una regeneración de la persona humana.
DESTINO E HISTORIA
Un rasgo común relaciona a todos los sistemas cíclicos difundidos en el mundo
helenista-oriental: el momento histórico contemporáneo representa una decadencia
respecto de los momentos históricos precedentes. Tendencia a la desvalorización del
momento contemporáneo. El carácter común es que la historia ea soportada porque
era necesaria en último análisis. Ya sea que la historia esté regida por la marcha de los
astros o por el proceso cósmico o sometida a la voluntad de Dios, el resultado es el
mismo: ninguna de las catástrofes que la historia revelaba era arbitraria.
IV. EL TERROR A LA HISTORIA
LA SUPERVIVIENCIA DEL MITO DEL “ETERNO RETORNO”
Compara al hombre “histórico” que se sabe y se quiere creador de historia con el de
las civilizaciones tradicionales, que la anula, la desvaloriza y no le concedía al
acontecimiento histórico ningún valor en sí, no lo consideraba como una categoría
específica de su propio modo de existencia. Sin embargo el mundo moderno no está
ganado por el historicismo, aún asistimos al conflicto de dos concepciones: la arcaica y
la moderna, posthegeliana, histórica.
Analiza las soluciones que ofrece la perspectiva historicista para que el hombre
moderno pueda soportar la presión de la historia contemporánea. Las sociedades
agrícolas y las capas populares europeas no han conseguido abolir ni la teoría del
arquetipo ni las teorías cíclicas y astrales.
LAS DIFICULTADES DEL HISTORICISMO
La reaparición de las teorías cíclicas en el pensamiento actual corresponde a un deseo
de hallar un sentido y una justificación transhistórica a los acontecimientos históricos.
Desde Hegel intentos de salvar y valorar el acontecimiento histórico. El concepto de
necesidad histórica gozará de una actualidad. Todas las crueldades, aberraciones y
tragedias de la historia han sido y siguen siendo justificadas por las necesidades del
“momento histórico”. Hegel se sentía obligado a ver en cada acontecimiento la
voluntad del espíritu universal, era la manifestación. Pero con Marx la historia se
despoja de toda significación transcendente, no es que la epifanía de la lucha de
clases. El marxismo coloca la edad de oro exclusivamente al final de la historia.
Cuanto más se agrave el terror a la historia, cuanto más precaria se haga la existencia
debido a la historia, tanto más crédito perderán las posiciones de historicismo.
LIBERTAD E HISTORIA
Diferencia capital entre el hombre moderno y el arcaico reside en el valor creciente
que el hombre moderno concede a los acontecimientos históricos, a esa “novedades”
que para el hombre tradicional constituían hallazgos carentes de significado
infracciones a las normas.
La libertad de hacer la historia de que se jacta el hombre moderno es ilusoria para casi
la totalidad del género humano. A lo sumo le quedan la libertad de elegir entre
oponerse a la historia que hace la minoría (libertad de elegir entre el suicidio o el
destierro) y refugiarse en una existencia subhumana o en la evasión. La libertad que
implicaba la existencia “histórica” pudo ser posible al principio de la época moderna,
pero tiende a volverse cada vez más inaccesible a medida que es época se torna más
“histórica”. El marxismo y el fascismo deben llevar a la constitución de dos tipos de
existencia histórica: la del jefe (el único verdaderamente libre) y la de los adeptos. Así,
para el hombre tradicional, el hombre moderno no constituye el tipo de un ser libre ni
el de un creador de la historia.
DESESPERACIÓN O FE
Ninguna de las filosofías historicistas defiende al hombre del terror de la historia. El
horizonte de los arquetipos y de la repetición sólo puede ser superado mediante una
filosofía de la libertad que no excluya a Dios. La fe constituye la más alta libertad, la de
poder intervenir en el estatuto ontológico mismo del universo. Solo semejante libertad
es capaz de defender al hombre moderno del terror a la historia: una libertad que tiene
su fuente y halla su garantía y su apoyo en Dios.
El cristianismo es la religión del hombre moderno y del hombre histórico, del que ha
descubierto simultáneamente la libertad personal y el tiempo continuo.
* Bibliografía: Mircea Elíade "El mito del eterno retorno".

CARTAS A MIS AMIGOS (NOVENA) Silo.



Estimados amigos:
Muchas veces he recibido correspondencia en la que se pregunta: “¿Qué pasa hoy con los derechos humanos?”. Personalmente no estoy en condiciones de dar una respuesta ajustada. Creo, más bien, que aquellos que suscribieron la Declaración Universal de Derechos Humanos, es decir más de 160 estados de la Tierra, deben saber qué pasa. Esos estados firmaron el 10 de diciembre de 1948, o más adelante, la aceptación de aquel documento elaborado en el seno de las Naciones Unidas. Todos comprendieron de qué trataba, todos se comprometieron a defender los derechos proclamados. También se firmó un Tratado de Helsinki, y los países designaron representantes ante las comisiones de derechos humanos y ante tribunales internacionales.
1. Violaciones a los derechos humanos
Si a modo de crónica cotidiana tomáramos lo ocurrido en este campo en los últimos tiempos, tendríamos que replantear la pregunta y formularla así: “¿Qué pasa con el juego hipócrita de los gobiernos en el manejo de los derechos humanos?” Bastaría con seguir mínimamente a las agencias informativas, atender a diarios, revistas, radios y TV., para responder a la pregunta. Tomemos como ejemplo el último informe de Amnistía Internacional (solamente 1992), y expongamos sumariamente algunos de los datos suministrados.
Las violaciones a los derechos humanos aumentaron en el mundo con catástrofes destacadas como las guerras de Yugoslavia y Somalia. Hubo presos de conciencia en 62 países; torturas institucionales en 110 y asesinatos políticos, usados por los gobiernos, en 45. La guerra en Bosnia-Herzegovina mostró claramente los abusos y carnicerías efectuados por todos los bandos contra decenas de miles de personas que fueron asesinadas, torturadas y hambreadas, muchas veces sólo en razón de su etnia. En otros puntos como Tayikistán y Azerbaiyán se observaron los mismos fenómenos. Las denuncias de torturas y malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad se han elevado considerablemente en Alemania, Francia, España, Portugal, Rumania e Italia. En estos casos, la raza de las víctimas desempeñó un importante papel. También los grupos armados de oposición en el Reino Unido, España y Turquía cometieron serias transgresiones a los derechos humanos. En Estados Unidos fueron ejecutadas 31 personas (la mayor cifra desde 1977, fecha en que volviera a instaurarse la pena de muerte). Miles de civiles desarmados fueron muertos en Somalia en este período. Fuerzas de seguridad y “escuadrones de la muerte” asesinaron a alrededor de 4.000 personas en América Latina. En Venezuela ocurrieron decenas de arrestos y ejecuciones a presos políticos durante la suspensión de garantías constitucionales que sobrevino luego de los intentos de golpe del 4 de febrero y 27 de noviembre. En Cuba se mantuvo encarceladas, por razones políticas, a cerca de 300 personas pero al no permitirse la entrada al país de observadores internacionales de Amnistía tampoco se pudo verificar la exactitud de los datos. En Brasil, la policía mató a 111 presos durante un motín carcelario en Sao Pablo mientras que en la misma ciudad, Río de Janeiro y otros puntos del país, cientos de niños y otros “indeseables” fueron ejecutados. En Perú 139 personas “desaparecieron” y otras 65 fueron ejecutadas extrajudicialmente por las fuerzas de seguridad. Se recibieron informes de malos tratos generalizados en zonas montañosas campesinas y alrededor de 70 personas fueron condenadas a cadena perpetua tras juicios irregulares. Los grupos armados de oposición también asesinaron a varias docenas de personas en distintos puntos del territorio. En Colombia las reiteradas denuncias sobre violaciones a los derechos humanos fueron desmentidas por la consejería presidencial en la materia, atribuyendo las informaciones a opositores políticos interesados en falsear la imagen de la realidad política del país. Sin embargo, Amnistía denunció que las fuerzas armadas y los grupos paramilitares ejecutaron extrajudicialmente a no menos de 500 personas, al tiempo que los grupos armados de oposición y las organizaciones del narcotráfico asesinaron a cerca de 200. Agrega Amnistía que la lucha contra los militantes islámicos provocó un deterioro de la situación de los derechos humanos en varios países árabes como Argelia y Egipto. Torturas, procesos injustos, asesinatos políticos, “desapariciones” y otras violaciones graves fueron perpetradas por agentes gubernamentales en todo Medio Oriente. En Egipto, la adopción de una nueva legislación “facilitó” la tortura de los detenidos políticos y 8 militantes islámicos, presuntos integrantes de un grupo armado, fueron condenados a muerte por un tribunal militar “después de un proceso no equitativo”. En Argelia hasta 10.000 personas fueron recluidas sin inculpación o sin proceso, en campamentos aislados en el desierto. A su vez, grupos fundamentalistas se declararon responsables de asesinatos de civiles y de graves violaciones de los derechos humanos en Argelia y Egipto, como así también en los territorios ocupados por Israel. Las detenciones sin proceso están particularmente difundidas en Siria pero también tienen lugar en Israel, Libia, Irak, Kuwait, Arabia Saudita, Marruecos y Túnez. En China, Amnistía llamó la atención sobre la cantidad de presos de “conciencia” y sobre la existencia de penas que recaen sobre activistas políticos sin previos procesos judiciales.
Agencias periodísticas de distinta orientación, han exhibido mapas del mundo en los que se ve a decenas de países salpicados por el atropello a los derechos humanos y a otros en los que se contabilizan los muertos en guerras religiosas e interétnicas. También aparecen diversos puntos en los que miles de personas han perecido por causa del hambre en su lugar de origen, o en medio de grandes migraciones.
Pero lo mencionado más arriba no agota el tema de los derechos humanos ni, consecuentemente, las violaciones que éstos sufren.
2. Los derechos humanos, la paz y el humanitarismo, como pretextos de intervención
Hoy se habla, con renovado vigor, de los derechos humanos. Sin embargo, ha cambiado el signo de los que hacen ondear estas banderas. En décadas pasadas el progresismo trabajó activamente en la defensa de principios que habían sido consagrados por el consenso de las naciones. Por supuesto, no faltaron las dictaduras que en nombre de aquellos derechos se burlaron de la necesidad y de la libertad personal y colectiva. Algunas explicaron que mientras no se discutiera al sistema imperante los ciudadanos tendrían acceso a la vivienda, la salud, la educación y el trabajo. Lógicamente, dijeron, no había que confundir libertad con libertinaje y “libertinaje”, era discutir al régimen.
Hoy las derechas han recogido aquellas banderas y se las ve activas en la defensa de los derechos humanos y de la paz, sobre todo en aquellos países que no dominan totalmente. Aprovechando algunos mecanismos internacionales organizan fuerzas de intervención capaces de llegar a cualquier punto del globo a fin de imponer la “justicia”. En primer término llevan medicina y alimento para luego arremeter a balazos con las poblaciones, favoreciendo a la facción que mejor se les subordine. Pronto cualquier quinta-columna podrá invocar que en su país se altera la paz o se pisotean los derechos humanos para solicitar ayuda de los intervencionistas. En realidad, se ha perfeccionado a los primitivos tratados y pactos para la defensa mutua con documentos que legalizan la acción de fuerzas “neutrales”. Así se implanta hoy, remozada, la vieja Pax Romana. En fin, son los avatares ornitológicos que comenzando con el águila de los pendones legionarios tomó luego forma de paloma picassiana hasta llegar el día de hoy en que al plumífero le han crecido garras. Ya no regresa al Arca bíblica portando una rama de olivo, sino que vuelve al arca de valores llevando un dólar en su fuerte pico.
Adecuadamente se sazona todo con tiernas argumentaciones. Y en esto hay que ser cuidadosos, porque aún cuando se interviniera en terceros países por razones humanitarias evidentes para todos, se sentarían precedentes para justificar nuevas acciones sin razones tan humanitarias ni tan evidentes para todos. Es de observar que como consecuencia del proceso de mundialización, Naciones Unidas está jugando un rol militar creciente que entraña no pocos peligros. Una vez más se está comprometiendo la soberanía y autodeterminación de los pueblos mediante la manipulación de los conceptos de paz y de solidaridad internacional.
Dejemos los temas de la paz para otra ocasión y miremos un poco más de cerca los derechos humanos que, como todos sabemos, no se limitan a cuestiones de conciencia, de libertad política y de expresión. La protección de estos derechos no se reduce tampoco a evitar la persecución, el encarcelamiento y la muerte de los ciudadanos en razón de sus diferencias con un régimen dado. Es decir, no se circunscribe a la defensa de las personas frente a la violencia física directa que pudiera ejercerse contra ellas. Sobre este punto hay mucha confusión y mucho trabajo desordenado, pero algunas ideas básicas han quedado plasmadas en la Declaración.
3. Los otros derechos humanos
El documento, en el artículo 2.-1., dice: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.” Y algunos de los derechos proclamados son los siguientes: Artículo 23.-1. “Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.”; Artículo 25.-1. “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene así mismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdidas de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.”
Los artículos suscritos por los estados miembros, se basan en la concepción de la igualdad y universalidad de los derechos humanos. No están en el espíritu ni en la exposición taxativa de la Declaración, condicionales tales como: “.. esos derechos serán respetados si es que no perturban las variables macroeconómicas.” O bien: “... los mencionados derechos serán respetados cuando se arribe a una sociedad de abundancia”. No obstante, se podría torcer el sentido de lo expuesto apelando al Artículo 22. “Toda persona como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.” En ese “.. habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado”, se diluye el ejercicio efectivo de los derechos y ello nos lleva directamente a la discusión de los modelos económicos.
Supongamos un país con suficiente organización y recursos que de pronto pasa al sistema de economía de libre mercado. En tal situación, el Estado tenderá a ser un simple “administrador” al tiempo que la empresa privada se preocupará por el desarrollo de sus negocios. Los presupuestos para salud, educación y seguridad social serán progresivamente recortados. El Estado dejará de ser “asistencialista”, por consiguiente no tendrá responsabilidad en la situación. La empresa privada tampoco tendrá que hacerse cargo de los problemas ya que las leyes que pudieran obligarla a proteger tales derechos serán modificadas. La empresa entrará en conflicto aún con regulaciones sobre salubridad y seguridad laboral. Pero la idea y la práctica salvadora de la privatización de la salud pondrá a la empresa en situación de llenar el vacío dejado en la anterior etapa de transición. Este esquema se repetirá en todos los campos a medida que avance el privatismo que se ocupará de ofrecer sus eficientes servicios a quienes puedan pagarlo, con lo cual el 20% de la población tendrá cubiertas sus necesidades. ¿Quién defenderá entonces los derechos humanos dentro de la concepción universal e igualitaria si estos se ejercerán “... habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado”? Porque está claro que “cuanto más pequeño sea el Estado, más próspera será la economía de ese país”, según explican los defensores de esa ideología. En este tipo de discusión, de pronto se pasará de la declamación idílica sobre la “abundancia general” a la brutalidad expositiva que con carácter de ultimátum se presentará, aproximadamente, en éstos términos: “Si las leyes limitan al capital éste abandonará el país, no llegarán inversiones, no habrá préstamos internacionales ni refinanciación de deudas contraídas anteriormente, con lo cual se reducirán las exportaciones y la producción y, en definitiva, se comprometerá el orden social.” Así, con toda simpleza, quedará expuesto uno de los tantos esquemas de extorsión. Si esto que venimos comentando lo hemos derivado de la situación de un país con suficientes recursos, en su pasaje hacia la economía de libre mercado, es fácil imaginar el agravamiento de condiciones cuando el país en cuestión no cuente con los requisitos básicos de organización ni recursos. Tal como se está planteando el Nuevo Orden mundial y en razón de la interdependencia económica, en todos los países (ricos o pobres), el capital estará atentando contra la concepción universal e igualitaria de los derechos humanos.
La discusión anterior no puede plantearse en los términos estrictamente gramaticales del artículo 22 porque en él (y en toda la Declaración de los Derechos Humanos) no se está poniendo por encima de las personas una valoración económica que relativice sus derechos. Tampoco es legítimo introducir argumentos tangenciales al explicar que siendo la economía la base del desarrollo social, hay que dedicar todos los esfuerzos a las variables macroeconómicas, para que una vez lograda la abundancia se pueda atender a los derechos humanos. Eso es tan torpemente lineal como decir: “ya que la sociedad está sometida a la ley de la gravedad, es necesario concentrarse en este problema y cuando sea resuelto, hablaremos de los derechos humanos”. En una sociedad sana a los ciudadanos no se les ocurre construir en barrancos inestables porque dan por supuestos los condicionantes de la gravedad e, igualmente, todo el mundo sabe claramente qué son los condicionantes económicos y la importancia de su correcta resolución en función de la vida humana. De todas maneras éstas son digresiones que no hacen al tema central.
La consideración sobre los derechos humanos no queda reducida a éstas últimas cuestiones de trabajo, remuneración y asistencia, como en su momento tampoco fuera limitada a los ámbitos de la expresión política y la libertad de conciencia. Hemos destacado algún defecto en la redacción de la Declaración, pero aún así debemos convenir en que bastaría con una escrupulosa aplicación de sus artículos, por parte de todos los gobiernos, para que este mundo experimentara un cambio positivo de gran importancia.
4. La universalidad de los derechos humanos y la tesis cultural
Existen diversas concepciones del ser humano y esta variedad de puntos de vista a menudo tiene por base a las distintas culturas desde las que se observa la realidad. Lo que estamos planteando afecta globalmente a la cuestión de los derechos humanos. En efecto, frente a la idea de un ser humano universal con los mismos derechos y con las mismas funciones en todas las sociedades, hoy se levanta la tesis “cultural” que defiende una postura diferente sobre estos temas. Así, los sostenedores de esa posición consideran que los supuestos derechos universales del hombre no son sino la generalización del punto de vista que sostiene Occidente y que pretende una validez universal injustificada. Tomemos, por ejemplo, el artículo 16.-1. “Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio”; 16.-2. “Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse matrimonio”; 16.-3. “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.” Estos tres incisos del artículo 16 traen numerosas dificultades de interpretación y aplicación a varias culturas que partiendo del Oriente Medio y del Levante, llegan al Asia y al Africa. Es decir, traen dificultades a la mayor parte de la humanidad. Para ese mundo tan extenso y variado ni siquiera el matrimonio y la familia coinciden con los parámetros que parecían tan “naturales” al Occidente. Por consiguiente, esas instituciones y los derechos humanos universales referidos a ellas, están en discusión. Otro tanto ocurre si tomamos la concepción del Derecho en general y de la Justicia, si confrontamos las ideas de punición del delincuente con las de rehabilitación del que delinque, tópicos éstos en los que no hay acuerdo aún entre los países del mismo contexto cultural occidental. Sostener como válido para toda la humanidad el punto de vista de la propia cultura lleva a situaciones francamente grotescas. Así, en los Estados Unidos se aprecia como un atentado a los derechos humanos universales el seccionamiento legal de la mano del ladrón, que se practica en algunos países árabes, mientras se discute académicamente si es más humano el gas cianhídrico, la descarga de 2.000 voltios, la inyección letal, el ahorcamiento u otra macabra delicia de la pena capital. Pero también es claro que así como en este país hay una gran porción de la sociedad que repudia la pena de muerte, en aquél otro lugar son numerosos los detractores de todo tipo de castigo físico para el reo. El mismo Occidente, arrastrado por el cambio de usos y costumbres se ve en un aprieto a la hora de sostener su idea tradicional de la familia “natural”. ¿Puede existir hoy familia con hijos adoptivos? Desde luego que sí. ¿Puede existir familia en la que la pareja esté constituida por miembros del mismo sexo? Algunas legislaciones ya lo admiten. ¿Qué define entonces a la familia, su carácter “natural” o el compromiso voluntario de cumplir con determinadas funciones? ¿En qué razones puede basarse la excelencia de la familia monogámica de algunas culturas sobre la poligámica o poliándrica de otras culturas? Si ese es el estado de la discusión, ¿se puede seguir hablando de un Derecho universalmente aplicable a la familia? ¿Cuáles serán y cuáles no serán los derechos humanos que deban defenderse en esa institución? Claramente, la dialéctica entre la tesis universalista (poco universal en su propia área) y la cultural, no puede resolverse en el caso de la familia (que he tomado como uno de muchos ejemplos posibles) y me temo que tampoco pueda solucionarse en otros campos del quehacer social.
Digámoslo de una vez: aquí está en juego la concepción global del ser humano insuficientemente fundamentada por todas las posturas en pugna. La necesidad de tal concepción es evidente porque ni el Derecho en general, ni los derechos humanos en particular, podrán prevalecer si no se aclaran en su significado más profundo. Ya no es el caso de plantearse en abstracto las cuestiones más generales del Derecho. O se trata de derechos que para ser vigentes dependen del poder establecido, o se trata de derechos como aspiraciones a cumplirse. Sobre esto, hemos dicho en otra ocasión (La Ley, en El paisaje humano, Humanizar la Tierra): “Gentes prácticas no se han perdido en teorizaciones y han declarado que es necesario que exista una ley para que exista la convivencia social. También se ha afirmado que la ley se hace para defender los intereses de quienes la imponen. Al parecer, es la situación previa de poder la que instala una determinada ley que a su vez legaliza al poder. Así es que el poder como imposición de una intención, aceptada o no, es el tema central. Se dice que la fuerza no genera derechos, pero este contrasentido puede aceptarse si se piensa a la fuerza sólo como hecho físico brutal, cuando en realidad la fuerza (económica, política, etc.) no necesita ser expuesta perceptualmente para hacerse presente e imponer respeto. Por otra parte, aún la fuerza física (la de las armas por ejemplo), expresada en su descarnada amenaza, impone situaciones que son justificadas legalmente, y no debemos desconocer que el uso de las armas en una u otra dirección depende de la intención humana y no de un derecho...” Y más adelante: “Quien viola una ley desconoce una situación impuesta en el presente, exponiendo su temporalidad (su futuro) a las decisiones de otros. Pero es claro que aquel ‘presente’ en el que la ley comienza a tener vigencia, tiene raíces en el pasado. La costumbre, la moral, la religión, o el consenso social suelen ser las fuentes invocadas para justificar la existencia de la ley. Cada una de ellas, a su vez, depende del poder que la impuso. Y estas fuentes son revisadas cuando el poder que las originó ha decaído o se ha transformado de tal modo que el mantenimiento del orden jurídico anterior comienza a chocar con lo ‘razonable’, con el ‘sentido común’, etc. Cuando el legislador cambia una ley o un conjunto de representantes del pueblo cambia la Carta Fundamental de un país, no se viola aparentemente la ley en general porque quienes actúan no quedan expuestos a las decisiones de otros, porque tienen en sus manos el poder, o actúan como representantes de un poder, y en esa situación queda en claro que el poder genera derechos y obligaciones y no a la inversa.” Para terminar con la cita: “Los derechos humanos no tienen la vigencia universal que sería deseable porque no dependen del poder universal del ser humano, sino del poder de una parte sobre el todo. Si los más elementales reclamos sobre el gobierno del propio cuerpo son pisoteados en todas las latitudes, solo podemos hablar de aspiraciones que tendrán que convertirse en derechos. Los derechos humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro.”
Sobre nuestra concepción general del ser humano no es necesario volver acá ni reafirmar que el reconocimiento que hacemos de las realidades culturales diversas no invalida la existencia de una común estructura humana en devenir histórico y en dirección convergente. La lucha por el establecimiento de una nación humana universal es también la lucha, desde cada cultura, por la vigencia de derechos humanos cada vez más precisos. Si en una cultura de pronto se desconoce el derecho a la vida plena y a la libertad poniendo por encima del ser humano otros valores, es porque allí algo se ha desviado, algo está en divergencia con el destino común y, entonces, la expresión de esa cultura en ese punto preciso, debe ser claramente repudiada. Es cierto que contamos con formulaciones imperfectas de los derechos humanos, pero es por ahora lo único que tenemos en nuestras manos para defender y perfeccionar. Estos derechos hoy son considerados como simples aspiraciones y no pueden ser plenamente vigentes dados los poderes establecidos. La lucha por la plena vigencia de los derechos humanos lleva, necesariamente, al cuestionamiento de los poderes actuales orientando la acción hacia la sustitución de éstos por los poderes de una nueva sociedad humana.
Reciban con ésta, un gran saludo.

21 de noviembre de 1993

VIII. MITOS GRECO-ROMANOS


La lucha de las generaciones de inmortales.
Del eterno Urano (Cielo) y de la madre Gea (Tierra) nacieron seis titanes que con sus hermanas titánidas engendraron a una generación de dioses. Pero es a partir del gran Crono (Tiempo), el más joven titán, que todo comenzó a fluir según lo siguiente sucede a lo anterior. Antes de él, los tiempos corrían a saltos y en todas direcciones: el pasado sucedía al futuro y, a veces, todos los instantes transcurrían en tropel concentrado. En realidad, los mortales nada pueden decir de algo anterior al comienzo de las cosas (por esto algunos, hacen derivar de Crono a todo lo pensable).
Los hijos estaban enojados con sus padres pues cada vez que nacía un nuevo hermano, Urano lo mantenía en el seno de Gea sin dejarlo salir. Por esto Gea  fabricó una afilada hoz y mostrándola a sus hijos les explicó su maquinación. Su hijo Crono aceptó el instrumento que la madre le ofrecía y con él preparó una emboscada. Cuando Urano, deseoso de amor se tendió sobre Gea, el resuelto hijo salió de la obscuridad y tomando los genitales de su padre los segó arrojándolos hacia atrá.(2)
Así Crono desplazó a su padre en el reinado del Universo. Luego se unió a su hermana Rea y con ella comenzó a engendrar hijos, pero fue devorándolos conforme iban naciendo para evitar de este modo que algun descendiente obtuviera la dignidad real y lo desplazara de su lugar entre los inmortales. Rea, no pudiendo evitar la matanza  pidió ayuda a sus padres sabedores del Destino de Crono que debía ser reemplazado en su poder por uno de sus hijos. De este modo quedarían vengadas las Erinias que el monstruoso Crono había engullido(3) y se cortaría la cadena de asesinatos que preparaba Crono, de aguda mente.(4)
Cuando Rea estuvo a punto de parir, sus padres la enviaron a Creta y allí en la cueva de un monte recóndito dio a luz al gran Zeus. Nacido este, fue presentado envuelto en pañales a su padre Crono que entonces se dispuso a devorarlo... Pero he aquí que el niño que tragó era una bien disimulada roca que a la postre Crono terminó por vomitar junto a los hijos que había engullido anteriormente. Entre tanto, Zeus había ya crecido lo suficiente como para apoderarse de su padre despojándolo de sus atributos. De este modo el glorioso Zeus comenzó a andar el Destino que lo llevaba a gobernar entre los inmortales y para que se recordaran las viscisitudes de su nacimiento, clavó la roca del engaño en las cavidades del Parnaso.(5)
La lucha inevitable surgió entre el bando de Zeus, sus hermanos y aliados, y el de Crono y los titanes. Zeus mostró su fuerza descendiendo desde el sagrado monte Olimpo con el rayo, mientras retumbaban los cielos con el trueno y se arremolinaban los relámpagos haciendo dar vueltas a la sagrada llama.(6) La tierra crepitaba con el fuego al tiempo que las aguas del Océano hervían y una ardiente humareda envolvía a los Titanes quedando todo ojo enceguecido por el brillo del relámpago.(7) Así continuó la formidable lucha hasta que los dioses tomando con sus manos(8) a los Titanes los encadenaron enviándolos a las profundidades de las montañas en una zona húmeda, en los confines de la inmensa tierra.(9)
Prometeo y el despertar de los mortales.
Salvé a los mortales del Diluvio cuando encargué a Endimión y Pirra la construcción de una barca, y luego les expliqué cómo restablecer lo devastado cuando la nave descendió suavemente en los montes Tesalios. Amigo del conocimiento y la paz, en trance estoy de lograr mi objetivo; para esto he beneficiado a los mortales con la sabiduría. A menudo ocurre que ésta misma ciencia es envilecida por los sueños de dominio que los dioses infunden a los hombres para perderlos, volviéndolos a las épocas oscuras de las que yo los rescatara. ¡Pero haya fe en el avance! Y cuando los bandos se enfrenten, repetid conmigo estas amargas palabras que no por vulgares son menos ciertas: “¡Haced la guerra, mortales imbéciles; destrozad los campos y las ciudades; violad los templos, los sepulcros, y torturad a los vencidos. Haciéndolo así, prepararéis vuestra propia destrucción!”.(10) Y que os sirva en algo esta advertencia.
Así como Zeus, yo Prometeo soy hijo de titanes. Aquel nunca miró con buenos ojos que en la lucha divina me mantuviera al margen. Y así fue. No por malignos los titanes, mejor era Zeus en sus designios y altivez. Cuando los olímpicos, por fin, se apoderaron del gobierno del mundo, quisieron mantener su tiránico poder y, en su crueldad, mutilaron el cuerpo y la mente de los frágiles humanos viendo en ellos a enemigos futuros. Los cubrieron de superstición y de ignominia y hasta hoy se respeta la mentira de esa tribu de inmortales opresores. ¿Quién sino yo dio el conocimiento a los mortales que luego de siglos veían sin mirar y oían sin escuchar? Similares a los fantasmas de los sueños no había cosa que no confundieran. Vivían en la profundidad de cavernas temiendo a la luz. No sabían del ladrillo ni de la madera para hacer sus refugios; tampoco comprendieron la sucesión de las estaciones ni la salida y puesta de los astros. Todo lo hacían sin tino hasta que les enseñé a uncir el yugo de las bestias, a cultivar y cosechar, a componer los números y las letras y a construír los carros que surcan las aguas.(11)  A los hombres todo les pasaba sin posibilidad de elegir por faltar en ellos el conocimiento. Ni medicinas, ni metales pudieron conocer hasta que por mí, óyelo todo junto, obtuvieron todas las artes.(12)  Y, por cierto, dejaré que algunos por obsecuencia a los olímpicos, cuenten aún hoy su falsa historia que dice así:
“... Cuando los dioses y los mortales  todavía disputaban, Prometeo trató de engañar al gran Zeus cambiando los ricos alimentos por huesos y grasa. Ante esto, el Olímpico dijo: ´¡Japetónida(13) qué desigualmente has repartido las raciones!´. Desde entonces las tribus de mortales recuerdan el hecho quemando para los dioses en sus altares, huesos de animales cubiertos por la humeante grasa. Pero para evitar nuevos engaños que beneficiaran a sus amigos, perjudicando a los olímpicos, Zeus dispuso que los fresnos no tuvieran fuerza suficiente para producir el fuego. Reincidiendo, el astuto Prometeo se burló de los sagrados designios robando en una caña hueca el incansable fuego que puso en manos de los hombres. Se irritó el altitonante Zeus al ver el fuego en la distancia y comprender su origen. Por ello, y para que se supiera que no era posible transgredir la divina voluntad, retuvo al avieso Prometeo con una cadena que pasando a través de una columna quedó fijada a una roca. Así, a pesar de ser muy sabio,(14) el Japetónida sufrió un castigo merecido porque atado a la columna todos los días recibía la visita de un águila que devoraba su hígado regenerado cada noche”.
Sea como fuere aquella falsa historia el hecho es que un mortal, Heracles, dió cuenta con su flecha del águila devoradora. Entonces Zeus, reconocido el hecho, se resignó a que yo cargara parte de la cadena y de la roca que arranqué con la ayuda del héroe. Torpemente, Zeus, no quiso escuchar las condiciones que tenía yo en mente para beneficio de ambas partes. Solamente, cuando le advertí acerca de su futuro vio el peligro y a regañadientes compensó con mi libertad el consejo que de mí necesitaba. Y aún, obstinado, pensó que aunque libre se agotaba mi tiempo ya que la inmortalidad no me había sido concedida. Pero Quirón, el buen amigo y educador de los mortales, cambió conmigo su sino y eligiendo él bajar al Hades dejó la eternidad en mis manos. Ahora, luego de penurias y fatigas, estimulando siempre la esperanza, atraigo a los humanos para que también conquisten la libertad y su inmortal destino.
Deméter y Perséfona. Muerte y resurrección de la naturaleza.(16)
A Deméter canto, a ella y a su hija Perséfona que fue raptada cuando en los prados recogía flores. Cien capullos brotaban de una misma raíz cuando ella decidió coger el ramo, pero en ese momento retumbó la tierra y abriéndose vomitó fuera de sí al soberano del Hades llevado por negros corceles. Contra su voluntad la niña fue llevada por Hades a su reino subterráneo. Nadie escuchó ni vió nada de lo ocurrido y Deméter durante nueve días no probó la ambrosía buscando a su hija. Pero el Sol, que todo lo ve, informó a la apesadumbrada madre sobre todo lo acontecido: “Ningun mortal es culpable de lo que sucedió, solamente Zeus es responsable de todo porque dio a Hades como regalo a tu hija Perséfona. Sin embargo, oh diosa, cese tu llanto porque Hades como yerno no es despreciable, siendo hermano del generoso Zeus”. Encendida de furor la diosa abandonó el ágora celeste y el vasto Olimpo y descendió a las ciudades y los campos de los hombres afeando su aspecto para no ser reconocida. Pero los bienes que Deméter distribuye quedaron restringidos en su ánimo y, por tanto, nada germinaba ni daba frutos. Entonces Zeus, mandó llamar a la ofendida diosa pero ésta rehusó, deseosa como estaba de reencontrarse con su hija. De este modo, el padre de los dioses mandó a Hermes, el de los pies alados, a parlamentar con el infernal Hades y aquél dijo: “Hades, rey de los muertos, Zeus me envía para que saque de tus dominios a Perséfona así que su madre vuelva a verla y de este modo deponga su ira que impide germinar a las semillas, acabando con la frágil raza de los mortales”. Hades recomendó al punto que Perséfona partiera. Ésta saltó de júbilo; pero él le dio de comer un misterioso grano de granada para que regresara pronto a sus tenebrosos dominios. Luego, Hades entregó su carro a Hermes y éste acompañado por Perséfona acometió el regreso. El reencuentro de madre e hija conmovió a los dioses y el largovidente Zeus mandó a por ellas a la madre Rea, de manera que en el encuentro ésta dijo: “¡Ven acá, hija! Te llama el tonante Zeus para que vayas a las familias de las deidades; prometió darte las honras que quisieras entre los inmortales dioses; y asintió con la cabeza a que, en el transcurso del año, tu hija pase un tercio del tiempo en la oscuridad tenebrosa y los otros dos contigo y con los demás inmortales. Así dijo que se cumpliría y lo ratificó con un movimiento de su cabeza. Ve, hija mía, y obedece. No te irrites demasiado y haz que crezcan rápidamente los frutos de que viven los hombres”. Obedeció Deméter y de inmediato hizo salir las flores y los frutos en toda la naturaleza. Yexplicó los venerados misterios que no se deben descuidar ni escudriñar, por respeto a los dioses. ¡Dichosos aquellos que han contemplado estos misterios porque los no iniciados no alcanzan, después despues de muertos, la suerte de ver en la obscuridad tenebrosa!.
Dionisos, la locura divina.
Ninguno de nosotros sabe nada de nada; ni siquiera esto mismo de si sabemos o no sabemos, ni si sabemos que sabemos o que no sabemos; ni si en total hay algo o no lo hay. Porque las cosas son lo que uno crea de ellas.(17). Por tanto, debe moverse la razón y abrir otro horizonte para que los dioses hablen.
Canto al bullicioso Dionisos, coronado de hiedra y de laurel, hijo de Zeus y Sémele, miembro de la tribu de los inmortales. En los bosques las ninfas lo siguen y él llena los espacios obscuros con gran estrépito. ¡Salve, oh Dionisos, el de los muchos racimos!(18)
Dudando Sémele que su amante fuera el mismo Zeus, le pidió que se manifestara en todo su poder. Al complacerla el olímpico, la aparición fue tan grande y terrible que aquella murió fulminada. Su hijo sin nacer fue arrancado de su seno por el dios, pero al faltarle tiempo suficiente de gestación, Zeus cortó su propio muslo e injertándolo allí cosió luego la herida. Al llegar el tiempo, su padre lo extrajo vivo; por esto se le llama «Dionisos», «Zeus joven», o también «el nacido dos veces». Pero Hera celando a Zeus por sus amores con Semele buscó al niño recién nacido para acabar con él. De este modo Dionisos tuvo que ser llevado a Egipto y educado en profundas cuevas y para mayor seguridad el padre Zeus lo transformó en un cabrito. Era ya un joven cuando Dionisos fabricó el vino de la vid. Allí lo descubrió la vengativa Hera y enloqueciéndolo hizo que vagara por numerosos países, hasta que la asiática Cibeles, Gran Madre de numerosos pueblos, lo purificó devolviéndole la razón a través de misteriosos procedimientos. Rodeado de bacantes, fue llevando la vid de pueblo en pueblo. En uno de ellos un tirano quiso destruir la planta sagrada pero enloquecido cortó sus propias piernas y entonces sus súbditos lo descuartizaron para alejar la maldición del dios. Llegando a India sometió a los pueblos con su embriaguez y sus ritos y luego volvió a Grecia. Allí su culto fue resistido por otro gobernante que como consecuencia fue despedazado por mujeres tomadas por el delirio y la.embriaguez. De lugar en lugar, quiso llegar a las islas griegas y para esto se ubicó en las playas esperando el paso de algún navío. Esto finalmente ocurrió, pero los marinos tuvieron la idea de hacerlo prisionero para venderlo como esclavo. Así fue como la tripulación vio crecer vides por todo el barco mientras chorros de vino brotaban desde la cubierta y Dionisos, convertido en león, rugía amenazante. Enloquecidos se arrojaron al mar quedando convertidos en esos delfines que hasta hoy rodean a las naves, siempre tratando de explicar a los navegantes su confuso destino. Pero Dionisos siguió su labor misionera... Encontrando a la cretense Ariadna (aquella que con su hilo logró desbaratar los laberintos del Minotauro), redimió su amorosa pena. Siguió adelante el dios en su carro tirado por panteras, ceñida su frente por pámpanos y hiedra, tomando en su mano el tirso divino. Llegando a cada pueblo instituyó su culto y en las noches, al fuego de antorchas, sus devotos embriagados danzaron al son de panderos, cuernos y flautas. En éxtasis divino los bacantes abatían las pretensiones de la razón y al retomar su cordura dudaban de lo visto antes y después. Por esto, al celebrar el oscuro Dionisos con el luminoso Apolo la fusión de sus enseñanzas, el alma humana cedió la ferocidad de su instinto desatado, y la razón lejana bajó a la comprensión de sus profundidades. Y así, cuando la vengativa Hera reconoció el mérito de Dionisos, éste pudo regresar al Olimpo. Sin embargo, descendió antes al infierno y de allí rescató para la vida a la triste sombra de su madre Sémele.



1.-      Bajo este título englobamos a una cantidad de mitos de los que participaban no solamente griegos y romanos, sino otros propios del mundo creto-micénico que, desde luego, requerirían tratamiento aparte. Se observará que los sujetos tratados poseen nombres griegos y en ningún caso romanos, ya que los hijos de Rómulo absorben sus más prominentes mitos de la cultura griega, con el solo expediente de cambiar nombres y lugares en que se desarrollaron algunos acontecimientos. De ninguna manera estamos diciendo que la cultura romana no haya dado lugar a leyendas y mitos propios, ya que las sucesivas oleadas de invasores sobre esas tierras debieron enfrentar a pobladores más antiguos y éstos, desde luego, contaban con formas míticas y religiosas más o menos diferenciadas de los nuevos aportes. Por otra parte, la influencia cultural griega sobre la romana no es el único factor que juega, ya que numerosas «historias» derivan de egipcios, frigios, hititas, etc. Si vamos al caso, en la misma mitología griega son muchos los nombres de dioses de origen extranjero. Por otra parte, una cosa es la colección (y muchas veces transformación) de leyendas y mitos debidos a la pluma de los mitógrafos antiguos y otra el papel que dioses, semidioses y otras entidades jugaban en el culto personal y colectivo. En realidad es allí donde debe buscarse la verdadera importancia de los mitos, emparentados más con el sistema de creencias que con la simple expresión poética, plástica y a veces filosófica, como en el caso del Platón creador de «mitos» (Banquete, Fedón, Fedro, República, etc.), a través de los cuales explica su doctrina. Por nuestra parte, hemos utilizado los textos de Homero, Píndaro, Eurípides, Sófocles y Esquilo por su gran belleza expresiva y, desde luego, la Teogonía y los Trabajos y Días de Hesíodo que sin el vuelo poético de las obras de aquellos autores, constituyen verdaderas piezas de recopilación y «clasificación». Históricamente, los mitos que nos ocupan circularon por los países de lengua griega desde el s. X a.C. hasta aproximadamente el IV de la era actual. En tal sentido, obras como las de Hecateo escritas en el VI a.C. hubieran sido de inestimable valor, pero desafortunadamente han llegado hasta nosotros fragmentos dudosos de sus cuatro libros de Genealogías. Sin embargo la obra de aquel autor parece haber influido decisivamente en Ferécides que escribe sobre los primeros mitos atenienses. Por cierto que los autores posteriores no son desestimables (y esto vale también para los escritores romanos), pero a medida que avanza el tiempo la maraña informativa crece de tal manera que tiende a confundirse la fuente original con la creación reciente. Los seres más importantes mencionados en éste capítulo de “Mitos greco-romanos” son: Crono= Saturno romano; Zeus= Júpiter; Hera= Juno; Rea= Cibeles; Hermes= Mercurio; Deméter= Ceres; Perséfona= Proserpina; Dionisos= Baco y Heracles= Hércules.
2.-      Adaptación de la Teogonía. Hesíodo. v 154 a 181. Alianza. Madrid 1986. Hesíodo de Ascra, primera mitad del s. VII a. C. (?)
3.-      Las Erínias son tres: Tisífone («destrucción vengadora»); Alecteo («repugnante, hostíl») y Megera («refunfuñona»). Según A. Garibay, se trata de personificaciones de la idea de reparación del orden destruido por el crimen. Tienen, entre otras misiones, el mandato de reprimir la rebelión del joven contra el viejo. Viven en el Érebo y son anteriores a Zeus. Para A. Bartra son espíritus del castigo y de la venganza de sangre. Por último, P. Grimal las considera nacidas de las gotas de sangre con que se impregnó la tierra cuando la castración de Urano. Fueron también llamadas “Euménides”, y “Furias” por los romanos.
4.-      Ibid. v. 460 a 474.
5.-      Ibid. v. 470 a 501.
6.-      Ibid. v. 686 a 692.
7.-      Ibid. v. 693 a 699.
8.-      Ibid. v. 717 a 720.
9.-      Ibid. v. 730 a 732.
10.-    Versión libre sobre Las Troyanas de Eurípides. Fin de la escena XI, en adaptación de J. P. Sartre. Losada. Buenos Aires 1967. La cita entrecomillada corresponde al parlamento de Poseidón, pero nos hemos permitido ponerla en boca de Prometeo dado que se ajusta bien a su carácter y al contexto general en que el Titán desarrolla su relato. En todo caso, la sorpresa que produce la introducción de la advertencia “¡Haced la guerra, mortales imbéciles; destrozad los campos y las ciudades; violad los templos, los sepulcros, y torturad a los vencidos. Haciéndolo así, prepararéis vuestra propia destrucción!”, es explicable porque rompe el estilo épico y grave con una disonancia burlona, propia de mediados del siglo XX muy del gusto sartreano. Eurípides nació en Salamina en el 480 y murió en el 406 a. C.
11.-    Adaptación de Prometeo Encadenado. Esquilo. Episodio II. Losada. Buenos Aires 1984. Esquilo nació en Eleusis en el 525 y murió en el 456 a. C.
12.-    Ibid. Episodio II, después del primer Coro.
13.-    “Japetónida”, hijo de Jápeto. Jápeto es, a su vez, hijo de Urano y Gea, y hermano de Crono y de los otros titanes (Océano, Ceo, Hiperión y Crio) y titánides (Tetis, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Dione y Tia). Los titanes y titánides pertenecen a la primera generación de dioses (llamados “dioses titanes”). De la línea de Jápeto y Clímene derivan Atlante, Menecio, Prometeo y Epimeteo; así como de la línea de Crono y Rea derivan Hestia, Deméter, Hera, Hades, Posidón y Zeus. Prometeo resulta, por consiguiente, «primo» de Zeus. Pero es la línea de Crono (la de los llamados «crónidas»), la que se impone. Epimeteo, hermano de Prometeo (y su reverso dada su torpeza y falta de ingenio), acepta como regalo a Pandora de la que se sirve Zeus para arruinar a los hombres una vez más. De Epimeteo y Pandora nace Pirra y de Prometeo y Clímene nace Deucalión. Estos dos forman la pareja pobladora del mundo luego del Diluvio que envió Zeus en un nuevo castigo. Es gracias a otra intervención de Prometeo que el ser humano logra salvarse. En efecto, Prometeo instruye a Deucalión y Pirra para que construyan el Arca. Luego, los sobrevivientes de la catástrofe hacen resurgir a los humanos arrojando piedras hacia atrás (por encima del hombro), mientras caminan por los campos. Producto de esa “siembra”, van naciendo las mujeres y los hombres. En todo lo anterior, resalta la línea de los Japetónidas como promotora de la propagación humana.
14.-    Adaptación de Teogonía. v. 535 a 570 y 615 a 618.
15.-    Ibid. v. 521 a 525.
16.-    Adaptación de Himnos Homéricos. II. A Deméter. (en Ilíada II) Losada. Buenos Aires 1982.
17.-    Sobre la Naturaleza. I y II. Metrodoro de Kío.
18.-    Adaptación de Himnos Homéricos. XXVI. A Dionisos.