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Extracto – Silo, La Reja 7 de mayo de 2005




Inauguración del Parque Latinoamericano
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En algún momento del día o de la noche, aspira una bocanada de aire e imagina que llevas
ese aire a tu corazón. Entonces, pide con fuerza por ti y por tus seres más queridos. Pide
con fuerza para alejarte de todo aquello que te trae contradicción; pide porque tu vida tenga
unidad. No destines mucho tiempo a esta breve oración, a este breve pedido, porque
bastará con que interrumpas un instante lo que va sucediendo en tu vida para que en el
contacto con tu interior se despejen tus sentimientos y tus ideas.
Alejar la contradicción es lo mismo que superar el odio, el resentimiento, el deseo de
venganza. Alejar la contradicción es cultivar el deseo de reconciliación con otros y con uno
mismo. Alejar la contradicción es perdonar y reparar dos veces cada mal que se haya
infligido a otros.
Esta es la actitud que corresponde cultivar. Entonces, a medida que el tiempo pase
comprenderás que lo más importante es lograr una vida de unidad interna que fructificará
cuando lo que pienses, sientas y hagas vaya en la misma dirección. La vida crece por su
unidad interna y se desintegra por la contradicción. Y ocurre que lo que haces no queda solo
en ti sino que llega a los demás. Por tanto, cuando ayudas a otros a superar el dolor y el
sufrimiento haces crecer tu vida y aportas al mundo. Inversamente, cuando aumentas el
sufrimiento de otros, desintegras tu vida y envenenas al mundo. ¿Y a quién debes ayudar?
Primeramente, a quienes están más próximos, pero tu acción no se detendrá en ellos.
Con aquella “receta” no termina el aprendizaje sino que empieza. En aquella “receta” se dice
que hay que pedir, pero ¿a quién se pide? Según lo  que creas  será  a  tu  dios  interno,  o  a  tu
guía o a una imagen inspiradora y reconfortante. Por último, si no tienes a quién pedir
tampoco tendrás a quién dar y entonces mi regalo no merecerá ser aceptado.
Más adelante podrás considerar lo que explica el Mensaje en su Libro, en su Camino y en su
Experiencia. Y también contarás con verdaderos compañeros que puedan emprender contigo
una vida nueva.
En aquel simple pedido, hay también una meditación que se orienta hacia la propia vida. Y
ese pedido y esa meditación irán cobrando fuerza como para transformar las situaciones
cotidianas.
Avanzando de ese modo, tal vez un día captes una señal. Una señal que se presenta a veces
con errores y a veces con certezas. Una señal que se insinúa con mucha suavidad, pero que
en  contados  momentos  de  la  vida  irrumpe como un fuego sagrado dando lugar al
arrobamiento de los enamorados, a la inspiración de los artistas y al éxtasis de los místicos.
Porque, es conveniente decirlo, tanto las religiones como las obras de arte y las grandes
inspiraciones de la vida salen de allí, de las distintas traducciones de esa señal y no hay por
qué creer que esas traducciones representen fielmente al mundo que traducen. Esa señal en
tu conciencia es la traducción en imágenes de lo que no tiene imágenes, es el contacto con
lo Profundo de la mente humana, una profundidad insondable en que el espacio es infinito y
el tiempo eterno.
En algunos momentos de la historia, se levanta un clamor, un desgarrador pedido de los
individuos y los pueblos. Entonces, desde lo Profundo llega una señal. Ojalá esa señal sea
traducida con bondad en los tiempos que corren, sea traducida para superar el dolor y el
sufrimiento. Porque detrás de esa señal están soplando los vientos del gran cambio.

IX. MITOS NORDICOS.



Yggdrasil, el árbol del mundo.

Mas luego a la casa, potentes y afables,
tres Ases vinieron de aquella familia;
por tierra encontraron, con poco vigor,
a Ask y a Embla, faltos de suertes.
Ni ánimo entonces ni genio tenían,
ni vida o palabra ni buena color;
les dio ánimo Odín, les dio Honir el genio,
les dio Lódur palabra y la buena color.(2)

En los horizontes de hielo, en los fríos invernales del Gran Norte, ¡qué cosa más querida puede haber que el árbol, germen del fuego, piel cálida y protectora de la horda guerrera, cuerpo de serpiente que nos lleva en la incursión vikinga, herramienta del campo fértil, testigo del compromiso que celebramos ante él! Amamos la planta y aunque el sol es de oro, lo sentimos vegetal. Por esto siempre hemos soñado que el fin de este mundo ocurrirá cuando el Lobo devore al sol, cuando una capa oscura se pose en la tierra, cuando las plantas mueran. Descendemos de Ask («fresno») y Embla («olmo») dos hermosos troncos caídos que por voluntad de los dioses, de los Ases formadores, tornaron a la vida como seres humanos.
Ases y Asinias también aman al árbol, por eso allí se reúnen y deliberan. Pero mejor es que dialoguen sobre estas cosas, aquellos que saben hacerlo. Preguntó Gangleri: “¿En dónde se reúnen los dioses?” Y Hár respondió: “En el fresno Yggdrasil. Allí, diariamente los dioses levantan su tribunal y desde allí trazan el Destino del mundo”.  Y agregó Jafnhár:  “Las ramas  del gran árbol llegan a todos los mundos pero sus tres raíces comienzan donde los Ases(3) tienen su morada, donde viven los gigantes del hielo(4) y donde está el Niflheim.(5). Bajo esta última raíz está Hvergelmir(6). Y en ese lugar  Niddhögg muerde la raíz. Bajo aquella raíz que va hacia los gigantes del hielo está la fuente Mimir(8) en la que se encuentra el Conocimiento. Hasta ella fue Odim y pidió que se le permitiera beber de sus aguas pero unicamente pudo hacerlo cuando arrancó uno de sus ojos para dejarlo como ofrenda”.(9)
Algunos dicen que Odín, gran viajero, buscando siempre la sabiduría fue a otros países. Allí descendió a las profundidades de las minas y apoderándose del enano Alberico (dicen), le hizo entregar el yelmo que hace invisible, y el anillo poseedor del gran secreto del oro del Rin que el gnomo había robado a las custodias ondinas. También los gigantes Fafnes y Otr disputaron por esto con Odín. Uno con el cráneo roto quedó exánime y el otro convertido en dragón vivió defendiendo el tesoro de los Nibelungos; hasta que Sigfrido (nuestro Sígurd), lo mató apoderándose del anillo creador de tantos males, males que siguieron y que finalmente acabaron con todos aquellos que con él habían tenido relación. Porque solamente la sabiduría de Odín puede manejar esas fuerzas. Odín, que consulta a veces a los ahorcados y que acomete toda empresa por esa “sed de saber” que lo invade, ¿cómo no había de ir hacia las Nornas a tomar el agua del conocimiento? Odín suplicó a estas que le dejaran probar de las aguas pero ellas lo permitieron a cambio de uno de sus ojos. ¡Malditas sean las tres Nornas que lancearon el divino rostro para quedarse con su bien!(10) Estas tres mujeres, llamadas Urd(11), Verandi(12) y Skuld(13), modelan los días de los hombres. Pero aún hay otras Nornas que deciden la vida de los mortales, de los elfos y de los gnomos. Las vidas buenas están regidas por las Nornas buenas y las malas por las de perverso linaje.
Pero hay mucho más para evocar, ¿cómo olvidar al caballo de Balder que acompañó a la pira al héroe cuando él murió; o al caballo de Odin, el magnífico Sleipnir, que con sus ocho patas trazó las distancias del mundo? Y nuestra memoria se alegra recordando a los dos cisnes que se nutrían en las fuentes sagradas.(14)
Thor, las valkirias y el Valhala. El guerrero y su cielo.
De todos los Ases, Thor es el más fuerte. En su reino está la morada más grande que se conoce. El dios se desplaza en su carro tirado por dos grandes chivos y lleva consigo sus tres poderes: el martillo Mjöllnir, que es como el trueno y que bien conocen los cráneos de los trols del hielo y de los gigantes de los montes. Su otro poder reside en el cinturón con el que acrecienta su fuerza cuando se lo ciñe. Por último, con el poder de sus guantes de hierro toma su martillo y gracias a ellos no se le escapa el mango cuando da sus furibundos golpes. Tremendo es el empuje de Thor, mas él no está solo en los campos de guerra. Cuando comienza la batalla las valkirias cabalgan y eligen a los que están destinados a morir con valor. Ellas arrebatan a los héroes y los hacen llegar hasta el Valhala, (15) donde se encuentran las enormes puertas y las salas construídas con escudos; allí están las mesas y las jarras, allí comen el jabalí sagrado.
Al amanecer los guerreros saltan de sus lechos, toman las armas y se lanzan a los campos. En singular combate chocan y pelean derribándose unos a otros. Ese es el mejor entretenimiento para el día de los héroes. Al anochecer vuelven al Valhala en sus caballos y pasando las gigantescas puertas se acomodan en la sala. Enlazan sus brazos en larga cadena y como movidos por el viento del cielo o las olas del mar, se agitan a derecha e izquierda mientras cantan con estruendo. Después, amigos entre ellos, beben.(16)
Ragnarök, el Destino de los dioses. (17)
Vendrá el Terrible Invierno y entre vientos helados la persistente escarcha  acompañará a la nieve que no cesará en su empeño. Entonces habrá grandes batallas movidas por la codicia. El hermano dará muerte al hermano y las familias se borrarán sumergidas en el asesinato y el incesto.(18)
La vieja Adivina predijo en su canción, en su Völuspá, la ruptura de las cadenas del guardián del Infierno. Ella anunció la caída de los dioses(19), el derrumbe del mundo(20) Ella vió al lobo devorar al sol mientras otro se engullía la luna. Vió cómo caían la estrellas y escuchó temblar a la tierra. Profetizó la ruptura de las cadenas que sujetaban al lobo Fenris y la destrucción de los límites de la tierra cuando la serpiente marina agitando el océano avanzó sobre el piso firme.
La nave Naglfar, hecha con las uñas de los muertos estará terminada y se hará a la mar aún cuando los dioses traten de demorar la botadura, porque tantos muertos no podrán ser recogidos a tiempo y sus cabellos y uñas seguirán creciendo sin que nadie alcance a cortarlos. El cielo se partirá y el fresno Yggdrasil temblará. Todos los Ases con sus brillante armaduras avanzarán hacia el campo de batalla; allí Odin, con su yelmo de oro entrará luchando en las fauces del lobo Fenris; Thor dará muerte a la gran serpiente pero caerá muerto por su veneno; Vitharr romperá el paladar del lobo y cada As y cada monstruo se matarán mutuamente. Entonces Surtr arrojando fuego incendiará al mundo (21).
¿Qué quedará entonces del cielo y de la tierra? ¿Qué será de los dioses? La Adivina vaticinó que las imágenes de los dioses y de la tierra y de la antigua gente se habrán evaporado como una alucinación, como aquella que padeció Thor cuando creyó que lo vencían. Se habrá evaporado la ilusión de un mundo y de los dioses correspondientes a ese mundo. Entonces, los hombres que estaban escondidos tendrán por alimento el rocío de la mañana. La tierra será hermosa y verde; dará frutos sin que se siembre y habrá palacios aéreos. Todos se reunirán y conversarán y recordarán su antigua sabiduría y hablarán de los hechos que acontecieron, de la Serpiente que Rodea la Tierra y del Lobo Fenris. También hallarán en la hierba esas piezas de oro con las que jugaban los Ases en sus tableros. La humanidad estará lista para aprender y por ello empezará a caminar entre los dioses. Pero nada más hay que agregar porque estas cosas todavía no se han cumplido. 
Con esto se cerró el ciclo del último vikingo. De Haki se escuchó la voz, mientras su larga serpiente enfilaba hacia el mar. De Haki se escucharon las frases que a su hijo dirigía, mientras la bruma en denso manto cerraba sus espaldas. Un rojo resplandor quemó la niebla y el rugir de las olas besó el rumor de sus palabras. Así dijo Haki: “No te confundan esas fábulas con las que hacemos inocente el saber que hemos recibido. Por ahora les tocará avanzar a extrañas gentes, intolerantes gentes que borran la memoria de otros pueblos. A ellos les gustará escuchar que el Yggdrasil va quedando mustio porque Odín cortó una de las ramas para hacer su lanza. Ellos chasquearán su lengua con deleite porque Odín perdió un ojo. Ellos se regocijarán porque nuestro cielo cae en espantoso crujido y les parecerá que eso predice su alborada. Así hemos contado nuestras cosas, pero ellos nada saben... El Yggdrasil se levanta inmenso y en las noches refulge; todo el cielo gira en torno al eje de su Gran Norte mientras su ápice conecta con la estrella fija y el sol rueda mortecino en los horizontes helados. Ellos celebrarán su más importante día con nuestro árbol nevado y en su cúspide estará la estrella fija, y esa noche les enviaremos regalos bajando desde el cielo en un trineo dorado tirado por renos. En sus sueños y cuentos habitarán nuestros trasgos, trols, gigantes y anillos encantados. Nuestros bosques los llamarán y cuando giren la cabeza muy rápidamente alcanzarán a ver un elfo; escucharán el canto de la ondina en los arroyos rumorosos y buscarán la vasija de oro que dejan los gnomos tras el arco iris... Pero ¡vamos ya! En nuestros ventisqueros y glaciares irrumpe el volcán y el géiser proyecta su calor. Ajusta la mano en el timón, ¡hijo y amigo! Ya dejamos los fiordos conocidos. En las auroras boreales los dioses danzando cambian de color, mientras nosotros aquí abajo cabalgamos las olas del mar furioso”.(22)



1.-      Sobre los antecedentes de la literatura nórdica relacionada con los mitos, F. Durand hace la siguiente revisión histórica: “En 1643, el obispo islandés de Skálholt descubrió un manuscrito que obsequió al rey de Dinamarca Federico III. El Codex Regius contenía la transcripción que a comienzos del siglo XIII hizo Snorri de un conjunto de poemas muy antiguos, a los que puso el título genérico de Edda. Más tarde había de encontrarse el manuscrito de otro erudito, Saemund, donde figuraban las mismas obras, lo cual explicaría el plural: los Edda. Estos poemas fueron concebidos en época preliteraria; la mayor parte parecería que datase de los siglos VII y VIII, pero ciertos filólogos tienden a ubicar los poemas más arcaicos en el siglo VI. Es evidente que estos poemas comenzaron a recitarse en Noruega y también fueron transmitidos de generación en generación hasta que los colonos los llevaron a la isla de “hielo y fuego” y los escribas medievales los salvaron del olvido asentándolos sobre vitela. El resto de Escandinavia también participó en la elaboración de esta obra. Así en los Gesta Danorum de Saxo Grammaticus figura la traducción latina de poemas que se pueden calificar de proto-éddicos. El grandioso poema danés del siglo X, el Bjarkemál, que Olaf hizo cantar ante sus hombres en formación en Stiklestad, apenas si difiere de ciertas estrofas éddicas”. Los Vikingos, págs. 108 y 109. Eudeba. Buenos Aires 1975. De esta suerte, se rescata una tradición que comenzó en época de las migraciones (entre los siglos III y IV) que se fue extendiendo por todo el mundo germánico. Pero la literatura mítica queda restringida al ambiente escandinavo. Si hablamos de grupos de leyendas o escritos nórdicos más o menos épicos podemos hallar producciones tanto en Inglaterra como en Alemania y otros países. Pero aquí nos estamos refiriendo a un tipo de literatura que se concentra preferentemente en Islandia. Esto es así debido a complejas situaciones en las que ha jugado también el factor geográfico. Desde el descubrimiento y colonización de Islandia por los noruegos (hacia el 874), hasta la primera generación de islandeses cristianos (alrededor del 1.000), ocurren numerosos fenómenos en todo el mundo escandinavo que bien podemos hacer coincidir con el “ciclo vikingo”. Epoca turbulenta, de expansión y conflicto continuo, tiene su revés en el avance de las potencias continentales y del Cristianismo. En este período, valiosa documentación es eliminada o perdida en Suecia, Noruega y Dinamarca. En Islandia, se conserva una enorme producción que se continúa hasta bien entrado el S. XIII, tal es el caso de la Edda Mayor de la que nosotros tomamos los cantos de temas mitológicos, dejando de lado los temas épicos. Afortunadamente para las letras, surge la colosal figura de Snorri Sturluson (1179-1241) que compone numerosas sagas y rescata la mitología nórdica, particularmente en su Gylfaginning (El Engaño de Gylfi) y, en alguna medida, en su Skaldskaparmal (Discurso para la preparación de Poetas). La Edda Mayor en verso, y la llamada Edda Menor (o Edda en Prosa, o Edda de Snorri), constituyen las fuentes más seguras sobre mitología nórdica debida a los islandeses.
2.-      Edda Mayor. Völuspá. 17 y 18. Alianza. Madrid, 1986
3.-      Forma genérica de designar a los dioses. Cuando se habla de alguna diosa en particular se la llama Asinia.
4.-      Espacio lleno de energía. Ese lugar se llenó y hundió por el peso de los hielos cuando éstos dejaron de fluir pero luego, cuando en algunos lugares lucharon el hielo y el fuego volcánico, la escarcha de los glaciares se fundió y de las gotas comenzó a formarse Ymir, el primer gigante del hielo que tiene en su interior el calor volcánico y algo de la energía del Ginnungagap.
5.-      Es el lugar del hielo del norte en oposición a Múspel, región mítica cálida del sur. En ésta vive un gigante que defiende el lugar blandiendo una espada de fuego y que saldrá de allí al fin de los tiempos para incendiar al mundo.
6.-      Una fuente.
7.-      La serpiente que roe las raíces.
8.-      Uno de los Ases.
9.-      Adaptado del Gylfaginning (El engaño de Gylfi), Textos mitológicos de las Eddas. Snorri Sturluson. XV. Miraguano. Madrid. 1987. La pérdida de un ojo a cambio de un bien mayor también aparece reflejada en otras leyendas e historias como la siguiente que, además, nos ilustra sobre el comportamiento belicoso de los vikingos: “Cuando llegó a la estancia donde dormía Armód, su mujer y su hija, Egil abrió la puerta y fue a la cama de Armód. Sacó la espada y con la otra mano agarró la barba de Armód y tiró de él hacia el borde de la cama. Pero la mujer y la hija de Armód se levantaron a toda prisa y le pidieron a Egil que no matara a Armód. Egil dice que así lo haría por ellas ‘pero él se ha hecho merecedor a que lo mate’. Entonces, Egil le cortó la barba desde el mentón; luego le arrancó el ojo con el dedo, de forma que lo dejó colgando sobre la mejilla; luego, Egil y sus compañeros se marcharon”. Saga de Egil Skallagrimsson. Snorri Sturluson. Pág. 270 y 271. Miraguano. Madrid. 1988.
10.-    En base a La Canción de los Nibelungos. C. Mettra. pág. 29. F. C. E. México, 1986.
11.-    La entidad del pasado. Debe considerarse a las Nornas grabando en sus tablas, es decir imprimiendo sus runas mágicas en las que fijan el destino de la gente. No se trata por lo tanto, de “hilanderas” al estilo de las Parcas romanas o de las Moiras griegas.
12.-    La entidad del presente.
13.-    La entidad del futuro.
14.-    Adaptación del Gylfaginning. Op. Cit. XV y XVI.
15.-    La mansión de los héroes. Las valkirias, eligen a los valientes que mueren, pero también deciden las batallas. Estas mujeres guerreras recuerdan ligeramente a las amazonas pero su acción es un tanto indirecta. Contamos con una pista histórica en la que las mujeres de los primitivos germanos ya “participaban” y a veces contribuían a decidir las batallas. Es posible que esas costumbres influyeran posteriormente en la mitificación de las valkirias vikingas. Tácito (55 a 120 d. C.) en su De las Costumbres, Sitio y Pueblos de la Germania, nos dice: “Y al entrar en la batalla tienen cerca sus prendas más queridas, para que puedan oír los alaridos de las mujeres y los gritos de los niños: y estos son los fieles testigos de sus hechos, y los que más los alaban y engrandecen. Cuando se ven heridos, van a enseñar las heridas a sus madres y a sus mujeres, y ellas no tienen pavor de contarlas ni de chuparlas y en medio de las batallas les llevan refrescos, y los van animando. De manera que algunas veces, según ellos cuentan, han restaurado las mujeres batallas ya casi perdidas haciendo volver los escuadrones que se inclinaban a huir, con la constancia de sus ruegos, y con ponerles delante los pechos, y representarles el cercano cautiverio que de esto se seguiría, el cual temen mucho más impacientemente por causa de ellas, tanto, que se puede tener mayor confianza de las ciudades que entre sus rehenes dan algunas doncellas nobles. Porque aún se persuaden que hay en ellas un no sé qué de santidad y prudencia, y por esto no menosprecian sus consejos, ni estiman en poco sus respuestas”. Incluido en Las Historias de Cayo Cornelio Tácito. pág. 335 y 336. Sucesores de Hernando. Madrid, 1913.
16.-    Tácito (Op. Cit. pág. 346), refiriéndose a la bebida embriagante (cerveza), y a los hábitos alimenticios de los primitivos germanos dice: “Hacen una bebida de cebada y trigo, que quiere parecerse en algo al vino. Los que habitan cerca de la ribera del Rhin compran éste. Sus comidas son simples: manzanas salvajes, venado fresco y leche cuajada. Sin más aparato, curiosidad ni regalo, matan la hambre; pero no usan de la misma templanza contra la sed. Y si se les diese a beber cuanto ellos querían, no sería menos fácil vencerlos con el vino que con las armas”. En las Eddas se habla de la hidromiel que es una bebida propia de los dioses y que no debe ser confundida con la cerveza aunque a veces, figurativamente, se las identifique.
17.-    La traducción que se ha dado de “Ragnarök” desde Wagner en adelante es “Crepúsculo de los Dioses”. Sin embargo, la más correcta es “Destino de los Dioses”, que nosotros hemos tomado para titular toda esta escena.
18.-    Adaptado de La Alucinación de Gylfi. Snorri Sturluson. 51. En traducción de J. L. Borges. Alianza. Buenos Aires 1984.
19.-    Völuspá, 58. Op. Cit.
20.-    Ibid. 45.
21.-    La Alucinación de Gylfi. Op. Cit. 51.
22.-    Este parlamento final de Haki, rememora ligeramente la descripción de Snorri en el Ynglingasaga, a raíz de la batalla de Fyrisvellir (en la que Haki quedó malamente herido). “... Entonces hizo traer su nave, la hizo cargar con los hombres muertos y sus armas, la hizo poner a flote, hizo enderezar el timón hacia el mar e izar la vela y encender una pira de madera seca sobre cubierta. El viento soplaba de tierra. Haki estaba en agonía o ya muerto cuando fue puesto sobre la pira. La nave en llamas desapareció entonces en el horizonte, y esto quedó por mucho tiempo grabado en la memoria”. En las palabras que ponemos en boca de Haki, se refleja la amargura de un mundo que muere. Haki no es un vikingo que se convierte al Cristianismo, todo lo contrario. Más bien da a entender que la derrota frente a la religión que avanza (la de las “extrañas gentes”) es en realidad un paréntesis en el que numerosas imágenes y mitos nórdicos invaden al vencedor.

EL ENIGMATICO GRIMORIO DE SANTO TOMAS DE AQUINO



TRATADO DE TOMÁS DE AQUINO EN EL ARTE DE ALQUIMIA DADO A SU COMPAÑERO FRAY REGINALDO


Vencido de tus continuos ruegos, hermano queridísimo, te propongo describir en ocho capítulos, de las partes que contiene, un breve tratado de nuestro arte, con ciertas reglas, leves operaciones eficaces y tinturas muy verdaderas contenidas en él, y quiérote rogar tres cosas: Lo primero, que no cuides mucho de las palabras de los modernos filósofos y de los antiguos que hablan en esta ciencia, porque el arte de la alquimia tiene su asiento y fundamento en la capacidad del entendimiento y en la demostración de la experiencia.
Los filósofos, pues, queriendo encubrir la verdad de la ciencia, hablaron casi todas las cosas en lenguaje figurado. Lo segundo: que no quieras apreciar multitud de cosas, ni las composiciones de diversas especies, porque la naturaleza nunca produce sino su semejante: porque así como del caballo y la pollina se engendra el mulo con producción imperfecta, es como algunos imitadores de la ciencia producen de muchas cosas cierta multiplicidad. Lo tercero, que no seas hablador, ni bachiller, más antes bien, pon guarda en tu boca, y así como hijo de los sabios, no arrojarás las piedras preciosas a los puercos.
Teniendo paz con Dios y teniendo tu fin ordenado en tu obra, siempre la llevaras fijada en tu mente. Cree por cierto, que si tuvieras delante de los ojos las dichas reglas, que me dio Alberto Magno, no tendrías necesidad de buscar el favor de los Reyes y de los Grandes, sino antes bien, los reyes y los señores te darían toda honra.
Porque todo aquél que es reconocido en este arte sirviendo a los reyes y a los Prelados, no sólo puede ayudar a los antedichos, sino tambien con buen orden a lodos los necesitados, y lo que recibió de la gracia, jamás debe darlo a alguno con interés. Estén pues signadas y selladas seguramente en el secreto de tu corazón las reglas antedichas. porque en el libro y tratado que escribí antes de éste, hablé filosóficamente para los del vulgo, mas a tí, hijo de gran secreto, escribo más claramente, confiado en tu especial cuidado en el hablar.

II DE LA OPERACION

Porque según Avicena en una epístola al Rey Assa: Nosotros buscamos una substancia verdadera y hacerla fija, compuesta de muchas, y que puesta sobre el fuego lo soporte sin quemarse. Que será penetrante, generativa, que teñirá el mercurio y otros cuerpos con una tintura verdaderisima y con el peso debido. La nobleza de esta tintura excede al universo dichoso del mundo. Porque una cosa nuestra hace ser tres cosas. Las tres, dos; las dos, finalmente, son una. Finalmente, así como conviene que sea una substanciacomo dice Avicena, así también conviene tener paciencia, espera e instrumentos.
Paciencia, porque según Pedro, la presura y el arrebatamiento vienen del Diablo. Por eso quien no tiene paciencia aparte su mano de la operaclon. La espera tambien es necesaria para toda acción natural, que sigue nuestro arte, ya que tiene su modo y tiempo determinado. Los instrumentos, pues, también son necesarios, empero no muchos como parecerá en lo siguiente, porque nuestra obra se perfecciona en una cosa, con un vaso, en una operación según Hermes y por un camino. Esta medicina, ciertamente, aunque es agregada de muchas cosas, con todo eso, es una sola materia que no necesita de alguna otra hazaña, si no es del fermento blanco o rubio, por lo cual es pura, natural, nunca puesta en alguna otra obra, y de la cual, en el régimen de la obra, aparecerán diversos colores según los tiempos.
También conviene en los primeros días levantarse de mañana y ver si la viña floreció. En los siguientes días se verá el corvino transmutado en la soledad del ciego, y multiplicados colores, en todos los cuales se ha de esperar el color blanco, llegado el cual esperemos sin error alguno a Nuestro Rey, elixir o polvo simple sin tacto, piedra que tiene tantos nombres cuantas son las cosas en el mundo. Mas para explicarme en breve nuestra materia o magnesia es nuestro argento único mineral, la orina de los muchachos de doce años debidamente preparada, que viene luego de la vena y nunca fue en ninguna obra grande que escribí para los vulgares; nuestra tierra de España, o antimonio.
Con todo eso, no notes aquí el argento vivo común, del que usan algunos multiplicadores y sofistas, del cual si algo se hace se llama solamente multiplicación, y con todo eso tiñe un poco respecto del Magisterio. Aunque causara largos gastos y si agradare trabajar con él, en él hallarás la verdad, mas requiere larga digestión. Sigue pues al Santo Alberto Magno, mi Maestro, y trabaja con argento vivo mineral y el mismo es de nuestra obra perfectivo por la combustión, salvificativo y efecto por la fusión, porque cuando se fija es tintura de blancura o de rubio, de una compostura abundantísima, de un esplendor resplandeciente y no se aparta de lo mezclado, porque es amigable a los metales y un medio de juntar las tinturas, porque se mezcla con ellos entrando en lo profundo y penetrando naturalmente, porque se junta conellos.

III DE LA COMPOSICION DEL MERCURIO, Y DE SU PREPARACION

Aunque nuestra obra se perfecciona de nuestro solo mercurio, a pesar de eso necesita de fermento rojo o blanco, pues se mezcla más fácilmente con el sol y con la luna, y se hace una sola cosa con él, siendo así que estos dos cuerpos participan más de su naturaleza, luego son más perfectos que los demás.
La razón es porque los cuerpos son de tanta mayor perfección cuanto más contienen de Mercurio. El sol, pues, y la luna, teniendo más de él, se conmezclan para la rubio y para lo blanco, se fijan estando en el fuego, porque el mismo mercurio solo es el que perfecciona la obra y en él hallamos todas las cosas de que necesitamos para la Obra, al cual no se debe juntar cosa extraña. El Sol y la Luna no son extraños a él, porque los mismos se vuelven en su primera naturaleza al principio de la obra, esto es el mercurio, porque de él tomaron su origen.
Algunos, pues, porfían haciendo la obra con el solo Mercurio o con la magnesia simple, lavándola en vinagre fuerte, cociéndolo en aceite, sublimando, asando, calcinando, destilando la quintaesencia, sacando, con los elementos y otras infinitas martirizaciones, atormentando al mismo Mercurio, y creyendo con sus operaciones que de ellas han de hallar alguna cosa grande. Finalmente muy poco logro hallan.
Mas créeme, hijo, que todo nuestro Magisterio está y consiste en sólo el régimen del fuego con la capacidad de la industria. Porque nosotros nada obramos, mas la virtud del fuego bien regido con poco trabajo hace nuestra piedra, y con pocos gastos. Juzga que cuando nuestra piedra fuese una vez suelta en su primera naturaleza, es a saber, en la primera agua, o leche de virgen, o cola del dragón, entonces la misma piedra ella se calcina, sublima, destila, reduce, lava, congela, y por la virtud del fuego proporcionado, a sí misma se perfecciona en un solo vaso, sin operación manual de otro.
Conoce pues hijo, cómo los Filósofos hablaron figuradamente de las operaciones manuales, pues para que estés seguro de la purgación de nuestro Mercurio, te enseñaré que con una verdadera operación nuestro mercurio común es preparado levísimamente. Recibe pues, Mercurio mineral o tierra hispánica, antimonium nostrum, o tierra negra oculosa, todas las cuales cosas son una misma, no inferiores de su género, el cual no se haya puesto antes en obra alguna, cinco libras y veinte a lo más, y haz que pase por un paño de lino espeso tres veces. Después haz que pase por el cuero de liebre.
Ultimamente haz que pase por un paño de lino espeso, y ésta es la verdadera lavadura. Y atiende: si alguna cosa queda en el cuerpo de su grosura, o algún espesor de porquería. o hediondez. entonces ese mismo mercurio no vale para nuestra obra. Pero si nada aparece, bueno te es. Advierte que con este mercurio, sin añadirle ninguna cosa, pueden hacerse la una y la otra obra.

IV DEL MODO DE AMALGAMAR

Puesto que nuestra obra puede completarse a partir de sólo el Mercurio sin añadir ningún producto extraño, se deduce que se describa muy brevemente el modo de componer la amalgama. Pero en cambio, algunos entienden mal a los filósofos porque creen que a partir del solo mercurio, sin ninguna hermana como semejante, se puede terminar la obra.
Yo sin embargo, te digo con seguridad, que cuando trabajes con el mercurio, no añadas nada extraño a él, y sepas que el oro, y la plata, no son extraños al mercurio; más aún, participan de su naturaleza de una manera más cercana que cualquier otro cuerpo. Por lo cual, reducidos a su primera naturaleza, se llaman hermanos semejantes al mercurio por su composición y por su fijación simultánea. Si esto lo entiendes con claridad, emanará leche de la virgen, y si trabajas con el mercurio no añadiéndole ninguna cosa extraña, conseguirás lo que deseas.

V DE LA COMPOSICION DEL SOL Y DEL MERCURIO

Recibe del sol común depurado, esto es, en el fuego calentado, porque es fermento de la rubedez, dos onzas, y quiébralas en pedazos pequeños con la tenaza, añadelo a catorce onzas de mercurio, y haz humear al mercurio en la teja y desata mi sol y muévelo con una vara de palo, hasta que el sol se desate bien y se mezcle; entonces échalo todo en agua clara y en una escudilla de vidrio, o de piedra, y lava muchas veces, limpiando y mudando por tanto tiempo, hasta que la negrura toda se aparte del agua.
Entonces si quieres advertir, la voz de la tortolilla se oye en nuestra tierra, la cual limpia, haz que la amalgama o composición pase por el cuero, bien ligado por arriba, exprimiendo toda la amalgama, sin dos onzas, y quedarán en el cuero catorce, y aquellas catorce onzas son las cosas aptas para nuestra operación. Atiende que deben ser ni más ni menos que dos onzas de toda la materia que queden en el cuero. Si fuesen más, disminúyela. Y estas dos onzas exprimidas, que se llaman leche de la virgen, guárdalas para la segunda operación. Póngase pues la materia desde el cuero en el vidrio, y los vidrios en el hornillo arriba descripto, y encendida debajo una lámpara, de manera que esté contínuamenteardiendo de noche y de día, que nunca se apague, y la llama derechamente dé en lo una vez encerrado, con todo eso no toque la olla, y se extienda semejantemente a todas las partes del hornillo, bien negras.
Mas si después de un mes o dos quisieses mirar, verás flores vivas y colores principales, como negro, blanco, citrino y rubio, entonces, sin alguna operación de tus manos, con el régimen del fuego sólo, lo manifiesto será abscondido y lo abscondido se hará manifiesto. Por lo cual nuestra materia a sí misma se lleva al perfecto elixir volviéndose en polvo sutilísimo, que se llama tierra muerta, o hombre muerto en el sepulcro, o magnesia árida, porque el espíritu en él esta ocultado en el sepulcro, y del ánima casi se apartó. Permítela pues estar entonces, desde el principio hasta veintiséis semanas, y entonces lo grueso está hecho grácil, lo leve ponderoso, lo áspero suave, y lo dulce amargo, por la conversión de las naturalezas, cumplidas ocultamente por virtud del fuego. Cuando vieres pues tus polvos enjugados: et si proban, et expensas desideras tingent. Después enseñaré una, o dos partes, porque una parte de nuestra obra solamente teñirá siete de mercurio bien purgado.

VI DE LA AMALGAMACION DE LO BLANCO

Del mismo modo se procede para lo blanco, esto es, luna, esto es, fermento de la blancura; cuando mezclares con siete partes de Mercurio purgado, en el mismo procederás como hiciste el rubio. Porque en toda obra blanca nada entra sino blanco, y en toda obra rubia, nada sino rubio debe entrar: porque de la misma agua nuestra se hace lo rubio y lo blanco, empero añadiendo distinto fermento, y pasado el tiempo antedicho puede teñir blanco sobre mercurio, como para rubio hiciste.
Empero nota que el argento foliado en esta materia, es más útil que el argento en masa, porque tiene en sí mixtura de algunas heces de mercurio y se debe amalgamar con mercurio frío y no caliente. De otra suerte gravísimamente yerran algunos obrando esto, disolviendo la amalgama en agua fuerte para purgarla, y si quieren mirar la naturaleza de la composición del agua fuerte, la misma por esto se destruye más. Algunos tambien quieren obrar con sol o luna mineral, según las reglas de este libro, y yerran diciendo que el sol no tienen humedad y es cálido de manifiesto, y por eso muy bueno. Antes bien, se saca la quintaesencia con el ingenio sutil del fuego en el vaso de circulación que se llama pelícano. Mas el sol mineral y la luna tienen en sí mezclada tanta suciedad de hez, que la purificación de ellos, potente al nuestro, no sería obra de mujeres y juego de niños, mas antes bien trabajos muy fuertes de varón anciano, desatando, calcinando, insistiendo a otras operaciones del arte grande.

VII DE LAS OPERACIONES SEGUNDA Y TERCERA

Acabada esta primera obra, procedamos a la segunda práctica. Luego que se hizo el cuerpo de nuestra primera obra con la cola del Dragón, esto es, la leche de la virgen, añadidas siete partes de mercurio nuevo sobre la materia que queda, según el peso de los polvos, Mercurio digo purificado y limpiado, haz pasar por el cuero y retén siete partes del todo; lava y ponlo en el vidrio y en el hornillo, como hiciste en la primera obra, controlando por todo el tiempo, o estando cerca hasta que hayas visto hechos los polvos otra vez, los cuales por segunda vez toma o saca, y si quieres tiñe, y estos polvos son mucho mas sutiles quelos primeros, porque están más digeridos, porque una parte tiñe cuarenta y nueve en elixir.
Entonces, procede a la tercera práctica, como hiciste en la primera y segunda operación, y pon sobre el peso de los polvos de la segunda obra, siete partes de mercurio purgado, y pon en el cuerpo, de manera que las siete partes queden en el todo como antes. Y por segunda vez cuece, y haz polvos, los cuales de verdad son polvos sutilísimos, de los cuales una onza tiñe siete veces cuarenta y nueve, que son trescientos cuarenta y tres y esto sobre mercurio. La razón es porque cuanto más se digiere nuestra medicina, tanto más sutil se hace y cuanto más sutil fuere, tanto más penetrable, y cuanto más penetrable tanto más profundo tiñe. Por fin, de esto se entienda, que si no tienes argento vivo mineral, seguramente podrás trabajar con mercurio común, porque aunque no valga tanto como éste, con todo eso da largas expensas.

VIII DEL MODO DE OBRAR EN LA MATERIA O MERCURIO

Más cuando quieras teñir mercurio, toma la teja de plateros de oro, y úntala un poco por dentro con sebo, y pónlo en ella, según la proporción de la medicina, sobre fuego lentísimo y cuando el Mercurio comenzare a humear, echa dentro de tu medicina encerrada en cera limpia, o en papel, y ten carbón encendido fuerte y preparado para esto, y pon sobre la boca de la teja. Y da fuerte fuego, y cuando todo se hubiera liquidado, échalo según las reglas, untada con sebo, y tendrás sol o luna finísima, según la adición del fermento.
Mas si quieres multiplicar tu medicina en el estiércol del caballo. haz esto como boca a boca te enseñé, como sabes, lo cual no te escribo porque sería pecado revelar este secreto a hombres seglares que buscan esta ciencia mas por vanidad que por el debido fin y honra de Dios, al cual sea la honra y gloria en los siglos de los siglos. Amén. Mas aquella obra que escribí para los vulgares con estilo bastante físico, vi trabajarla una vez para siempre al Santo Alberto, de Antimonio y de tierra española a tí conocida.
Mas porque es de más logro y tiempo, y para no caer en la indebida expensión, ojalá te procure el obrar más ligero, aquella breve obra que escribí, en la cual ningún error hay, con las expensas moderadas, levedad de la obra, brevedad de tiempo, y el fin verdaderamente deseado. De lo cual tú y todos los tuyos percibiréis sin falsedad. No quieras pues, queridísimo, ocuparte con mayor obra, porque por la salud y oficio de la predicación de Cristo, y logrando el tiempo, desees más atender a las riquezas espirituales que ansiar por los logros temporales 

La Vasija de Agua Desvencijada

 Un aguatero en la India tenía dos grandes vasijas, cada una colgaba de cada extremo de un palo que llevaba a través del cuello. Una de las vasijas tenía una rajadura en ella, y mientras que la otra estaba perfecta y siempre entregaba una porción completa de agua al final de una larga caminata desde el arroyo a la casa del patrón, la vasija desvencijada llegaba solamente medio llena. Por dos años enteros esto pasó diariamente, con el aguatero entregando solamente una vasija y media de agua al patrón de la casa. De hecho, la vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros, perfectos para el final al cual había sido hecha. Pero la pobre vasija desvencijada estaba avergonzada de su propia imperfección, y miserable de que era capaz de solo lograr la mitad para lo que había sido hecha.

Después de dos años de lo que percibió como una amarga falla, habló al aguatero un día por elarroyo. "Yo estoy avergonzada de mi misma, y quiero disculparme con Usted." "¿Por qué?," preguntó el aguatero. "¿De qué está avergonzada?" "He sido capaz, por estos dos años pasados, de entregar solamente la mitad de mi carga porque esta rajadura en mi costado causa que el agua se fugue hacia afuera a lo largo de la vía hasta el regreso a la casa de su patrón. A causa de mis fallas Usted ha tenido que hacer todo este trabajo y no consigue el valor completo de sus esfuerzos," la vasija dijo. El aguatero se sintió triste por la vieja vasija desvencijada, y en su compasión dijo, "Como retorne a la casa de mi patrón, quiero que note las hermosas flores a lo largo del camino."

Evidentemente, a medida que fueron escalando el monte la vieja vasija desportillada notó al sol calentando las hermosas flores silvestres al lado del sendero, y esto la alegró algo. Pero al final dela senda, aún se sintió mal porque estaba fugándose la mitad de su carga, y de nuevo se disculpó ante el aguatero por su falla. El aguatero dijo a la vasija, "¿Notó que había flores solamente en su lado de la vía, pero no en el lado de la otra vasija? Eso era porque yo siempre he sabido de su falla, y saqué provecho de ella. He plantado semillas de flores en su lado del camino, y cada día mientras que caminamos de regreso del arroyo, Usted las ha regado. Por dos años he estado recogiendo estas hermosas flores para decorar la mesa de mi patrón. Sin ser de la forma como es, él no hubiera tenido esta belleza para agraciar su casa."

Moraleja: Cada uno de nosotros tenemos nuestra propias y únicas fallas. Todos somos vasijas desportilladas. Pero son las rajaduras y fallas que cada uno de nosotros tenemos las que hacen las vidas juntas muy interesantes y remuneradoras. Solo tienes que tomar a cada persona por lo que ella es, y mirar lo bueno en ella. Hay cantidad de bondad allá. ¡Hay cantidad de bondad en nosotros! Bienaventurados los flexibles, por que ellos no se doblan fuera de forma. ¡Recuerda apreciar a todas las diferentes personas en tu vida! O como nos gustaría pensarlo ——si no hubiera sido por las vasijas desvencijadas en nuestras vidas hubieran sido muy aburridas y nada tan interesantes ... Gracias a Ustedes, todas mis vasijas desvencijadas amigas.

Sobre la Búsqueda del Objeto - Silo


Creo que nuestro gran problema es que todos buscamos objetos, y que algunos pueden no buscar objetos, pero pueden buscarse completarse internamente. Esa búsqueda también trae contradicciones, hay quien se considera incompleto internamente, entonces hace fuerza por integrarse internamente, por ser completo en sí mismo. Si alguien busca objetos afuera, o sea que busque completarse internamente, de los dos modos sufre contradicción.
En general los buscadores de las cosas espirituales o la conciencia mística o buscan a Dios o buscan estar completos, iluminados. El Buda planteó ese mismo problema y explicó que para lograr la iluminación no había que buscar la iluminación; pero entonces ¿cómo uno va a lograr una cosa si no la busca? Es que nosotros no buscamos lograr una cosa, nosotros no planteamos esto en sentido posesivo, nosotros no decimos que haya que tomar algo para integrarlo, que haya que tomar objetos para tenerlos; nosotros decimos otra cosa: hay que suprimir la contradicción, suprimir el sufrimiento.

Nosotros definimos nuestro Trabajo no como de mano llena, sino como de mano vacía. Ustedes saben cómo se cazan algunos monos: se coloca arroz en un tronco de un árbol con un orificio pequeño, entonces el mono mete la mano en el agujero, toma el arroz y entonces no puede sacar la mano, el ve que lo van a cazar, pero no quiere soltar lo que tiene en la mano. El mono sufre una gran contradicción.
Nosotros decimos de soltar las búsquedas internas. Nosotros no nos rendimos ante el dolor, a nosotros nos preocupa salir de la contradicción, entonces esa preocupación no está en adquirir cosas, sino en dejar mentalmente cosas. Tu puedes tener cosas en la vida cotidiana, pero tú no estás buscando llenarte de cosas. A ti te pueden interesar mucho los fenómenos superiores de conciencia, pero si tú buscas esos fenómenos de conciencia, te creas mucho dolor interno. Parece que se lograran cosas haciendo el vacío y no llenándolo. Tú lograrás más atención cuando trates de lograr un vacío de tu mente y no cuando la contemplas sobre un objeto, así sucede con muchos fenómenos.
En general nosotros estamos habituados y educados a lo opuesto, estamos acostumbrados a tomar, no sólo objetos sino personas. Nosotros queremos tomar los sentimiento de las personas, queremos ser queridos, nosotros queremos ser reconocidos, queremos ser amados. La misma forma nuestra de amar es una forma posesiva. Nosotros amamos con violencia, no se nos ocurre cómo podríamos amar sin cierta violencia, pero para todo hay formas.

Está bien que nosotros conozcamos cosas, que nos informemos acerca de cosas, uno puede informarse de muchas cosas, pero no pueden imponerse creencias de que nuestra información soluciona los problemas, en general la gente de formación intelectual cree que el acumular datos soluciona sus problemas internos, en realidad soluciona muchos problemas de la vida diaria, es gracias a la experiencia social acumulada, es gracias a que la gente que ha ido trabajando con datos, con técnicas, que la humanidad ha ido removiendo muchos problemas, nosotros no podríamos estar hablando acá, si muchas generaciones no se hubieran esforzado en elaborar un lenguaje, elaborar por último la ropa que usamos.
De ninguna manera descalificamos el esfuerza humano por solucionar los problemas inmediatos. Nosotros estamos diciendo simplemente que el Trabajo Interno puede no ser similar al trabajo que se hace en la naturaleza, en el sentido que nosotros estamos acostumbrados a la lucha con la naturaleza, con las leyes naturales, y está bien, así se mueve la humanidad.
Pero puede ser que esa forma no sea adecuada para el Trabajo Interno; entonces nosotros distinguimos muy bien en todo el trabajo que se hace en la naturaleza, en la vida diaria, y la actitud mental que se tiene sobre las propias contradicciones. Si la naturaleza nos impone lucha y todo ese fenómeno de alteración, tal vez la compensación de todo eso deba buscarse en la quietud interna.
Nosotros somos muy amigos de generalizar y de creer que las leyes son iguales para todos los fenómenos universales, pero tienen distintos planos de aplicación, en el plano de lo interno, no parece válido el sentimiento de posesión, en la lucha con la naturaleza parece imprescindible la posesión.
Lógicamente que el sentimiento de posesión, puede tener un carácter más social que individual, a medida que las sociedades avanzan el sentimiento se va haciendo más social que individual, pero en materia de Trabajo Interno no vemos este progreso, no vemos esta evolución. Nosotros con nuestra conciencia individual, con nuestro yo individual, filtramos todos los datos que vienen del mundo, o interpretamos al mundo según ese filtro, y las cosas pueden ser muy diferentes a las que filtra nuestro yo.
Hay algunos que han llegado más lejos todavía y han creído que su yo debe ser inmortal, imagínense ustedes que aburrido puede ser vivir varios millones de años con ese mismo yo, con ese yo individual, si para colmo es un yo en contradicción y sufrimiento.
Cuando ustedes por algún accidente han experimentado una alegría muy grande -súbita- o han experimentado una comprensión muy grande, también de las cosas, esos fenómenos súbitos de gran emoción o de gran comprensión, observen ustedes que en esos casos no han pensado en su yo, da la impresión que hubiera sucedido otra cosa, que el yo hubiera desaparecido. Ustedes no se han dicho en ese momento: ¡qué me está pasando! Ustedes más bien han contemplado y han sentido esa experiencia y cuando ustedes se han puesto a pensar qué es lo que les está pasando, tal fenómeno ha desaparecido.

No sabe si el fenómeno desaparece porque aparece el yo, o a la inversa, lo cierto es que este fenómeno es incompatible con el yo sicológico. Ustedes sin embargo pueden decir que han tenido esa experiencia, pero saben que esa experiencia no es la misma que tienen con el yo sicológico. Esa experiencia no es posesiva, esa experiencia es muy amplia, como universal, esa experiencia ni siquiera la atribuyen a ustedes y tiene la emoción que esa experiencia debería estar comunicada a toda la humanidad, cuando ustedes realmente la han sentido.
Estamos hablando entonces de un fenómeno notable para la conciencia humana, en donde el yo posesivo no aparece, en donde no aparece la búsqueda y algo se produce, y cuando queremos producirla no funciona, tampoco se logra por eso de buscarlo.
Si nosotros buscamos sentirnos bien, es probable que no lo logremos, si en cambio nosotros, esta tensión emotiva que tenemos por estar juntas varias personas, tratamos de disiparla internamente, de relajarla, de aflojarla, en realidad no estamos tratando de adquirir cosas, en realidad no estamos pensando en sentirnos bien, estamos pensando simplemente soltar las tensiones emotivas y si podemos trabajar con la mano vacía; nosotros no buscamos sentirnos bien, nosotros buscamos aflojar esta tensión, entonces nos sentimos bien por añadidura. Ese es el sentido del Trabajo, y no es un renunciamiento ni es un sacrificio, ni es una autoeliminación. ¿Entienden aproximadamente la idea?
No mucho más, salvo el gusto de haber estado con ustedes.


Extracto de la Charla de Londres, Silo, Mayo 15 - 1975

“predisponerse”, Carta



SI QUIERES SER INMORTAL, PUEDES SERLO. ASÍ DE FÁCIL. CASI COMO TOMAR UN TAXI EN LA ESQUINA. PERO A FIN DE HACER LAS COSAS CON CIERTA PROLIJIDAD, ES BUENO TOMAR AL APARATO RAZONADOR Y NO FRENARLO, DISMINUIRLO, OSCURECERLO…NO, SINO TODO LO CONTRARIO. TOMAR AL PRESUNTUOSO Y ESTÚPIDO APARATO RAZONADOR Y 
LLEVARLO A SUS LÍMITES, PONER EN EVIDENCIA SU PEQUEÑEZ Y POR ÚLTIMO, ESTRELLARLO CONTRA SU PROPIA 
NADA. ESTO HAY QUE APRENDERLO MUY BIEN Y NO DEJARSE GANAR POR LA FATIGA.

SILO Mendoza. 12-8-77
Querido Isa:
Recibí tu 23-6. Eso que comentabas sobre el “predisponerse”, me
parece verdadero. Desde luego que hay mejores o peores formas de hacerlo y una de las mejores, me parece, es la de utilizar determinadas “operaciones” rituales, siempre que ellas estén grabadas a una situación o a un determinado “clima”. Pero sobre este punto y sobre lo ceremonial en general, hablaremos en otro momento ya que es tema largo y arduo.
En fin, vamos al tema que interesa.
Si quieres ser inmortal, puedes serlo. Así de fácil. Casi como tomar un taxi en la esquina. Pero a fin de hacer las cosas con cierta prolijidad, es bueno tomar al aparato razonador y no frenarlo, disminuirlo, oscurecerlo...no, sino todo lo contrario. Tomar al presuntuoso y estúpido aparato razonador y llevarlo a sus
límites, poner en evidencia su pequeñez y por último, estrellarlo contra su propia nada. Esto hay que aprenderlo muy bien y no dejarse ganar por la fatiga. No hay que detener a la razón, sino ampliarla y llevarla hasta sus propios límites...hasta que se dé por vencida. Luego sacarle fotografías, publicarlas en los diarios de mayor tiraje y gritar bien fuerte (para que luego no quepa duda alguna): “vengan a ver a la diosa Razón, miren qué maravilla, observen qué bien funcionan sus transistores”.
No hay que ponerle impedimentos al aparato razonador...
Un reformador religioso, en su momento explicó el “peca fuerte”,
dando a entender que luego el arrepentimiento sería mayor y aumentarían las posibilidades de salvación. Es claro, el muchacho era un poco exagerado porque el concepto de pecado podía llevarlo al suicidio por ejemplo, o bien a otro tipo de operaciones limitativas para el propio desarrollo. Pero, en cambio, aplicando
el “peca fuerte” a cosas menores e inocentes, por ej. al ejercicio de la razón, la cosa mejora mucho.
No puedes trascender el pensar mecánico, sino has comprobado en
su ejercicio sus verdaderos límites. Desde luego que eso no se pide a quienes no saben siquiera dónde están parados. Eso se pide a quien está haciendo un “trabajo” consigo mismo.
El aparato racional , es una gran maravilla, pero él no es la mente. La mente es más (en cuanto cantidad) y es otra cosa (en cuanto calidad).
En fin, un caso. Describa sicológicamente, racionalmente, el
sentimiento religioso. ¿ Ya lo ha hecho Ud. realmente ? ¿ Ha llevado la descripción hasta sus límites posibles ? ¿ O es que Ud. confunde una sensación gástrica con la ausencia de Dios ? Bien, si Ud. sabe de qué estamos hablando, entonces ya ha hecho su Katarsis, su purificación. De otro modo, Ud. es un racionalista
incompleto. Ud. no es un “iniciado” sino una persona mal informada, pronta a ser sacudida en su fé, cuando alguien le diga p.ej. que las enzimas existen y que el trabajo subcortical corresponde al primitivismo mágico y explica el surgimiento de
las religiones. No, a nosotros no con esas historias, porque las conocemos muy bien. Nosotros no estamos más acá de la razón. Nosotros estamos más allá de la razón. Es más, la hemos llevado a límites que habrían hecho perder pié a un racionalista. Ese es el punto.
No agitarse, ni preocuparse. Todo está muy bien y la razón será
entonces una amiga y no una vedette.
Ya se hablará de lo que haya que hablar. Si digo p. ej. “el espíritu del ser humano es inmortal”, digo algo verdadero pero no será igual para un ignorante que para quien encuentra los límites de su aparato racional trabajando en una Escuela de sabiduría.
De manera que ya se hablará sobre todo esto. Entre tanto, cuanto
más estudio, clarificación racional y trabajo sobre sí mismo, mucho mejor.
Por lo demás, acá en Mza. el tiempo está muy bueno aunque algo
húmedo. Hubo fuertes heladas pero podríamos decir que ha sido un invierno normal, con mucho agua posible para el verano, ya que ha nevado en forma, etc. etc.
Recibe un gran abrazo.
Negro.
PD: No veo inconveniente en que esta carta sea también leída por otros.








Reflexiones sobre la No violencia - Gandhi


 

El primer principio de la acción no violenta consiste en no cooperar con cualquier cosa que sea humillante.

Los responsables de nuestra sujeción no son tanto los fusiles británicos como nuestra colaboración voluntaria.

Una revolución no violenta no es un programa para la toma del poder. Es un programa para la transformación de las relaciones, de modo tal que se desemboca en una transferencia pacífica del poder.

Los hombres se encuentran ante una encrucijada: tienen que elegir entre la ley de la jungla y la ley de la humanidad.

La no violencia es la fuerza más grande que la humanidad tiene a su alcance. Es más poderosa que el arma más destructiva inventada por el hombre.

La destrucción no corresponde en nada a la ley de los hombres. Vivir libre es estar dispuesto a morir, si es preciso, a manos del prójimo, pero nunca a darle la muerte. Sea cual fuere el motivo, todo homicidio y todo atentado contra la persona es un crimen contra la humanidad.

Sé que el progreso de la no violencia es aparentemente un progreso muy lento. Pero la experiencia me ha enseñado que es el camino más acertado para una meta común.

Es injusto todo orden económico que ignore o que desprecie los valores morales. El hecho de extender la ley de la no violencia al terreno de la economía significa nada menos que considerar los valores morales en la fijación de las reglas del comercio internacional.

Adoptar el principio de la no violencia obliga a separarse de toda forma de explotación.

No hay ninguna valentía mayor que la de negarse hasta el fin a doblar la rodilla ante un poder terrenal, sea cual fuere su grandeza, haciéndolo sin agresividad alguna, con la fe cierta en que es el espíritu - y sólo él - lo que vive.

La humanidad no puede librarse de la violencia más que por medio de la no violencia. Sólo el amor es capaz de vencer al odio. Responder al odio con el odio equivale a agravar más todavía sus efectos.

Diariamente pagamos un precio muy elevado por el error inconsciente que hemos cometido al confundir la resistencia pasiva con la no violencia.

La no violencia es la ley de nuestra especie, por la misma razón que la violencia es la ley de los brutos. En el hombre brutal todavía no se ha despertado el espíritu: no conoce más ley que la fuerza física.

La dignidad humana exige que el hombre se refiera a una ley superior que haga vibrar la fuerza del espíritu.

No se puede ser genuinamente no violento y permanecer pasivo ante las injusticias sociales.

de Gloria Mujica Ascui

CARTAS A MIS AMIGOS (PRIMERA) Silo.



Estimados amigos:
Desde hace tiempo recibo correspondencia desde distintos países pidiendo explicación o ampliaciones sobre temas que aparecen en mis libros. En general se reclama clarificación sobre asuntos tan concretos como la violencia, la política, la economía, la ecología, las relaciones sociales y las interpersonales. Como se ve, las preocupaciones son muchas y diversas y es claro que en esos campos tendrán que ser los especialistas los que den respuesta. Por supuesto que ese no es mi caso.
Hasta donde sea posible trataré de no repetir lo ya escrito en otros lugares y ojalá pueda esbozar en pocas líneas la situación general que nos toca vivir y las tendencias más inmediatas que se perfilan. En otras épocas se hubiera tomado como hilo conductor de este tipo de descripción una cierta idea de “malestar de la cultura” pero hoy, en cambio, hablaremos de la veloz modificación que se está produciendo en las economías, en las costumbres, en las ideologías y en las creencias, tratando de rastrear una cierta desorientación que parece asfixiar a los individuos y los pueblos.
Antes de entrar en tema quisiera hacer dos advertencias: una referida al mundo que se fue y que parece ser considerado en este escrito con una cierta nostalgia y otra que apunta al modo de exponer en el que podría verse una total ausencia de matices, llevando las cosas a un primitivismo de planteo que en realidad no formulan de ese modo aquellos que nosotros criticamos. Diré que quienes creemos en la evolución humana no estamos deprimidos por los cambios sino que más bien deseamos un incremento en la aceleración de los acontecimientos mientras tratamos de adaptarnos crecientemente a los nuevos tiempos. En cuanto al modo de expresar la argumentación de los defensores del “Nuevo Orden” puedo comentar lo siguiente: al hablar de ellos no han dejado de resonar en mí los acordes de aquellas diametrales ficciones literarias, 1984 de Orwell y Un mundo feliz de Huxley. Esos magníficos escritores vaticinaron un mundo futuro en el que por medios violentos o persuasivos el ser humano terminaba sumergido y robotizado. Creo que ambos atribuyeron demasiada inteligencia a los “malos” y demasiada estupidez a los “buenos” de sus novelas, movidos tal vez por un pesimismo de trasfondo que no es el caso interpretar ahora. Los “malos” de hoy son personas con muchos problemas y una gran avidez, pero en todo caso incompetentes para orientar procesos históricos que claramente escapan a su voluntad y capacidad de planificación. En general se trata de gente poco estudiosa y de técnicos a su servicio que disponen de recursos parcelados y patéticamente insuficientes. Así es que pediré no tomar muy en serio algunos párrafos en los que en realidad nos divertimos poniendo en sus bocas palabras que no dicen, aunque sus intenciones vayan en esa dirección. Creo que hay que considerar estas cosas fuera de toda solemnidad (afín a la época que muere) y, en cambio, plantearlas con el buen humor y el espíritu de broma que campea en las cartas intercambiadas por las gentes verdaderamente amigas.
1. La situación actual
Desde el comienzo de su historia la humanidad evoluciona trabajando para lograr una vida mejor. A pesar de los avances hoy se utiliza el poder y la fuerza económica y tecnológica para asesinar, empobrecer y oprimir en vastas regiones del mundo destruyendo además el futuro de las nuevas generaciones y el equilibrio general de la vida en el planeta. Un pequeño porcentaje de la humanidad posee grandes riquezas mientras las mayorías padecen serias necesidades. En algunos lugares hay trabajo y remuneración suficiente, pero en otros la situación es desastrosa. En todas partes los sectores más humildes sufren horrores para no morirse de hambre. Hoy, mínimamente, y por el solo hecho de haber nacido en un medio social todo ser humano requiere adecuada alimentación, sanidad, vivienda, educación, vestido, servicios... y llegando a cierta edad necesita asegurar su futuro por el tiempo de vida que le quede. Con todo derecho la gente quiere eso para ella y sus hijos, ambicionando que estos puedan vivir mejor. Sin embargo, esas aspiraciones de miles de millones de personas hoy no son satisfechas.
2. La alternativa de un mundo mejor
Tratando de moderar los problemas comentados, se han hecho diferentes experimentos económicos con desparejos resultados. Actualmente se tiende a aplicar un sistema en el que supuestas leyes de mercado regularán automáticamente el progreso social, superando el desastre producido por las anteriores economías dirigistas. Según este esquema las guerras, la violencia, la opresión, la desigualdad, la pobreza y la ignorancia, irán retrocediendo sin producirse mayores sobresaltos. Los países se integrarán en mercados regionales hasta llegar a una sociedad mundial sin barreras de ningún tipo. Y así como los sectores más pobres de los puntos desarrollados irán elevando su nivel de vida, las regiones menos avanzadas recibirán la influencia del progreso. Las mayorías se adaptarán al nuevo esquema que técnicos capacitados, u hombres de negocios, estarán en condiciones de poner en marcha. Si algo falla, no será por las naturales leyes económicas sino por deficiencias de esos especialistas que, como sucede en una empresa, tendrán que reemplazarse todas las veces que sea necesario. Por otra parte, en esa sociedad “libre” será el público quien decida democráticamente entre diferentes opciones de un mismo sistema.
3. La evolución social
Dada la situación actual y la alternativa que se presenta para el logro de un mundo mejor cabe reflexionar brevemente en torno a esa posibilidad. En efecto, se han realizado numerosas pruebas económicas que han arrojado desparejos resultados y frente a ello se nos dice que el nuevo experimento es la única solución a los problemas fundamentales. Sin embargo, no alcanzamos a comprender algunos aspectos de esa propuesta. En primer lugar aparece el tema de las leyes económicas. Al parecer existirían ciertos mecanismos, como en la naturaleza, que al jugar libremente regularían la evolución social. Tenemos dificultades para aceptar que cualquier proceso humano y, desde luego el proceso económico, sea del mismo orden que los fenómenos naturales. Creemos, por lo contrario, que las actividades humanas son no-naturales, son intencionales, sociales e históricas; fenómenos éstos que no existen ni en la naturaleza en general ni en las especies animales. Tratándose pues de intenciones y de intereses, tampoco tenemos por qué suponer que los sectores que detentan el bienestar estén preocupados por superar las dificultades de otros menos favorecidos. En segundo lugar, la explicación que se nos da respecto a que siempre hubo grandes diferencias económicas entre unos pocos y las mayorías y que, no obstante esto las sociedades han progresado, nos parece insuficiente. La Historia nos enseña que los pueblos avanzaron reclamando sus derechos frente a los poderes establecidos. El progreso social no se produjo porque la riqueza acumulada por un sector luego haya desbordado automáticamente “hacia abajo”. En tercer lugar, presentar como modelo a determinados países que operando con esa supuesta economía libre hoy tienen un buen nivel de vida, parece un exceso. Esos países realizaron guerras de expansión sobre otros, impusieron el colonialismo, el neo colonialismo y la partición de naciones y regiones; recaudaron en base a la discriminación y la violencia y, finalmente, absorbieron mano de obra barata, al tiempo que impusieron términos de intercambio desfavorables para las economías más débiles. Podrá argumentarse que aquellos eran los procedimientos que se entendían como “buenos negocios”. Pero si se afirma eso, no podrá sostenerse que el desarrollo comentado sea independiente de un tipo especial de relación con otros pueblos. En cuarto lugar, se nos habla del avance científico y técnico y de la iniciativa que se desarrolla en una economía “libre” En cuanto al avance científico y técnico ha de saberse que este opera desde que el hombre inventó la maza, la palanca, el fuego y así siguiendo, en una acumulación histórica que no parece haberse ocupado mucho de las leyes del mercado. Si, en cambio, se quiere decir que las economías abundantes succionan talentos, pagan equipamiento e investigación y que, por último, son motivadoras por una mejor remuneración, diremos que esto es así desde épocas milenarias y que tampoco se debe a un tipo especial de economía sino sencillamente a que en ese lugar existen recursos suficientes con independencia del origen de tal potencialidad económica. En quinto lugar, queda el expediente de explicar el progreso de esas comunidades por el intangible “don” natural de especiales talentos, virtudes cívicas, laboriosidad, organización y cosas semejantes. Este ya no es un argumento sino una declaración devocional en la que se escamotea la realidad social e histórica que explica cómo se han formado esos pueblos.
Desde luego, tenemos mucho desconocimiento para comprender cómo es que con semejantes antecedentes históricos podrá sostenerse este esquema en el futuro inmediato pero eso forma parte de otra discusión, la discusión en torno a si existe realmente tal economía libre de mercado, o si se trata de proteccionismos y dirigismos encubiertos que de pronto abren determinadas válvulas allí donde se sienten dominando una situación y cierran otras en caso contrario. Si esto es así, todo lo que se agregue como una promesa de avance quedará reservado sólo a la explosión y difusión de la ciencia y de la tecnología, independientemente del supuesto automatismo de las leyes económicas.
4. Los futuros experimentos
Como ha sucedido hasta hoy, cuando sea necesario se reemplazará el esquema vigente por otro que “corrija” los defectos del modelo anterior. De ese modo y, paso a paso, continuará concentrándose la riqueza en manos de una minoría cada vez más poderosa. Es claro que la evolución no se detendrá, ni tampoco las legítimas aspiraciones de los pueblos. Así es que en poco tiempo serán barridas las últimas ingenuidades que aseguran el fin de las ideologías, las confrontaciones, las guerras, las crisis económicas y los desbordes sociales. Desde luego que tanto las soluciones como los conflictos se mundializarán porque ya no quedarán puntos desconectados entre sí. También hay algo seguro: ni los esquemas de dominación actuales podrán sostenerse, ni tampoco las fórmulas de lucha que han tenido vigencia hasta el día de hoy.
5. El cambio y las relaciones entre las personas
Tanto la regionalización de los mercados como la reivindicación localista y de las etnias, apuntan a la desintegración del Estado nacional. La explosión demográfica en las regiones pobres lleva la migración al límite del control. La gran familia campesina se disgrega desplazando a la generación joven hacia el hacinamiento urbano. La familia urbana industrial y post industrial se reduce al mínimo, mientras las macrociudades absorben contingentes humanos formados en otros paisajes culturales. Las crisis económicas y las reconversiones de los modelos productivos hacen que la discriminación irrumpa nuevamente. Entre tanto, la aceleración tecnológica y la producción masiva dejan obsoletos a los productos en el instante de entrar en el circuito de consumo. El reemplazo de objetos se corresponde con la inestabilidad y el desplazamiento en la relación humana. La antigua solidaridad, heredera de lo que en algún momento se llamó “fraternidad”, ha terminado por perder significado. Los compañeros de trabajo, de estudio, de deporte, y las amistades de otras épocas toman el carácter de competidores; los miembros de la pareja luchan por el dominio, calculando desde el comienzo de esa relación cómo será la cuota de beneficio al mantenerse unidos, o cómo será la cuota al separarse. Nunca antes el mundo estuvo tan comunicado, sin embargo los individuos padecen cada día más una angustiosa incomunicación. Nunca los centros urbanos estuvieron más poblados, sin embargo la gente habla de “soledad”. Nunca las personas necesitaron más que ahora del calor humano, sin embargo cualquier acercamiento convierte en sospechosa a la amabilidad y la ayuda. Así han dejado a nuestra pobre gente, ¡haciéndole creer a todo infeliz que tiene algo importante que perder y que ese “algo” etéreo, es codiciado por el resto de la humanidad! En esas condiciones, se le puede contar este cuento como si se tratara de la más auténtica realidad...
6. Un cuento para aspirantes a ejecutivos
“La sociedad que se está poniendo en marcha, traerá finalmente la abundancia. Pero aparte de los grandes beneficios objetivos, ocurrirá una liberación subjetiva de la humanidad. La antigua solidaridad, propia de la pobreza, no será necesaria. Ya muchos están de acuerdo en que con dinero, o algo equivalente, se solucionarán casi todos los problemas; por consiguiente los esfuerzos, pensamientos y sueños, estarán lanzados en esa dirección. Con el dinero se comprará buena comida, buena vivienda, viajes, diversiones, juguetes tecnológicos y personas que hagan lo que uno quiera. Habrá un amor eficiente, un arte eficiente y unos psicólogos eficientes que arreglarán los problemas personales que pudieran quedar y que más adelante terminarán de resolver la nueva química cerebral y la ingeniería genética.”
“En esa sociedad de abundancia disminuirá el suicidio, el alcoholismo, la drogadicción, la inseguridad ciudadana y la delincuencia, como hoy ya muestran los países económicamente más desarrollados (?). También desaparecerá la discriminación y aumentará la comunicación entre las personas. Nadie estará aguijoneado por pensar innecesariamente en el sentido de la vida, en la soledad, la enfermedad, la vejez y la muerte porque con adecuados cursos y alguna ayuda terapéutica, se logrará bloquear esos reflejos que tanto han detenido el rendimiento y la eficiencia de las sociedades. Todos confiarán en todos porque la competencia en el trabajo, en el estudio, en la pareja, terminará por establecer relaciones maduras.”
“Finalmente, las ideologías habrán desaparecido y ya no se utilizarán para lavar el cerebro de la gente. Por cierto que nadie impedirá la protesta o la disconformidad con temas menores, siempre que para expresarse se pague a los canales adecuados. Sin confundir la libertad con el libertinaje, los ciudadanos se reunirán en números pequeños (por razones sanitarias) y podrán expresarse en lugares abiertos (sin perturbar con sonidos contaminantes o con publicidad que afee al “municipio”, o como se llame más adelante).”
“Pero lo más extraordinario ocurrirá cuando ya no se requiera de control policial sino que cada ciudadano sea alguien decidido que cuide a los demás de las mentiras que pudiera tratar de inculcar algún terrorista ideológico. Esos defensores tendrán tanta responsabilidad social que acudirán presurosos a los medios de comunicación en los que encontrarán inmediata acogida para alertar a la población; escribirán brillantes estudios que serán publicados inmediatamente y organizarán foros en los que formadores de opinión de gran cultura esclarecerán a algún desprevenido que todavía pudiera quedar a merced de las fuerzas oscuras del dirigismo económico, del autoritarismo, la antidemocracia y el fanatismo religioso. Ni siquiera será necesario perseguir a los perturbadores porque con un sistema de difusión tan eficiente nadie querrá acercarse a ellos para no contaminarse. En el peor de los casos, se los ‘desprogramará’ con eficacia y ellos agradecerán públicamente su reinserción y el beneficio que les producirá reconocer las bondades de la libertad. A su vez, aquellos esforzados defensores, si es que no están enviados específicamente para cumplir esa importante misión, serán gente común que podrá salir así del anonimato, ser reconocida socialmente por su calidad moral, firmar autógrafos y, como es lógico, recibir una merecida retribución.”
“La Compañía será la gran familia que favorecerá la capacitación, las relaciones y el esparcimiento. La robótica habrá suplantado al esfuerzo físico de otras épocas y trabajar para la Compañía desde la propia casa, será una verdadera realización personal.”
“Así, la sociedad no necesitará de organizaciones que no estén incluidas en la Compañía. El ser humano que tanto ha luchado por su bienestar, finalmente habrá llegado a los cielos. Saltando de planeta en planeta habrá descubierto la felicidad. Instalado allí será un joven competitivo, seductor, adquisitivo, triunfador y pragmático (sobre todo pragmático)... ejecutivo de la Compañía!”
7. El cambio humano
El mundo está variando a gran velocidad y muchas cosas que hasta hace poco eran creídas ciegamente ya no pueden sostenerse. La aceleración está generando inestabilidad y desorientación en todas las sociedades, sean estas pobres u opulentas. En este cambio de situación, tanto las dirigencias tradicionales y sus “formadores de opinión”, como los antiguos luchadores políticos y sociales, dejan de ser referencia para la gente. Sin embargo, está naciendo una sensibilidad que se corresponde con los nuevos tiempos. Es una sensibilidad que capta al mundo como una globalidad y que advierte que las dificultades de las personas en cualquier lugar terminan implicando a otras aunque se encuentren a mucha distancia. Las comunicaciones, el intercambio de bienes y el veloz desplazamiento de grandes contingentes humanos de un punto a otro, muestran ese proceso de mundialización creciente. También están surgiendo nuevos criterios de acción al comprenderse la globalidad de muchos problemas, advirtiéndose que la tarea de aquellos que quieren un mundo mejor será efectiva si se la hace crecer desde el medio en el que se tiene alguna influencia. A diferencia de otras épocas llenas de frases huecas con las que se buscaba reconocimiento externo, hoy se empieza a valorar el trabajo humilde y sentido mediante el cual no se pretende agrandar la propia figura sino cambiar uno mismo y ayudar a hacerlo al medio inmediato familiar, laboral y de relación. Los que quieren realmente a la gente no desprecian esa tarea sin estridencias, incomprensible en cambio para cualquier oportunista formado en el antiguo paisaje de los líderes y la masa, paisaje en el que él aprendió a usar a otros para ser catapultado hacia la cúspide social. Cuando alguien comprueba que el individualismo esquizofrénico ya no tiene salida y comunica abiertamente a todos sus conocidos qué es lo que piensa y qué es lo que hace sin el ridículo temor a no ser comprendido; cuando se acerca a otros; cuando se interesa por cada uno y no por una masa anónima; cuando promueve el intercambio de ideas y la realización de trabajos en conjunto; cuando claramente expone la necesidad de multiplicar esa tarea de reconexión en un tejido social destruido por otros; cuando siente que aún la persona más “insignificante” es de superior calidad humana que cualquier desalmado puesto en la cumbre de la coyuntura epocal... cuando sucede todo esto, es porque en el interior de ese alguien comienza a hablar nuevamente el Destino que ha movido a los pueblos en su mejor dirección evolutiva, ese Destino tantas veces torcido y tantas veces olvidado, pero reencontrado siempre en los recodos de la historia. No solamente se vislumbra una nueva sensibilidad, un nuevo modo de acción sino, además, una nueva actitud moral y una nueva disposición táctica frente a la vida. Si se me apurara a precisar lo enunciado más arriba diría que la gente, aunque esto se haya repetido desde hace tres milenios, hoy experimenta novedosamente la necesidad y la verdad moral de tratar a los demás como quisiera ser tratada. Agregaría que, casi como leyes generales de comportamiento, hoy se aspira a:
1. una cierta proporción, tratando de ordenar las cosas importantes de la vida, llevándolas en conjunto y evitando que algunas se adelanten y otras se atrasen excesivamente;
2. una cierta adaptación creciente, actuando a favor de la evolución (no simplemente de la corta coyuntura) y haciendo el vacío a las distintas formas de involución humana;
3. una cierta oportunidad, retrocediendo ante una gran fuerza (no ante cualquier inconveniente) y avanzando en su declinación;
4. una cierta coherencia, acumulando acciones que dan la sensación de unidad y acuerdo consigo mismo, desechando aquellas que producen contradicción y que se registran como desacuerdo entre lo que uno piensa, siente y hace. No creo que sea el caso explicar por qué digo que se está “sintiendo la necesidad y la verdad moral de tratar a los demás como uno quiere ser tratado”, frente a la objeción que pone el hecho de que así no se actúa en estos momentos. Tampoco creo que deba alargarme en explicaciones acerca de lo que entiendo por “evolución”, o por “adaptación creciente” y no simplemente por adaptación de permanencia. En cuanto a los parámetros del retroceder o avanzar frente a grandes o declinantes fuerzas, sin duda que habría que contar con indicadores ajustados que no he mencionado. Por último, esto de acumular acciones unitivas frente a las situaciones contradictorias inmediatas que nos toca vivir o, en sentido opuesto, desechar la contradicción, a todas luces aparece como una dificultad. Eso es cierto, pero si se revisa lo comentado más arriba se verá que he mencionado todas estas cosas dentro del contexto de un tipo de comportamiento al que hoy comienza a aspirarse bastante diferente del que se pretendía en otras épocas.
He tratado de anotar algunas características especiales que se están presentando correspondientes a una nueva sensibilidad, una nueva forma de acción interpersonal y un nuevo tipo de comportamiento personal que, me parece, han rebasado la simple crítica de situación. Sabemos que la crítica es siempre necesaria, ¡pero cuánto más necesario es hacer algo diferente a lo que criticamos!
Reciban con ésta, un gran saludo.

21 de febrero de 1991

I. MITOS SÚMERO- ACADIOS (Silo)


Gilgamesh y la creación de su doble.(1)
Aquél que todo lo supo y que entendió el fondo de las cosas, aquél que todo lo vio y todo lo enseñó, aquél que conoció los países del mundo, aquél fue el grandioso Gilgamesh. El construyó los muros de Uruk, emprendió un largo viaje y supo todo lo que ocurrió antes del Diluvio. Al regresar grabó todas sus proezas en una estela.
Porque los grandes dioses lo crearon, dos tercios de su cuerpo eran de dios y un tercio de hombre. Cuando él hubo luchado contra todos los países regresó a Uruk, su patria. Pero los hombres murmuraron con odio porque Gilgamesh tomaba lo mejor de la juventud para sus hazañas y gobernaba férreamente. Por ello la gente fue a llevar sus quejas a los dioses y los dioses a Anu. Anu elevó el reclamo a Aruru y dijo estas palabras: “Oh, Aruru, creadora de la humanidad, haz otro hombre igual a Gilgamesh, haz una copia de Gilgamesh, para que cuando ambos se encuentren luchen entre si y ya nadie perturbe a nuestra ciudad”. La diosa Aruru se concentró dentro de sí, humedeció sus manos y tomando arcilla formó con ella al valiente Enkidu. El héroe nació con el cuerpo cubierto de un vello tan espeso como la cebada de los campos.(2) Nada sabía de los hombres ni de los países y su inteligencia permanecía cerrada. Como animal salvaje se alimentaba de hierbas abrevando de las fuentes con el ganado.
Con el tiempo, un cazador encontró a Enkidu y su rostro se contrajo por el temor. Se dirigió a su padre y le contó las proezas que había visto realizar a ese hombre salvaje. El viejo, entonces, envió a su hijo a Uruk a pedir ayuda a Gilgamesh.
Cuando Gilgamesh escuchó la historia de labios del cazador le recomendó a éste que tomara a una bella servidora del templo, a una hija de la alegría, y llevándola con él la pusiera al alcance del intruso. “De ese modo, cuando él vea a la moza quedará prendado de ella y olvidará a sus animales y sus animales no lo reconocerán”.. Así que hubo hablado el rey, el cazador procedió según las indicaciones llegando en tres días al lugar de encuentro. Pasaron uno y otro día más hasta que los animales llegaron a la fuente para abrevar. Tras ellos apareció el intruso quien vio a la servidora sentada. Pero cuando ésta se levantó y fue presta hacia él, Enkidu quedó atrapado por su belleza. Siete días estuvo con ella hasta que decidió ir por su ganado pero las gacelas y el rebaño del desierto se apartaron de él. Enkidu no pudo correr pero su inteligencia se abrió y empezó a pensar y sentir como hombre. Volvió a sentarse al lado de la mujer y ésta le dijo: “¿Por qué vives con el ganado como un salvaje? Ven, te guiaré a Uruk al santuario de Anu y de la diosa Ishtar, hasta Gilgamesh a quien nadie vence”. Eso gustó a Enkidu porque su corazón buscaba a un contrincante y un amigo y por ello dejó que la joven lo guiara hasta los fértiles pastos donde se encuentran los establos y los pastores. El mamaba la leche de los animales y no conocía el pan  ni el vino hasta que la muchacha se los dio a probar. La esclava sagrada lo untó con óleos, un barbero esquiló su cuerpo y vestido como un joven rey tomó su lanza para luchar contra las fieras salvajes. Así liberó a los pastores y les permitió que durmieran sin sobresaltos.. Entonces, un emisario llegó hasta Enkidu pidiendo su ayuda para acabar con las injusticias de Gilgamesh, rey de Uruk.. Enkidu enfurecido prometió cambiar el orden de las cosas.
Gilgamesh había visto en sueños al salvaje y comprendió que en combate se habían de entender, por ello cuando su oponente le interrumpió el paso éste se abalanzó con la fuerza del toro bravo. Las gentes se arremolinaron contemplando la fiera lucha y celebraron el parecido de Enkidu con el rey. Ante la casa de la Asamblea lucharon. Las puertas convirtieron en astillas y demolieron los muros, y cuando el rey logró arrojar al suelo a Enkidu éste se apaciguó alabando a Gilgamesh. Entonces, ambos se abrazaron sellando su amistad.
El bosque de los cedros
Gilgamesh tuvo un sueño y Enkidu dijo: “ Tu sueño significa que tu destino es ser rey pero no inmortal. Se, por tanto, justo con los que te sirven, sé justo ante los ojos del dios Samash. Usa tu poder para liberar y no para oprimir”.  Gilgamesh reconsideró su vida y descubrió que no había cumplido con su destino, por ello dijo a Enkidu: “Debo ir al país de la Vida, a donde crecen los cedros y debo escribir mi nombre en una estela en donde están escritos los nombres de aquellos que merecen gloria”.
Enkidu entristeció porque él como hijo de la montaña conocía los caminos que llevaban al bosque de los cedros. Pensó: “Diez mil leguas hay desde el centro del bosque en cualquier dirección de su entrada. En el corazón vive Jumbaba (cuyo nombre significa ‘Enormidad’). El sopla el viento de fuego y su grito es la tempestad”.
Pero ya Gilgamesh había decidido ir al bosque para acabar con el mal del mundo, el mal de Jumbaba. Y decidido como aquél estaba, Enkidu se preparó a guiarle no sin antes explicar los peligros. “Un gran guerrero que nunca duerme - dijo -, custodia las entradas. Sólo los dioses son inmortales y el hombre no puede lograr la inmortalidad, no puede luchar contra Jumbaba”.
Gilgamesh se encomendó a Samash, al dios-sol. A él le pidió ayuda en la empresa. Y Gilgamesh recordó los cuerpos de los hombres que había visto flotar en el río al mirar desde los muros de Uruk. Los cuerpos de enemigos y amigos, de conocidos y desconocidos. Entonces intuyó su propio fin y llevando al templo dos cabritos, uno blanco sin mancha y otro marrón, dijo a Samash: “El hombre muere sin esperanzas y yo debo cumplir mi cometido. Un largo camino hay hasta el recinto cerrado de Jumbaba, ¿por qué, Samash, llenaste mi corazón con la esperanza de esta empresa si no puede ser realizada?” Y el compasivo Samash aceptó las ofrendas y las lágrimas de Gilgamesh celebrando con él un pacto solemne.
Luego, Gilgamesh y Enkidu dieron órdenes a los artesanos para que forjaran sus armas y los maestros trajeron las jabalinas y las espadas, los arcos y las hachas. Las armas de cada uno pesaban diez veces treinta shekels y la armadura otros noventa. Pero los héroes partieron y en un día caminaron cincuenta leguas. En tres días hicieron tanto camino como el que hacen los viajeros en un mes y tres semanas. Aún antes de llegar a la puerta del bosque tuvieron que cruzar siete montañas. Hecho el camino allí la encontraron, de setenta codos de alto y cuarenta y dos de ancho. Así era la deslumbrante puerta que no destruyeron por su belleza. Fue Enkidu quien arremetió empujando sólo con sus manos hasta abrirla de par en par. Luego descendieron para llegar hasta el pie de la verde montaña. Inmóviles contemplaron la montaña de cedros, mansión de los dioses. Allí los arbustos cubrían la ladera. Cuarenta horas se extasiaron mirando el bosque y viendo el magnífico camino, el que Jumbaba recorría para llegar a su morada...
Atardeció y Gilgamesh cavó un pozo. Esparciendo harina pidió sueños benéficos a la montaña. Sentado sobre sus talones, la cabeza sobre sus rodillas, Gilgamesh soñó y Enkidu interpretó los sueños auspiciosos. En la noche siguiente Gilgamesh pidió sueños favorables para Enkidu, mas los sueños que tendió la montaña fueron ominosos. Después Gilgamesh no despertó y Enkidu haciendo esfuerzos logró ponerlo en pie. Cubiertos con sus armaduras cabalgaron la tierra como si llevaran vestiduras livianas. Llegaron hasta el inmenso cedro y, entonces, las manos de Gilgamesh blandiendo el hacha al cedro derribaron. 
Jumbaba salió de su mansión y clavó el ojo de la muerte en Gilgamesh. Pero el dios-sol, Samash, levantó contra Jumbaba terribles huracanes: el ciclón, el torbellino. Los ocho vientos tempestuosos se arrojaron contra Jumbaba de manera que éste no pudo avanzar ni retroceder mientras Gilgamesh y Enkidu cortaban los cedros para entrar en sus dominios. Por eso, Jumbaba terminó presentándose manso y temeroso ante los héroes. Él prometió los mejores honores y Gilgamesh estaba por asentir abandonando sus armas, cuando Enkidu interrumpió: “¡No lo oigas! ¡No amigo mío, el mal habla por su boca! ¡Debe morir a manos nuestras!” Y gracias a la advertencia de su amigo, Gilgamesh se recobró. Tomando el hacha y desenvainando la espada hirió a Jumbaba en el cuello, mientras Enkidu hacía otro tanto, hasta que a la tercera vez Jumbaba cayó y quedó muerto. Silencioso y muerto. Entonces le separaron la cabeza del cuello y, en ese momento, se desató el caos porque el que yacía era el Guardián del Bosque de los Cedros. Enkidu taló los árboles del bosque y arrancó las raíces hasta las márgenes del Éufrates. Luego, poniendo la cabeza del vencido en un sudario la mostró a los dioses. Pero  cuando Enlil, señor de la tormenta, vio el cuerpo sin vida de Jumbaba, enfurecido quitó a los profanadores el poder y la gloria que habían sido de aquel y los dio al león, al bárbaro, al desierto. Entonces, los dos amigos salieron del bosque de los cedros.
Gilgamesh lavó su cuerpo y arrojó lejos sus vestiduras ensangrentadas, ciñendo otras sin mácula. Cuando en su cabeza brilló la corona real, la diosa Ishtar puso en él sus ojos. Pero Gilgamesh la rechazó porque ella había perdido a todos sus esposos y los había reducido a la servidumbre más abyecta por medio del amor. Así dijo Gilgamesh: “Tú eres una casa derruída que no protege contra la tempestad, eres las joyas de los palacios saqueados por ladrones, eres el veneno disimulado con manjares, eres un cimiento de piedra blanda, eres un sortilegio que te abandona en el peligro, eres una sandalia que hace tropezar en la carrera”.
El Toro celeste, la muerte de Enkidu y el descenso a los infiernos
Furiosa la princesa Ishtar se dirigió a su padre Anu y amenazó con romper las puertas del Infierno para hacer salir de él un ejército de muertos más numeroso que el de los vivos. Así vociferó: “Si no arrojas sobre Gilgamesh al Toro Celeste, yo haré eso”. Anu acordó con ella, a cambio de la fertilidad de los campos por siete años. Y de inmediato creó al Toro Celeste que cayó sobre la tierra. En la primera embestida la bestia mató a trescientos hombres. En la segunda otros centenares cayeron. En la tercera cargó contra Enkidu pero éste la retuvo por los cuernos y saltando sobre ella la postró. Mientras la bestia arrojaba una espuma sangrienta por la boca, Enkidu la aferraba pero ya a punto de desfallecer por el esfuerzo alcanzó a gritar: “¡Gilgamesh, hemos prometido a los dioses dar duración a nuestros nombres, hunde tu espada en el cuerpo de nuestro enemigo!” Arremetió entonces Gilgamesh y mató al Toro Celeste clavando su punzante espada entre los cuernos y  la nuca. De inmediato los amigos extrajero el corazón palpitante y lo ofrecieron a Samash. Pero la diosa Ishtar subió a la muralla más alta de Uruk y desde allí profirió una maldición sobre Gilgamesh. Habiendo oído Enkidu  vociferar a la princesa, no pudo controlar su furia y selló su destino al arrancar los genitales del Toro Celeste lanzándolos contra el divino rostro.
Cuando llegó el día, Enkidu tuvo un sueño. En él estaban los dioses reunidos en consejo: Anu, Enlil, Samash y Ea. Ellos discutieron por la muerte de Jumbaba y del Toro Celeste y decretaron que de los dos amigos, Enkidu debía morir. Luego despertó del sueño y contó lo visto. Volvió entonces a soñar y esto es lo que relató: “Los instrumentos musicales de Gilgamesh cayeron en un gran recinto. Gilgamesh los buscó pero no pudo alcanzar las profundidades en las que estaban. Con sus manos buscó el arpa y la flauta; con los pies trató de tocarlos. Sentado frente al recinto que comunica con los mundos subterráneos Gilgamesh lloró amargamente rogando que alguien trajera sus instrumentos desde la profundidad de los infiernos. Entonces Enkidu dijo: ‘ yo bajaré a buscar tu flauta’. De inmediato se abrió el foso que lleva a los infiernos y Enkidu descendió. Pasó un tiempo y el entristecido Gilgamesh rogó: ‘¡ que Enkidu pueda regresar y hable conmigo!’. El espíritu de Enkidu voló desde las profundidades como un soplo y los dos hermanos hablaron: ‘Tú que conoces el mundo subterráneo dime si allí has visto a quienes murieron en la furia de las batallas y a quienes murieron abandonados en los campos... – El que murió en batalla está asostenido por sus padres, pero aquel cuyo cadáver fue abandonado en los campos no tiene paz en los infiernos. También he visto a quien vaga sin que su espíritu sea recordado; merodea siempre inquieto y se alimenta de los desperdicios que la gente abandona’. Los dos hermanos quedaron en silencio”.(3)
Enkidu enfermó y murió. Gilgamesh dijo entonces: “Sufrir. ¡La vida no tiene otro sentido que morir! ¿Moriré yo como Enkidu? He de buscar a Utnapishtim a quien llaman ‘El Lejano’ para que explique cómo es que llegó a inmortal. Primeramente manifestaré mi luto, luego vestiré la piel de león, e invocando a Sin me pondré en camino”.
Había Gilgamesh recorrido todos los caminos hasta llegar a las montañas, hasta las mismas puertas del Sol. Allí se detuvo frente a los hombres-escorpión, los terribles guardianes de las puertas del Sol. Preguntó por Utnapishtim: “Deseo interrogarlo sobre la muerte y la vida”. Entonces, los hombres-escorpión trataron de disuadirlo de la empresa. “Nadie que entra a la montaña ve la luz”, dijeron. Pero Gilgamesh pidió que le abrieran la puerta de la montaña y así se hizo por fin. Caminando horas y horas dobles en la profunda obscuridad vio en la lejanía una claridad y al llegar a ella salió de frente al Sol. Cegado por el resplandor alcanzó a ver un inmenso jardín. Caminó por los caminos que recorren los dioses hasta que se encontró con un árbol cuyas ramas eran de lapislázuli. De esas ramas pendía el fruto del rubí.
Vestido con la piel de león y comiendo carne de animales, Gilgamesh vagó por el jardín sin saber en qué dirección ir. Al verlo Samash, apiadado le dijo: “Cuando los dioses engendraron al hombre reservaron para sí la inmortalidad. A la vida que buscas nunca  encontrarás”.
Gilgamesh siguió su camino hasta llegar a la playa en la que encontró al barquero de El Lejano. Hechos a la mar divisaron la tierra. Utnapishtim que los vio llegar pidió explicaciones al acompañante de su barquero. Gilgamesh dio su nombre y explicó el sentido de la travesía.
El diluvio universal
Y dijo Utnapishtim: “Te revelaré un gran secreto. Hubo una ciudad antigua llamada Surupak, a orillas del Éufrates. Era rica y soberana. Todo allí se multiplicaba, los bienes y los seres humanos crecían en abundancia. Pero Enlil molesto por el clamor, dijo a los dioses que ya no era posible conciliar el sueño y exhortó a poner fin al exceso desencadenando el diluvio. Ea, entonces, en un sueño me reveló el designio de Enlil. ‘Derriba tu casa y salva tu vida, construye una barca que habrá de ser techada y de igual largo que ancho. Luego, llevarás a la barca la simiente de todo ser vivo. Si te preguntan por tu trabajo dirás que decidiste ir a vivir al golfo’. Mis pequeños acarreaban betún y los grandes hacían todo lo que era necesario. Teché el barco y bajo el piso construí siete cubiertas dividida cada una en nueve recintos. Finalmente, deslicé la pesada construcción sobre gruesos troncos hasta que aquella tocó el agua quedando sumergida en sus dos terceras partes. El séptimo día el barco estuvo completado y cargado con todo lo necesario. Mi familia, parientes y artesanos cargué en la barca y luego hice entrar a los animales domésticos y salvajes. Cuando llegó la hora, esa tarde, Enlil envió al Jinete de la Tormenta. Entré en la barca y la cerré con betún y asfalto y como todo estaba listo di el timón al barquero Puzur-Amurri. Nergal arrancó las compuertas de las aguas inferiores y los dioses arrasaron campos y montañas. Los jueces del Infierno, los Anunnaki, lanzaron sus teas y se hizo de noche el día. Día tras día arreciaba la tempestad y parecía cobrar nuevo brío de sí misma. Al séptimo día el diluvio se detuvo y el mar quedó en calma. Abrí la escotilla y el sol me dio de pleno. En vano escruté, todo era mar. Lloré por los hombres y los seres vivos nuevamente convertidos en barro. Finalmente, el monte Nisir detuvo a la barca en su cumbre. Solté una paloma y una golondrina que regresaron al no poder asentarse en tierra alguna y, después de muchos días, liberé a un cuervo que se alejó graznando y no regresó. Luego los dioses se reunieron en consejo y recriminaron a Enlil por el castigo tan duro que había dado a las criaturas, así es que Enlil vino a la barca y haciendo arrodillar a mi mujer y a mí, tocó nuestras frentes al tiempo que decía: ´Tú eras mortal, pero ahora tú y tu mujer vivirán por siempre en la boca de los ríos y serás conocido como El Lejano´. En cuánto a ti, Gilgamesh, ¿por qué los dioses habrían de otorgarte la inmortalidad?”.
El regreso
Utnapishtim sometió a Gilgamesh a una prueba. Este debía tratar de no dormir durante seis días y siete noches. Pero en cuanto el héroe se sentó sobre sus talones una niebla desmadejada de la lana del sueño cayó sobre él. “¡Míralo, mira a quien busca la inmortalidad!”, así dijo El Lejano a su mujer. Despertando, Gilgamesh se quejó amargamente por el fracaso: “ ¿Adónde iré? La muerte está en todos mis caminos”. Utnapishtim, contrariado, ordenó al barquero que al hombre regresara pero no sin piedad por él decretó que sus vestiduras jamás envejecieran, así nuevamente en su patria habría de lucir espléndido a los ojos mortales. Al despedirse, El Lejano susurró: “ Hay en el fondo de las aguas un licio espinoso que puede desgarrar tus manos, pero si te apoderas de él y lo conservas junto a ti podrás ser inmortal”.
Gilgamesh entró en las aguas atando a sus pies pesadas piedras. Se apoderó de la planta y emprendió el regreso mientras se dijo a sí mismo: “Con ella daré de comer a mi pueblo y yo también habré de recuperar mi juventud”. Luego caminó horas y dobles horas dentro de la obscuridad de la montaña hasta franquear la puerta del mundo. Después de esos trabajos vio una fuente y se bañó, pero una serpiente salida de las profundidades arrebató la planta y fue a sumergirse fuera del alcance de Gilgamesh.(4)
Así volvió el mortal con las manos vacías, con el corazón vacío. Así volvió a Uruk la bien cercada. Y así se cumplió el mandato de los dioses. ¡Con el pan homenajeamos al Guardián de la Puerta, con el pan pedimos al dios-serpiente, señor del Arbol de la Vida. Con el pan agradamos  a Dumuzi el pastor que hace fértil a la tierra!.(5)
Aquél que todo lo supo y que entendió el fondo de las cosas, aquél que todo lo vio y todo lo enseñó, aquél que conoció los países del mundo, aquél fue el grandioso Gilgamesh. El construyó los muros de Uruk, emprendió un largo viaje y supo todo lo que ocurrió antes del Diluvio. Al regresar grabó todas sus proezas en una estela.



1.-      Para la elaboración del mito de Gilgamesh hemos tenido en cuenta las XII tablillas asirias que son recopilación de otras anteriores acadias, derivadas a su vez de las sumerias, como lo demuestran los más recientes descubrimientos. Nos hemos basado en el material original de R. Campbell Thompson, The Epic of Gilgamesh. Oxford University Press. 1930, y de G. Contenau. L’ Epopée de Gilgamesh. L’Artisan du livre. Paris, 1939. También apelamos a los trabajos de Speiser, Bauer. Kramer, Heidel, Langdom, Schott y Ungnad. Por úiltimo, hemos consultado El Cantar de Gilgamesh. G. Blanco. Ed. Galerna. Buenos Aires. 1978.
2.-      Se supone que el poema de Gilgamesh fue compuesto hacia fines del tercer milenio sobre la base de materiales mucho más antiguos. Coincidimos con esta hipótesis basándonos en el desarrollo de la cerámica. En efecto, hacia la época de la redacción ya se había inventado en Uruk el primer torno de alfarería del mundo (h. 3500 a. C.). El instrumento era una rueda cerámica de 90 centímetros de diámetro por 12 de espesor que se hacía girar con la mano izquierda mientras se trabajaba el cacharro con la derecha. Dado el peso del volante, éste seguía girando por varios minutos, lo que permitía perfeccionar la obra con las dos manos libres. Posteriormente, se inventa (también en Mesopotamia), el torno de pie. Sin embargo, en el poema, la diosa Aruru crea al hombre de barro sin más expediente que sus manos humedecidas. Este no es un detalle sin importancia ya que se puede deducir por la técnica descripta, un ambiente de época anterior al del uso de la torneta. Al comparar p.ej., la creación del hombre sumeria con la creación del hombre egipcia, resulta que en esta última el dios Khnum da forma al cuerpo de barro en la torneta de alfarero (instrumento aparecido en el Nilo recién en la época dinástica). En el poema sumerio se hace alusión a la creación del héroe Enkidu como “doble”, como copia de Gilgamesh, luego que “la diosa Aruru se concentró dentro de sí”. Es posible que esto se refiera a la técnica de fabricación de figuras humanas cerámicas en copias de molde (“dentro de sí”) sobre la base de un original previamente confeccionado. El hecho de que Enkidu nazca velludo (“El héroe nació con el cuerpo cubierto de un vello tan espeso como la cebada de los campos”), puede referirse a la presencia visible de antiplásticos (cortezas de cereales, paja, etc.) que se agregaban a la arcilla para evitar su cuarteo, del modo en que se hace en algunos lugares con el barro al preparar adobes. Lo comentado, corresponde a una etapa anterior a la de la cacharrería y la utilización de la rueda de alfarero. La historia, por tanto, sería previa a la época de al’Ubaid y muy anterior a la aparición del mito de Marduk en el que éste quiere crear al hombre sobre la base de su sangre y sus huesos aunque luego decide hacerlo con la sangre de su enemigo Qingu. En este caso, ya estamos en presencia de la técnica del engobe o del esmalte cerámico del que hay numerosas muestras en la Babilonia de la época. Es más, en el British Museum se conserva una tablilla en la que aparece una fórmula de esmalte, sobre la base de plomo y cobre, dada por el maestro babilonio Liballit posiblemente contemporáneo de la redacción del mito de Marduk. Se podría objetar que tanto en el Génesis hebreo como en el Popol Vuh Quiché no se hace alusión al torno aún cuando este existiera para la época de sus respectivas redacciones. En lo que hace al Génesis, Dios hace a Adán de barro y luego a Eva de su costilla (como en el caso del hombre de Marduk, sobre la base de sangre y hueso) y le da vida con su soplo. No hay alusión al torno, pero el “soplo” es sugestivo porque pertenece a una época anterior a la de utilización de dicho instrumento. La introducción de aire en el horno es anterior a la torneta y  es un procedimiento que luego se perfeccionó con el fuelle, permitiendo elevar altas temperaturas en la cocción que de otro modo no superaba los 800 grados, ya que todo dependía de las calorías de la leña de acuerdo a las resinas que contuviera según la región. También puede decirse que el invento del horno de tiro ascendente permitió, en ocasiones,  la elevación de temperaturas próximas a los 1000 grados, pero la inyección de aire resulta de una técnica posterior. Entre los Quiché el mito cuenta que el primer hombre fue hecho por los dioses de barro pero éste se deformaba con el tiempo (etapa pre cerámica de la arcilla endurecida); luego los dioses hicieron al hombre de madera pero tampoco resultó y fue destruido hasta que, por fin, se logró formar al ser humano de maíz. Con ello se denota que el mito queda enclavado en la etapa instrumental neolítica (piedra, hueso y madera), previa a la revolución cerámica. Por otra parte, en América no se conoció el torno ni la rueda así es que no hay alusión a ese instrumento. Es cierto que en las tres traducciones clásicas del Popol-Vuh (Arciniegas, Recinos y Chávez) hay descripciones de instrumentos y cacharros cerámicos que coexisten con el mito de la creación del hombre pero, al parecer, éste es anterior a la ambientación textual. En síntesis, en lo que hace a la creación del ser humano por un dios alfarero, el mito más antiguo es el sumerio. No obstante, podría objetarse alguna afirmación respecto a la antigüedad de ciertas cerámicas basándose en las temperaturas de cocción. Pero, afortunadamente, muchos problemas de ese tipo se han ido solucionando a partir de los trabajos de Wedgwood sobre los vasos etruscos. El pirómetro que diseñó este investigador (no obstante la imperfección de su escala), ya permitió determinar la cantidad de calor absorbido por una arcilla. Al conocer la composición de ésta y someter una réplica a cocción controlada se pudo observar su contracción de acuerdo a los parámetros establecidos en la escala. El criterio utilizado fue el de que a mayor calor, mayor contracción que, por lo demás, queda fija una vez enfriado el cuerpo. Otro método ha consistido en someter un trozo de la muestra a temperatura creciente hasta que se produce contracción. En ese momento se fija el punto en que fue dejado el calentamiento original. Pero ya, actualmente, la precisión del análisis pirométrico es tal que se puede llegar a determinaciones de décima de grado.
3.-      “Los fragmentos ‘Muerte de Gilgamesh’ y ‘El descenso al Infierno’ provienen de tablillas sumerias halladas en Nippur y han sido fechadas en la primera mitad del segundo milenio a.C. No articulan con la estructura actual del Poema, aunque el segundo se halle traducido literalmente en la Tablilla XII asiria, última de esta versión”. Cantar de Gilgamesh (Op.Cit. pág. 95). En la traducción de A. Schott, el texto que aparece refiriéndose al parlamento de Enkidu con Gilgamesh, es éste: “¡Mira, mi cuerpo que con ternura abrazabas, las sabandijas lo carcomen como ropa vieja. Sí, a mi cuerpo que alegremente tú tocabas, la podredumbre lo invade, llenándolo de polvo de la tierra!... ¿Has visto uno que murió quemado en el combate? -Bien lo he visto, estaba en la noche silenciosa, echado en su lecho y bebiendo agua pura. -¿Has visto uno que cayó en la batalla? -Bien lo he visto, los queridos padres le tenían la testa, y la esposa sobre él se inclinó. -¿Has visto uno cuyos restos a la estepa fueron arrojados? -¡Ay de mí! También a este le he visto yo: ¡no halla paz su sombra en la tierra! -¿Has visto uno de cuya alma nadie cuida? -Bien lo he visto: el resto de comida en la olla, y el mendrugo en la calle tiene que comer..”. El país de los sumerios. H. Schmökel. Ed. Eudeba. pág. 210. Buenos Aires, 1984.
4.-      La visión del Paraíso enjoyado suele estar relacionada con la sabiduría y, a veces, con la vida eterna. Esta última tiene sus guardianes que a menudo son serpientes. En un mito cretense citado por Apolodoro, las serpientes poseen la hierba de la inmortalidad. En el de Gilgamesh, la serpiente roba la planta de la vida que el héroe ya había conseguido. De estos temas se han dado diferentes interpretaciones que van desde el espiritualismo más inalcanzable al positivismo más grosero. Veamos algun ejemplo: “El paraíso celestial es gozado en un trance esquizofrénico inducido por el ascetismo, la perturbación glandular o el uso de drogas alucinógenas. No siempre es posible juzgar cuál de estas causas produjo las visiones místicas de, por ejemplo, Ezequiel, ‘Enoc’, Jacob Boehme, Thomas Traherne y William Blake. Pero los jardines de deleite enjoyados se relacionan comúnmente en el mito con la comida de una ambrosía prohibida a los mortales; y esto indica una droga alucinógena reservada para un pequeño círculo de adeptos y que les causa sensaciones de gloria y de sabiduría divinas. La referencia de Gilgamesh al espino cerval tiene que ser un disfraz, no obstante, pues el espino cerval lo comían los antiguos místicos no como un iluminante, sino como un purgante preliminar... Todos los jardines de deleite son gobernados originalmente por diosas; cuando se pasó del matriarcado al patriarcado los usurparon dioses varones. El paraíso de Gilgamesh pertenecía a Siduri, diosa de la Sabiduría, quien había designado al dios Sol Samash su guardián; en versiones posteriores de la epopeya, Samash ha degradado a Siduri convirtiéndola en mera tabernera”. Los Mitos Hebreos. R. Graves y R. Patai. Alianza, pág. 73. Madrid 1988. En cuanto a la relación entre la inmortalidad, las serpientes y el acto de robar, Wilkins en su Mitología Hindú observa que cuando Garuda trajo algo de amrita (ambrosía) desde la Luna para los Nagas o deidades serpientes, como precio a pagar por liberar a su madre de la esclavitud, Indra intentó persuadirlo de que le diera a él la amrita evitando de ese modo que los Nagas llegaran a inmortales. Pero Garuda siguió con su proyecto e hizo entrega de la sustancia (en una vasija) a los secuestradores. Mientras los Nagas se estaban bañando, Indra la robó. Estos, creyendo que la ambrosía debía haberse derramado sobre la hierba Kusa (Poa Cynosuroides), la lamieron. Las afiladas púas de la hierba rasgaron sus lenguas; de ahí que las serpientes las tengan bifurcadas.
5.-      Del fragmento llamado “Muerte de Gilgamesh”.