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SOBRE LA COMPASIÓN



(EXPERIENCIA Y RECOPILACIÓN)
Avalokitesvara,
el bodhisattva de la Compasión
Andrés Koryzma Z.

Centro de Estudios
Parques de Estudio y Reflexión – Punta de Vacas
25 Junio 2011
Índice de contenido
Interés......................................................................................................................................3
Síntesis....................................................................................................................................3
Encuadre.................................................................................................................................4
1. Experiencia sobre la compasión .........................................................................................5
2. Definición (personal) de la compasión utilizando textos de Silo...........................................8
3. Conclusiones.......................................................................................................................9
4. Anexos...............................................................................................................................10
A. La compasión en la obra de Silo...............................................................................10
B. La compasión en conversaciones con Silo. .............................................................12
C. Recopilación de textos de Silo donde la compasión está implícita ..........................14
D. Otros autores siloístas..............................................................................................19
E. Diccionario del Nuevo Humanismo: palabras relacionadas......................................25

Interés
El Interés está puesto en describir y comprender los registros vividos durante un breve período de
tiempo en que se realizaron actividades con El Mensaje de Silo en la calle y cuya experiencia se
busca vincular a un particular emplazamiento interno en la acción. La mirada está puesta desde el
cotejo con los registros experimentados.
Síntesis
La experiencia sobre la compasión es el resultado inesperado de una actividad vinculada con el
Mensaje de Silo y realizada en la calle durante varias semanas, donde una acción válida fue
efectuada con un particular emplazamiento interno y con ejercicio del desapego al resultado,
haciendo que se expresara una profundidad especial.
Si bien esta actividad tiene un mes de implementación, el proceso se remonta unos siete meses, a
partir de fines de 2010, con experiencias reveladoras en torno a un trabajo sobre uno mismo. A
partir de ahí surge el interés de acrecentar esos registros y también el de alentar en otros la
experiencia interna. Sin embargo durante meses no se logró precisar el “qué hacer en el mundo”.
Se fue observando que había resistencia a llevar adelante actividades desde un “más de lo
mismo”; luego se fueron unificando los registros vividos en la propia experiencia profunda con una
actividad que era de similar encaje en la calle.
Se comprendió que se necesitaba de un correcto emplazamiento interno para retroalimentar la
acción y su ejercicio creciente produjo registros no habituales que se tradujeron como compasión.

Encuadre
El tema parte con la evidencia de que la experiencia interna es la que puede llevarnos a conectar
con nuestras aspiraciones más profundas y la acción válida que termina en otros es la que tiene un
efecto potenciador y cohesionador.
Diferentes actividades, trabajos grupales y personales han permitido esa experiencia interna y la
han llevado a una gradual profundidad, son trabajos a los que uno quisiera que accedan muchos
más. El tema es qué hacer y cómo alentar a otros a que se encuentren con su propia experiencia
interna y descubran las herramientas que propone Silo y su Mensaje.
En la profundidad surgen registros conocidos que se experimentan beneficiosos ya que reconectan
con el sentido de la vida; en una mayor profundidad brotan traducciones poco habituales,
que conmocionan y conmueven. Más allá aún está lo “inasible”, “lo sagrado”, motor de las
búsquedas primordiales.
Salir al mundo desde estos registros tiene un significado nuevo que retroalimenta y consolida lo
experimentado.
Kuan Yin o GuanYin,
la diosa bodhisattva de la compasión

1. Experiencia sobre la compasión
Con cierta periodicidad visito el Parque Punta de Vacas, en ese ámbito montañoso y sugerente
realizo algunos trabajos personales que me conectan con mi propósito de avanzar hacia una
profundidad creciente; experiencia intensa que perdura algunos días a mi regreso a la ciudad y
que luego se va diluyendo, quedando intermitente o incluso desaparecer… hasta una nueva visita.
Comencé a reflexionar sobre por qué no lograba mantener esos registros, esa mirada más lúcida,
esa conexión con espacios dadores de significados nuevos y observé que la mantención o pérdida
de esos registros estaba vinculada a mi acción en el mundo. A mayor encerramiento, más rápido
desaparecían los registros; a mayor conexión con otros, más tiempo perduraban.
Pero no bastaba un “buen trato” al otro, una conversación amable tampoco. El hacer algo con una
intencionalidad en el mundo, es decir una construcción vinculada a un propósito, una actividad
dirigida a otros con ciertos “atributos” aparecía en las reflexiones, sin embargo no había una
imagen que movilizara.
¿Qué hacer? El tema no era la actividad en sí, sino “desde donde” se hacía, el emplazamiento
interno que se tenía, en relación a alguna imagen de acción sugerida.
Pasaron algunos meses en que las imágenes que se proponían se resisten a un “más de lo
mismo”, hasta que ciertas experiencias vinculadas al agradecimiento y al pedido tuvieron eco con
el propósito de conectar con espacios significativos. De esa experiencia se observó que hay algo
que nutre la profundidad, que hace crecer el registro “que vive adentro” y que se alimenta de
ciertas acciones y actitudes mentales.
Entonces la acción en el mundo tuvo un cambio de significado, un giro importante, ya no eran
propuestas desde la compensación, del “tener que hacer”, las compulsiones del resultado, de la
aprobación o rechazo de otros que finalmente llevan a un vacío, sino que eran propuestas que se
vinculaban a las aspiraciones más profundas, aquellas que hechas de una determinada manera y
que, si se “llevaban al mundo”, producían crecimiento interno.
El tema fue traducir aquello que tuviera el significado de experiencia, y llevarlo a otros con los
registros de un inspirado emplazamiento.
No fue fácil adiestrar una nueva actitud, cuyo centro de gravedad estuviera en la propia
profundidad, considerando la presencia de cierta censura y autocensura. Recordé esa frase de
Silo: “…hay que arriesgar interpretación”; en mi caso, hacer sin temor a equivocarme. Me propuse
trabajar con algo nuevo en la calle, buscando motivar a través de una experiencia que el otro se
interese, por sí mismo, a descubrir el Mensaje de Silo más que “imponerle” el Mensaje.
Utilizando un volante “Dale sentido a tu viaje”, se invitaba al destinatario a aprovechar el tiempo de
viaje en el transporte público para trabajar con el agradecimiento y el pedido interno, mencionando
como referencia a Silo para los textos y una dirección de blog diseñada por si quisiera más
información, pero sin pedirle nada ni invitarlo a nada. http://lasexperienciasdecambio.blogspot.com
es un blog que hace énfasis en la experiencia y estimula a desarrollar una comunidad de
experiencia por si mismo.
Se alienta a una práctica mínima, un cambio de mirada, que busca conectar con la propia
interioridad, donde para pedir primero es necesario agradecer… y se sugiere aprovechar el tiempo
de viaje para ejercitarlo.
La idea es simplemente estar en la vía pública, una a dos horas al día, cerca de un acceso al
transporte (metro o bus) y adiestrar una actitud no invasiva, calma, no compulsiva mientras se
entrega el volante con la propuesta de experiencia. A veces uno “le hablaba delicadamente en
silencio” al otro… esto te puede hacer bien, pruébalo, es un regalo positivo para ti… a veces en
voz alta suave, directa y amablemente.

Hay muchas interesantes anécdotas de lo sucedido y conversado, sin embargo lo que ha motivado
a escribir este texto tiene otra connotación. Mirando ahora retrospectivamente, lo que se entrega
no es el volante, lo que se entrega es una experiencia, pero no la que se explica en el volante sino
la que se logra transmitir de manera intangible en esos pocos segundos de interacción o más largo
aún si se da alguna conversación. Hay algo ahí operando que no se lograba comprender.
Con el correr de los días se fue produciendo una transformación con este ejercicio del “fin en sí
mismo”, con verdad interna “sin temor al resultado”; se fue dando un paulatino vaciamiento de
contenidos y un silenciamiento interno hacia un “yo pasivo”.
Si bien se partía con la mecánica propia del paisaje de formación, a mitad de la actividad se
producía el cambio hacia ese silenciamiento y que en algunos momentos modificaba la
estructuración del lugar en que se estaba y la temporalidad se presentaba en una especie de
“cámara lenta”. Desde la interioridad comenzó a surgir un especial registro que inicialmente
costaba definir.
Encontré que se producían momentos similares a otros trabajos realizados, relacionados con la
búsqueda de “lo sagrado” o de conexión con “un motor interno”. También dando algunos
seminarios y en algunas conversaciones significativas. Pero nunca con la permanencia de lo vivido
ahora, como si “lo profundo” se hiciera presente en la acción.
En la medida que se manifiesta, se experimenta como “algo” que nutre vitalmente y transforma. Se
acerca a la bondad o al amor sin serlo, se expresa como una emoción más “alta” y más “profunda”
que los sentimientos cotidianos, resonando con quienes se encuentran cerca y en ocasiones
pudiendo abarcar a otros seres vivos…“a todo lo vivo”.
Se activa y crece principalmente en la actitud de hacer algo por el otro, en un dar sin nada a
cambio, donde no hay apego al resultado sino un acto válido en sí mismo.
Aquietado el “yo”, nace imperceptible un registro como de un lejano punto interior, poco a poco se
va expandiendo desde la profundidad del pecho hasta hacerse presente como “un sentimiento que
irradia vida”. Su constatación produce conmoción, soltura, un silencio interior cuya lucidez modifica
de manera creciente la típica estructuración compensatoria de “el otro para mí”, llevándola hacia
una estructuración procesal, más que hacia el otro…“desde el otro”; en una actitud de apertura a
espacios significativos.
Se manifiesta el respeto por el otro, de paridad real, hay una “nueva comprensión” operando, como
si el destinatario y uno mismo se insertaran en una dimensión nueva. Uno se emplaza en una
especie de “disponibilidad para dar” sin interferir, ni menos imponer, con un sentimiento del otro
que genera la intención de alentar, si así lo expresa.
No es un registro que se pueda producir ni poseer, más bien surge por sí mismo, pero se inspira
en la acción válida que termina en otros. Ahí nace ese particular estado que viene desde lo
profundo, que silencia al mundo interno-externo y hace que el destinatario del acto válido y unitivo
“que estaba afuera” se lo experimente ahora “adentro” como “un uno mismo”, en un sentimiento
“elevado y sutil” que irradia y se amplía a todo lo vivo.
Es una experiencia que alimenta y revitaliza lo más esencial. Conmociona porque conecta con las
mejores aspiraciones, despierta un centro de gravedad que cohesiona la acción en el mundo,
amplía y profundiza el sentido de lo existente y puede convertirse en una necesidad de repetir y
acrecentar.
La palabra que más se acerca al registro descrito es el de compasión.
Sin embargo la palabra compasión parece tener diferentes significados culturales y religiosos.
Toda corriente religiosa señala a su Dios como “El Compasivo o Misericordioso”, sin embargo en
su nombre se han producido y aún se generan los sufrimientos más atroces. A su vez, los
diccionarios tienden a definir la compasión como lástima, pena y conmiseración, que se aleja de
los registros experimentados. En la época actual es habitual escuchar un “no quiero que me
compadezcan” como expresión de una compasión sentida como la desvaloración frente a otros,
una lástima que evidencia la peor ayuda que pueden hacerle.
Me propuse profundizar en el significado de la compasión buscando aquello que se acercara a la
experiencia, revisando textos en la obra de Silo y consultado con algunos amigos que han
mencionado el tema en algún trabajo o monografía.
Hay también un amplio desarrollo del tema de la compasión en la obra de Buda que se abre como
posibilidad a estudiar más adelante.

2. Definición (personal) de la compasión utilizando textos de Silo
“La compasión se relaciona con la acción que no termina en uno sino que llega al otro, donde no
se considera al sufrimiento que uno pueda tener, sino que la preocupación está puesta en el
sufrimiento que pueda tener el otro. Es necesario saltar por encima del propio problema e ir hacia
el dolor del otro. Ése es un acto moral por excelencia: “Trata a los demás como quieres que te
traten a ti”.
Se basa en la idea de que dar es mejor que recibir. En la idea de que todo acto que termina en
uno mismo genera contradicción y sufrimiento, y en la idea de que las acciones que terminan en
otro son las únicas capaces de hacer superar el propio sufrimiento. Así, pues, los actos de
contradicción invierten la rueda de la vida, mientras que los actos que terminan en otro para hacer
superar el sufrimiento, ponen en marcha la rueda de la vida.
La compasión siempre parte por una suerte de empatía con el otro, ponerse en el lugar del otro. Si
no me pongo en el lugar del otro no puedo sentir el otro. No puedo tener ninguna compasión si no
siento al otro. Si nos sentimos como él, sentimos una cosa cálida con él, una cercanía con él que
nos induce a solucionar los problemas de él. La compasión lleva a buscar las salidas de los
problemas del otro exactamente como si fueran problemas míos.
No es indiferente la acción que se realiza en el mundo. Hay acciones de las que se tiene registro
de unidad, y acciones que dan registro de contradicción, de desintegración. La acción válida es
aquella que termina en otros y en dirección a su libertad. Toda acción que hace retroceder el
sufrimiento en otros se registra en quien lo produce como un acto válido, como un acto de unidad.
Es un proceso de retroalimentación, modifica lo externo y lo interno. Modifica lo que ocurre afuera
y modifica tu estructuración interna. La Acción Válida tiene la característica de que no está ligada
al “resultado” de esa acción, sino que el beneficio para uno está al hacerla, en hacer algo con una
dirección evolutiva
En tanto no experimente al otro fuera del para-mí, mi actividad vital no humanizará al mundo.
Sentir lo humano en el otro, es sentir la vida del otro en un hermoso multicolor arco iris, que más
se aleja en la medida en que quiero detener, atrapar, arrebatar su expresión. Tú te alejas y yo me
reconforto si es que contribuí a cortar tus cadenas, a superar tu dolor y sufrimiento. Y si vienes
conmigo es porque te constituyes en un acto libre como ser humano, no simplemente porque has
nacido “humano”. Yo siento en ti la libertad y la posibilidad de constituirte en ser humano. Y mis
actos tienen en ti mi blanco de libertad.”
3. Conclusiones
Se parte de la reflexión de cómo lograr acrecentar o al menos mantener los registros obtenidos en
el trabajo de profundización hacia los espacios “sagrados”.
Se hace evidente que la acción desarrollada de una manera específica puede hacer continuar o
profundizar en la vida cotidiana esos registros de interés.
La acción que se corresponde con el propósito interno de abrirse a espacios más significativos
motoriza en el mundo de una manera nueva; retroalimenta y produce intuiciones y experiencias no
habituales.
Una de esas experiencias se la ha vinculado a la compasión y surge desde la acción válida,
realizada con desapego al resultado y con la mirada puesta en el otro.
Revisando esa acción válida se observó que había un determinado emplazamiento interno que
nacía desde un centro de gravedad y que silenciándose el mundo interno, podía expresarse la
compasión y otros registros atribuibles al trabajo con la profundidad de uno mismo.
Los textos de Silo que se recopilaron y leyeron, así como los desarrollos de otros amigos,
ayudaron a la comprensión intelectual de la compasión, ayudaron a evocar sentimientos cercanos
y permitieron considerar que se estaba en el mismo sentido.
Sin embargo tratar de cotejar los registros experimentados con los textos ha resultado difícil, ya
que es uno desde su propia subjetividad quien puede sondear si los textos coinciden o no con la
compasión o si es algo diferente, comparación que finalmente queda en lo testimonial.
En este caso las descripciones de los registros no habituales surgidos en las actividades cotejadas
con los textos, se los puede vincular a la compasión pero también tienen el sabor a registros de la
acción válida y otras experiencias profundas.
Finalmente se puede afirmar que este relato transmite un intento de contacto con otros, que ha
producido experiencias no habituales de interés y que refuerza la dirección de un estilo de vida.
A continuación, como anexos, se presenta una recopilación de los extractos de textos que se
relacionan con los registros vividos durante la actividad señalada. Sin duda que es incompleta y
podría ser ampliada.
Andrés K.

4. Anexos
A. La compasión en la obra de Silo
Se hizo una primera recopilación en la literatura de Silo con los textos que hacen mención explícita
de la palabra compasión. A partir de ahí, de ese encuadre, se releyó parte de su obra,
especialmente “Habla Silo” y “Humanizar la Tierra” observando la presencia “silenciosa” de la
compasión que se encuentra implícita en muchos de sus capítulos.
Se extractaron párrafos y para su contexto se puso en negrita la referencia directa al tema que si
bien no necesariamente es una definición de “compasión”, resultaba significativa en relación con la
experiencia vivida.
Intercambio con la Sanga Budista en Sarvodaya 1981 / Habla Silo, pág. 63
…El hombre aquí no está considerado como ser aislado sino en relación social. Existe la idea de
compasión como trasfondo de todo esto. De esa acción que no termina en uno sino que
llega al otro. Me ha parecido ver que no se considera al sufrimiento que uno pueda tener,
sino que la preocupación está puesta en el sufrimiento que pueda tener el otro.
… Nosotros no decimos que los problemas se resuelven en la propia conciencia, nosotros
decimos que es necesario saltar por encima del propio problema e ir hacia el dolor del otro.
Ése es un acto moral por excelencia: “Trata a los demás como quieres que te traten a ti”.
El mundo tiene sus graves problemas, pero sería una desproporción querer cambiar al mundo si
no está en mis posibilidades reales hacerlo. Lo único que puedo cambiar es a mi medio inmediato
y de algún modo cambiarme yo. Y si mis posibilidades de acción y de transformación llegaran más
lejos, en ese caso, mi prójimo sería algo más que mi pareja, mi amigo, mi compañero de trabajo.
... Proponemos la formación de pequeñas agrupaciones del individuo con su medio inmediato.
Estos grupos pueden ser de cualquier tipo, urbanos o no urbanos y deben convocar a todos los
voluntarios que quieran saltar sobre sus propios problemas para dirigirse a otros. En la
medida en que crezcan estas pequeñas agrupaciones, se conectarán entre sí y sus posibilidades
de transformación también crecerán.
¿En qué se basa ese crecimiento y qué une a esos grupos? Se basa en la idea de que dar es
mejor que recibir. En la idea de que todo acto que termina en uno mismo genera
contradicción y sufrimiento, y en la idea de que las acciones que terminan en otro son las
únicas capaces de hacer superar el propio sufrimiento.
No es la sabiduría la que puede hacer al hombre superar el propio sufrimiento. Puede haber un
recto pensamiento y una recta intención, pero puede faltar una recta acción. No hay recta acción
si no está inspirada por la compasión. Esta actitud humana básica de compasión, esto de
que el acto humano vaya hacia el otro, es la base de todo crecimiento individual y social.
... Por último, hay mucha gente que piensa que encerrarse en los propios problemas evita, por lo
menos, nuevas dificultades. Esto, claro está, no es cierto. Más bien sucede lo contrario. La
contradicción personal contamina al medio inmediato.
Cuando hablo de contradicción, hablo de actos perjudiciales a uno mismo. Me traiciono a mí
mismo cuando hago cosas opuestas a las que siento. Eso me crea sufrimiento permanente y ese
sufrimiento no queda solamente en mi sino que contamina a todos los que me rodean. Este
aparente sufrimiento individual que surge de la contradicción personal, termina siendo un
sufrimiento social.
Hay un solo acto que permite al ser humano romper su contradicción y sufrimiento
permanente. Este es el acto moral en el que el ser humano se dirige a otros para hacer
superar sus sufrimientos. Cuando yo ayudo a otro a hacer superar su sufrimiento, yo me
recuerdo luego en mi propia bondad; en cambio, cuando realizo un acto de contradicción yo
recuerdo aquel momento como algo que torció mi vida. Así, pues, los actos de
contradicción invierten la rueda de la vida, mientras que los actos que terminan en otro para
hacer superar el sufrimiento, ponen en marcha la rueda de la vida.
Todo acto que termina en uno fatalmente marcha hacia la contradicción, hacia la contaminación
del medio inmediato. Aun la sabiduría pura, la sabiduría intelectual que permanece en uno, lleva a
la contradicción. Este es tiempo de acción y esta acción consiste en comenzar a ayudar a
otros a superar el propio sufrimiento. Esta es la recta acción, la compasión, el acto moral
por excelencia.
… No hay ciencia, ni organización social que puedan hacer superar el sufrimiento mental. El ser
humano ha ido creciendo en la medida que ha logrado superar mucho de su dolor físico, pero no
ha ido superando su sufrimiento mental. Y la gran función con que han cumplido los grandes
mensajes y las grandes enseñanzas, radicó en hacer comprender que para superar el sufrimiento
se requieren condiciones muy precisas y nada podemos decir ahora sobre ese punto. Ahí están las
enseñanzas y así como están las respetamos.
Pero en este mundo de lo perceptual, en este mundo de lo inmediato, en este mundo de
agregados para la conciencia, en donde la percepción ilusoria y la memoria ilusoria, dan en mí una
conciencia ilusoria y una conciencia del yo ilusorio; en este mundo en que provisoriamente estoy
sumergido, en este mundo hago las cosas para que se supere el dolor y trato que la ciencia y la
organización social tomen una dirección que termine en el mejoramiento de la vida humana.
También comprendo que cuando el ser humano necesite realmente superar el sufrimiento mental,
habrá de apelar a comprensiones que rasguen el velo de Maya, que rasguen la ilusión. Pero el
recto camino debe transitarse en lo inmediato: en la compasión, en ayudar a superar el
dolor.
Conferencia Meditación Trascendental; 1972 (versión digital)
... Por amor y compasión se puede llegar conscientemente al sacrificio -sin contradicción- hasta
de la propia vida.
El Mensaje de Silo. Versión 2002 Chile; pág. 153
El Mensaje de Silo inspira una profunda religiosidad
El Espíritu Humano.
El ser humano no ha terminado su evolución. Es un ser incompleto y en desarrollo que tiene la
posibilidad de formar un centro interno de energía... tal cosa ocurrirá de acuerdo al tipo de vida que
lleve…
… El ser humano en su bondad, en la eliminación de las contradicciones internas, en sus actos
conscientes y en su sincera necesidad de evolución, hace nacer su espíritu. Para la evolución
son necesarios el amor y la compasión. Gracias a ellos es posible la cohesión interna y la
cohesión entre los seres que posibilitan la transmisión del espíritu de unos a otros. Toda la
especie humana evoluciona hacia el amor y la compasión. Quien trabaja para sí en el amor y
la compasión, lo hace también para otros seres.

B. La compasión en conversaciones con Silo.
Apuntes sobre El comienzo de la Segunda Rueda; Julio-Agosto 1974
Sobre la Religión Interior
La Prédica de R.I.: No se basa en el temor a la muerte o en amenazas. Explica cómo suprimir el
sufrimiento y las contradicciones, como evolucionar y formar el espíritu inmortal. La R.I. no prohíbe
ni obliga a nada. Enseña a conocerse y a cambiar de vida en profundidad. Predica la igualdad de
todos los seres humanos y reclama iguales condiciones de vida para todos. Proclama la no
violencia física, económica, racial y religiosa. Brega por la liberación social, cultural y psíquica,
destacando la importancia del amor y la compasión con todas las criaturas vivientes.”...
Apuntes con Silo, La condición Humana; Mendoza 2003
Las transformaciones históricas siempre se produjeron gracias a la acumulación de
acciones humanas en una misma dirección, acumulación de respuestas diferidas, de
discusiones con lo establecido, de futuros imaginados…
…Considerar la existencia de una intencionalidad evolutiva universal nos hace
comprender mejor el camino del ser humano y también su posible destino. Ensayemos
esta hipótesis: “la especie humana evoluciona hacia el amor y la compasión”.
Si interpretamos la historia humana desde ese punto de vista, podemos claramente
individualizar momentos evolutivos y momentos regresivos. Y también elegir entre
posibilidades, como siempre ha hecho el hombre en la historia, independientemente de la
época en que su vida se desarrollaba y de su condición cultural y social. Este es el
profundo sentido de la acción humana, que va más allá de la efectivización de los
proyectos particulares, inmersos en la propia dimensión individual - temporal. Esto
es lo que marca una profunda diferencia entre aquellos que trabajan para superar el
sufrimiento en si mismos y en los demás y aquellos otros, que aparecen como
indiferentes ante el dolor ajeno. Unos en sintonía, otros a contramano del proceso
histórico mayor.
Apuntes no textuales de conversación de Silo con Isaías; 2004
… comienza a hablar de los budistas y de su búsqueda de la conciencia lúcida, del Nirvana, de la
trascendencia personal. Dice que por supuesto que eso está muy bien y que están en todo su
derecho, pero que eso no fue lo que hizo el Buda, quien regresó por compasión hacia el género
humano. Porque el proceso de esta especie ya lleva dos millones de años, es lento y también hay
retrocesos, pero se ha movido, se ha avanzado, sin duda que sí, y eso ha sido posible porque
siempre, en todas las épocas, ha habido algunos que han “empujado” y otros –la gran mayoría...-
que han hecho resistencia. Que no es posible ver esto desde la perspectiva de una vida individual
porque, claro, es muy corta, y estos son procesos y etapas a escala cósmica.
Pero que tiene que haber siempre gente que se ocupe de “empujar” el proceso en la
dirección del avance de la especie humana. Y que eso es posible solamente merced al
amor y la compasión.
Apuntes, Silo conversaciones en Bomarzo; 2009
P.: ¿Podrías decir algo sobre el amor y la compasión? En el Mensaje se habla mucho del amor y
la compasión. ¿Como sería la actitud para llegar a ese estado de amor y compasión y para poderlo
transferir a los otros?

R.: Me parece que mucha gente siente la compasión. Esa compasión que siente siempre
parte por una suerte de empatía con el otro, ponerse en el lugar del otro. Si no me pongo en
el lugar del otro no puedo sentir el otro. No puedo tener ninguna compasión si no siento al
otro. Es verbal pero no es profundo, porque la compasión es interna, tengo que sentir al
otro por dentro. Yo puedo ser compasivo si experimento lo que experimenta el otro, como
explica el Buda, cuando transmite compasión por determinados animales. No estamos
hablando de personas, estamos hablando de algo más lejano. Al ver sus descripciones,
cómo va sintiendo estos animales de adentro es una cosa espectacular, es fantástico cómo
logra esa empatía con cosas tanto lejanas para uno como un perro, un gato, un tigre.
Bueno, nosotros no pretendemos tanto como esas descripciones pero sí pretendemos
acercarnos al otro. Si nos sentimos como él, sentimos una cosa cálida con él, una cercanía
con él que nos induce a solucionar los problemas de él. La compasión lleva necesariamente
a buscar las salidas de los problemas del otro exactamente como si fueran problemas míos,
por lo tanto si no lo siento al otro difícilmente puedo ejercitar mi compasión. Sin duda que
puedo ejercitar buenos deseos pero no logro sentir desde adentro.
Hablemos ahora del amor…

C. Recopilación de textos de Silo donde la compasión está implícita
Apuntes de 2da. Reunión conjunta de El Mensaje; Buenos Aires, 20.04.2003
La Acción Válida, es un proceso de retroalimentación, modifica lo externo y lo interno. Modifica lo
que ocurre afuera y modifica tu estructuración interna. La Acción Válida tiene la característica de
que no está ligada al “resultado” de esa acción, sino que el beneficio para uno está al hacerla, en
hacer algo con una dirección evolutiva. Al hacer Acciones Válidas te estás convirtiendo en un
factor de cambio.
La Acción Válida – 1978 / Habla Silo, pág. 15
…. ¿Cuál es la base de la acción válida? La base de la acción válida no está dada por las
ideologías, ni por los mandatos religiosos, ni por las creencias, ni por la regulación social. Aún
cuando todas estas cosas sean de mucha importancia, la base de la acción válida no está dada
por ninguna de ellas, sino que está dada por el registro interno de la acción. Hay una diferencia
fundamental entre la valoración que parece provenir del exterior, y esta valoración que se
hace de la acción por el registro que el ser humano tiene de lo que precisamente hace.
¿Y cuál es el registro de la acción válida? El registro de la acción válida es aquel que se
experimenta como unitivo; es aquel que da al mismo tiempo sensación de crecimiento
interno, y es por último aquél que se desea repetir porque tiene “sabor” de continuidad en
el tiempo…
… Nosotros, en principios muy generales, hemos dado los registros de la acción válida. Hay un
principio mayor, conocido como La Regla de Oro. Este principio dice así: “Trata a los
demás como quieres que te traten a ti”. Este principio no es cosa nueva, tiene milenios. Ha
aguantado el paso del tiempo en distintas regiones, en distintas culturas…
... No es indiferente la acción que se realiza en el mundo. Hay acciones de las que se tiene
registro de unidad, y acciones que dan registro de contradicción, de desintegración…
… Nosotros registramos como unitivo y valioso llevar a ese que está sentado en la acera
(sin referencia en su vida), estas cosas que mínimamente conocemos, pero en palabras y en
hechos sencillos. Si nadie hace esto por él, nosotros lo haremos (como tantas otras cosas
que permitirán superar el dolor y el sufrimiento). Al proceder así, trabajaremos también para
nosotros mismos.
El Sentido de la Vida – 1980 / Habla Silo, pág. 39
(Segunda parte)
…En esos cinco estados y grados se emplaza el ser humano, ¿pero cuál debería ser el correcto
emplazamiento? ¿Es que existe acaso un correcto emplazamiento, o es que estamos
simplemente describiendo problemas sin dar solución? ¿Es que podemos sugerir cuál es el mejor
emplazamiento frente al problema?
Algunos dicen que la fe es algo que está o no está en las personas, que brota o que no brota. Pero
observen ese estado de conciencia. Alguien puede no tener fe en absoluto, pero también puede
desear, sin fe y sin experiencia, obtener eso. Puede inclusive comprender intelectualmente que tal
cosa es interesante, que puede valer la pena orientarse en esa dirección. Pues bien, cuando eso
comienza a suceder es porque algo ya se está manifestando en esa dirección.
Quienes logran esa fe o esa experiencia trascendente, aunque no puedan definirla en
términos precisos como no se puede definir el amor, reconocerán la necesidad de orientar a
otros hacia el sentido, pero jamás tratarán de imponer su paisaje a quienes no lo
reconozcan...
... Y no impongo mi certeza ni mi fe, y convivo con aquellos que se encuentran en estados
diferentes respecto del sentido, pero me obligo a brindar solidariamente el mensaje que
reconozco hace feliz y libre al ser humano...
El Voluntario – 1980 / Habla Silo, pág. 53
...Lógicamente, porque hay un circuito de entrada y otro de salida. Y si cercenamos el circuito de
salida, va a haber problemas. Pero bueno, el hecho es que la generalidad de las personas está en
esta historia de recibir, y al cundir la ideología del recibir no se explican, las gentes, cómo puede
haber otros que simplemente pueden hacer cosas sin recibir. Desde el punto de vista de la
ideología consumista, esto es extremadamente sospechoso. ¿Por qué motivo alguien se va
a mover sin recibir una paga equivalente? Esa sospecha, en realidad, lo que revela es un
pésimo conocimiento del ser humano, porque ellos han comprendido la utilidad en términos
de dinero y no saben que existe la utilidad vital, la utilidad psicológica…
…Ellos pueden, a diferencia de los otros, hacer algo mucho más importante: poner un
significado interno en el mundo...
... En él, voluntariamente, plasma contenidos que no están nada claros para sí mismo y, a veces,
trata de comprenderlos con palabras como “solidaridad”, sin entender cuál es el significado
profundo de tal vocablo…
Acto Público de Madrid – 1981 / Habla Silo, pág. 57
…Y, entonces, ¿por qué hacemos lo que hacemos? Lo responderé en pocas palabras: lo
hacemos como supremo acto moral. Nuestra moral se basa en éste principio: “Trata a los
demás como quieres que te traten”. Y si como individuos queremos lo mejor para nosotros,
estamos exigidos por este imperativo moral a dar a otros lo mejor. ¿Quiénes son los otros?
Los otros son los más próximos, y allí donde lleguen mis posibilidades reales de dar y de
modificar, allí está mi próximo; y si mis posibilidades de dar y de modificar llegaran a todo
el mundo, el mundo sería mi próximo. Pero sería un despropósito preocuparme
declamativamente por el mundo si mis posibilidades reales llegaran sólo hasta mi vecino. Por ello
hay una exigencia mínima en nuestro acto moral y es la de esclarecer o actuar cada cual en
su ámbito inmediato. Y es contrario a esta moral no hacerlo, asfixiándose en un
individualismo sin salida. Esta moral da una dirección precisa a nuestras acciones y además fija
claramente a quiénes están dirigidas. Y cuando hablamos de moral nos referimos a un acto
libre, a la posibilidad de hacerlo o no hacerlo y decimos que este acto está por encima de
toda necesidad y de toda mecanicidad. Este es nuestro acto libre, nuestro acto moral:
“Trata a los demás como quieres que te traten”. Y ninguna teoría, ninguna excusa, está por
encima de este acto libre y moral. No es nuestra moral la que está en crisis, son otras morales las
que están en crisis, no la nuestra. Nuestra moral no se refiere a cosas, a objetos, a sistemas,
nuestra moral se refiere a la dirección de los actos humanos. Y toda crítica y toda
transmisión que nosotros hacemos o aportamos va orientada en el sentido de los actos
humanos…
Acto Público de Bombay – 1981 / Habla Silo, pág. 71
…Y ¿qué decimos hoy desde India, palpitante corazón del mundo? Desde India cuya reserva
espiritual ha sido enseñanza y respuesta para un mundo de mente enferma. Decimos: “¡Trata a
los demás como quieres que te traten a ti!”. No hay acto humano superior a éste, no hay
moral más elevada que ésta. Cuando el ser humano comprende esto y lo lleva a la práctica
en cada día y en cada hora de su día, progresa y hace progresar a otros con él...
... Muchas personas quieren perfeccionarse, muchos quieren superar su confusión interior
y su enfermedad espiritual y creen que pueden hacerlo cerrando los ojos al mundo en que
viven, y yo digo que crecerán espiritualmente sólo en el caso de que comiencen por ayudar
a otros a superar el dolor y el sufrimiento…
Acerca de Lo Humano – Buenos Aires 1983 / Habla Silo, pág. 75
… Estudiemos la segunda cuestión, es decir: el propio registro de la humanidad en otros.
En tanto registre del otro su presencia “natural”, el otro no pasará de ser una presencia
objetal, o particularmente animal. En tanto esté anestesiado para percibir el horizonte
temporal del otro, el otro no tendrá sentido más que en cuanto para-mí. La naturaleza del otro
será un para-mí. Pero al construir al otro en un para-mí, me constituyo y me alieno en mi propio
para-sí. Quiero decir: “Yo soy para-mí” y con esto cierro mi horizonte de transformación. Quien
cosifica se cosifica, y con ello cierra su horizonte.
En tanto no experimente al otro fuera del para-mí, mi actividad vital no humanizará al
mundo. El otro debería ser a mi registro interno, una cálida sensación de futuro abierto que
ni siquiera termina en el sin sentido cosificador de la muerte.
Sentir lo humano en el otro, es sentir la vida del otro en un hermoso multicolor arco iris, que
más se aleja en la medida en que quiero detener, atrapar, arrebatar su expresión. Tú te
alejas y yo me reconforto si es que contribuí a cortar tus cadenas, a superar tu dolor y
sufrimiento. Y si vienes conmigo es porque te constituyes en un acto libre como ser
humano, no simplemente porque has nacido “humano”. Yo siento en ti la libertad y la
posibilidad de constituirte en ser humano. Y mis actos tienen en ti mi blanco de libertad.
Entonces, ni aun tu muerte detiene las acciones que pusiste en marcha, porque eres
esencialmente tiempo y libertad. Amo, pues, del ser humano su humanización creciente. Y en
estos momentos de crisis, de cosificación, en estos momentos de deshumanización, amo
su posibilidad de rehabilitación futura.
Conferencia Humanizar la Tierra – Reykjavik 1989 / Habla Silo, pág. 119
…El primer libro, titulado La mirada interna, trata sobre el sentido de la vida. El tema principal
que se estudia es el estado de contradicción y se aclara que el registro que se tiene de la
contradicción en la vida es el sufrimiento; que la superación del sufrimiento mental es
posible en la medida en que se oriente la propia vida en acciones no contradictorias y que
estas acciones son aquellas que van más allá de lo personal y se dirigen positivamente a
otras personas.
…. En resumidas cuentas, El paisaje interno trata sobre el sentido de la vida con referencia a la
lucha contra el nihilismo en el interior de cada ser humano y en la vida social y exhorta a que esta
vida se convierta en actividad y militancia al servicio de la humanización del mundo. Como
puede comprenderse, en este libro no se habla de soluciones simplemente personales ya
que éstas no existen en un mundo social e histórico. Quienes piensan que sus problemas
personales pueden ser solucionados con una suerte de introspección o técnica psicológica
cometen un gran error porque es la acción hacia el mundo y hacia las otras personas,
desde luego la acción con sentido, la que permite salir hacia todas las soluciones….
Contribuciones al Pensamiento – Buenos Aires 1990 / Habla Silo, pág. 131
(Psicología de la Imagen)
Por consiguiente, una futura teoría de la acción habrá de comprender cómo es ésta posible desde
su más elemental expresión, cómo es que la actividad del ser humano no es simple reflejo de
condiciones y cómo es que esta acción al transformar al mundo transforma también a su
productor. Las conclusiones a que se arribe no serán indiferentes, como tampoco lo serán las
direcciones que se acometan, no solamente desde el punto de vista de una ética futura sino desde
la perspectiva de las posibilidades del progreso humano.
(Discusiones Historiológicas)
El hecho de que el ser humano no posea una “naturaleza” del modo en que la tiene cualquier
objeto, el hecho de que su intención tienda a superar las determinaciones naturales muestra su
historicidad radical. Es el ser humano el que se constituye y se construye en su acción-en-elmundo
y con ello dota de sentido a su transcurrir y al absurdo de la no intencional
naturaleza. La finitud, en términos de tiempo y espacio está presente como primera
condición absurda, sin sentido, que la naturaleza impone a la vida humana con claros
registros de dolor y sufrimiento. La lucha contra ese absurdo, la superación del dolor y el
sufrimiento, es la que da sentido al largo proceso de la historia.
Pensamiento y obra literaria – Santiago 1991 / Habla Silo, pág. 163
Necesariamente, aquellos que han reducido la humanidad de otros, han provocado con eso nuevo
dolor y sufrimiento, reiniciándose en el seno de la sociedad la antigua lucha contra la adversidad
natural, pero ahora entre aquellos que quieren “naturalizar” a otros, a la sociedad y a la Historia y,
por otra parte, los oprimidos que necesitan humanizarse humanizando al mundo. Por esto
humanizar es salir de la objetivación para afirmar la intencionalidad de todo ser humano y el
primado del futuro sobre la situación actual. Es la representación de un futuro posible y
mejor lo que permite la modificación del presente y lo que posibilita toda revolución y todo
cambio...
...Esta lucha no es entre fuerzas mecánicas, no es un reflejo natural; es una lucha entre
intenciones humanas.
...Finalmente, en cuanto al sentido de los actos humanos, no creemos que sean una convulsión sin
significado, una “pasión inútil”, un intento que concluirá en la disolución del absurdo. Pensamos
que la acción válida es aquella que termina en otros y en dirección a su libertad. Tampoco
creemos que el destino de la humanidad esté fijado por causas anteriores que invalidarían todo
posible esfuerzo, sino por la intención que haciéndose cada vez más consciente en los pueblos, se
abre paso en dirección de una nación humana universal.
Qué entendemos hoy por Humanismo Universalista – Argentina 1994 / Habla Silo, pág. 239
Párrafo final
… Por otra parte, no estamos nosotros para pontificar acerca de quién es o no es un humanista
sino para opinar, con las limitaciones del caso, acerca del Humanismo. Pero si alguien nos exigiera
definir la actitud humanista en el momento actual le responderíamos en pocas palabras que
“humanista es todo aquel que lucha contra la discriminación y la violencia, proponiendo
salidas para que se manifieste la libertad de elección del ser humano”.
La Mirada Interna – 1972
Cap. XlX: Los Estados Internos
12.- Si en la explanada logras alcanzar el día surgirá ante tus ojos el radiante Sol que ha de
alumbrarte por vez primera la realidad. Entonces verás que en todo lo existente vive un Plan.
13.- Es difícil que caigas desde allí salvo que voluntariamente quieras descender hacia
regiones más oscuras para llevar la luz a las tinieblas.
El Paisaje Interno – 1981
Cap. 7 Dolor, Sufrimiento y Sentido de la Vida

6. No cumplirás con tu misión si no pones tus fuerzas en vencer el dolor y el sufrimiento en
aquellos que te rodean. Y si logras que ellos, a su vez, emprendan la tarea de humanizar al
mundo, abrirás su destino hacia una vida nueva.
Cap 9 Contradicción y Unidad
26. Si quieres crecer ayudarás a crecer a quienes te rodean. Y esto que afirmo, estés o no
de acuerdo conmigo, no admite otra salida.
Cap. 10 La acción válida
5. Todo fenómeno que hace retroceder el sufrimiento en otros se registra en quien lo
produce como un acto válido, como un acto de unidad.
Cap.15 Dar y Recibir
...Recuerda los mejores momentos de tu vida y comprenderás que siempre estuvieron
relacionados con un dar desprendido. Esta sola reflexión debería ser suficiente para
cambiar la dirección de tu existencia... Pero no será suficiente.
9. «Amar la realidad que se construye» no es poner como clave del mundo la solución a los
propios problemas.
10. Terminemos esto: ¿quieres sobrepasar tu contradicción profunda? Entonces produce
acciones válidas. Si ellas son tales, será porque estás dando ayuda a quienes te rodean
Cap.17 El Guía Interno
11. Importa pues que dirijas tu atención a las mejores cualidades de las demás personas
porque impulsarás hacia el mundo lo que hayas terminado de configurar en ti.
El Mensaje de Silo (versión 2007)
El Camino
... Si no eres indiferente al dolor y sufrimiento de los demás, debes hacer que coincida lo
que sientes con lo que pienses y hagas para ayudar a otros.
Libro de la Comunidad (edición 2009)
Anexo II, Carta para un mundo sin violencia. El Punto 7
Séptimo: ... La educación en la paz, la promoción de la no-violencia y el énfasis en la
compasión como cualidad innata deben ser parte esencial de los programas educativos a
todos los niveles.
Manual de Temas Formativos y Prácticas para Mensajeros
Seminario sobre la Regla de Oro y las acciones transformadoras. Comentarios (pág. 121)
Acá podemos ver cómo el trato del otro hacia nosotros y el trato experimentado en nuestra relación
con ese otro nos ha cambiado y continúa actuando en nosotros, transformando nuestras acciones
hacia otros. En cierto sentido podemos ver cómo la Historia, el gran acumulador y transformador
de las acciones realizadas por quienes nos precedieron, continúa hoy en nosotros. Comprender
esto puede despertar en nosotros una nueva compasión y tolerancia. Y así como “nadie” ha
de ser culpado por la desgracia actual tan extendida, cada persona asumirá, o no, como
responsabilidad personal el ayudar a transformar los procesos destructivos en fuerzas que
favorezcan la vida.

D. Otros autores siloístas.
La regla de oro y la compasión
Guillermo Sullings. 16 junio 2011
Respuesta a una consulta sobre el tema de la compasión, en relación a su monografía La
Internalización sobre la Moral.
Podríamos decir que la Compasión tiene que ver con ese registro que tenemos al ponernos en el
lugar del otro, paso necesario para poder aplicar el principio de tratar al otro como quisiéramos ser
tratados. El trato al otro es una acción hacia el otro, pero previo a la acción, hay un estado interno
desde el cual surge esa acción, y si ese estado interno es la compasión, el acto será acorde a la
Regla de Oro.
No se trata de solamente de tratar al otro pensando en cómo nos gustaría que nos traten a
nosotros en situación similar, porque tal vez las necesidades del otro en una determinada
circunstancia, difieren de las que yo supongo que tendría. Es necesario el ejercicio de ponerse en
el lugar del otro, claro que eso no es un mero ejercicio intelectual o imaginativo, sino que es a
partir de registrar lo humano del otro y desde allí tratar de sentir lo que el otro siente.
Podemos citar al respecto lo expuesto en la monografía “Internalización de la Moral” sobre la
Regla de Oro.
“La Regla de Oro”
El principio de “Tratar a los demás como uno quiere ser tratado”, es sin duda la más elevada
norma moral que puede proponerse el ser humano, y no en vano es la regla de oro propuesta en
numerosas religiones. Su propia enunciación no debiera dar lugar a dudas, aunque nunca faltan
los amigos de las sofisticaciones intelectuales que puedan cuestionar el enunciado, argumentando
que daría lugar a que cada cual proyecte sobre otros su propia subjetividad de lo que es tratarse
bien. Tal relativismo intelectual no es más que la consecuencia de una interpretación meramente
formal del principio, como también puede ser formal muchas veces su intento de aplicación.
Podríamos decir que este principio, contiene a la vez la moral del para-si y la moral del para-otro,
incluyéndolas en un mismo acto en el que uno se humaniza humanizando a otros.
Porque cuando alguien se somete, ya sea por temor, o por autocensura, a la moral externa, y así
su acción externa termina siendo aparentemente buena para otros, tal externalidad del acto
oprime al actor, quien se cosifica y se anula como ser, al volverse reflejo de lo externo. Y
simultáneamente cosifica y deshumaniza a los demás, al relacionarse con ellos como meros
cancerberos de su prisión de moral externa.
A su vez, quien en nombre de su propia “libertad”, maltrata a otros por autoafirmarse en sus
propias compulsiones individuales, o es indiferente ante el maltrato de otros, compenetrado en su
egoísta individualismo. Entonces, está cosificando a otros, y los está deshumanizando, como si
fueran meras prótesis de su voluntad, y a la vez se está deshumanizando a sí mismo, al
autoafirmarse en su naturaleza darviniana, y no su intencionalidad humana.
Queda claro entonces que la aplicación de este principio, requiere de un constante interactuar
entre el contacto con lo humano en uno, y lo humano del otro. Necesariamente debo atender mi
interior y debo atender al otro. Esa atención permite una reactualización permanente en la
estructura de la memoria, de la imagen de mí mismo y de la imagen del otro; imágenes que desde
luego no son neutras, sino que tienen cargas emocionales.
Es claro que aquello de “ponerse en el lugar del otro”, no es posible de manera literal, ya que no
puedo registrar lo que el otro está registrando; pero sí puedo captarlo a través de indicadores, a
veces notorios, a veces sutiles, en tanto y en cuanto esté atento al otro, y no enfrascado en mis
compulsiones, para lo cual a la vez debo estar atento a mi interior. De ese modo, me represento

que estoy en el lugar del otro, y entonces puedo conectar con una sensibilidad que si bien es
propia (por eso la puedo sentir), la reconozco también en el otro, y esa coincidencia me pone en
sintonía con lo humano de ambos. Esa sintonía con lo humano de ambos, es lo que me permite
encontrar, para cada particular situación, el modo de actuar de acuerdo al principio. Es esa
sintonía la que me permite tratar al otro como quiero ser tratado, y no un manual de instrucciones.
Y esa sintonía me humaniza a mi, humanizando al otro, porque todo ocurre dentro mío, aunque
desde luego tenga consecuencias afuera, mediante acciones o gestos.
Se podría argumentar, que si ese registro que tengo de la humanidad del otro, pasa a ser parte de
mis representaciones, y es una reelaboración interna en memoria, con los nuevos datos
sensoriales que la actualizan, no deja de ser una visión ilusoria de la realidad. Tan ilusoria como
otras, en todo caso, desde una concepción solipsista. Pero la clave está en que, esa
intencionalidad que debo poner para observar mi interior, porque busco registros de coherencia y
unidad, me permite irme ubicando en otros espacios internos, desde los cuales mi observación del
otro también se torna más sutil y sensible. Y esa búsqueda de coherencia interna, solo es
compatible con la visión humanizadora sobre el otro, y el correspondiente trato. Es decir, que se
va levantando el nivel en el modo de relacionarme con el mundo, y me voy acercando a una
experiencia más estructural de lo que es el interior y lo que es el exterior. Una concepción más
fenomenológica, si se quiere.
Seguramente que el ejercicio de “ponerse en el lugar del otro”, eso de intentar sentir lo que siente,
si se intentara no desde la doble atención (interna y externa), sino desde un ensimismamiento en
las propias representaciones internas, podría terminar en conductas bastante desatinadas. Como
el caso de esos obsesivos que creen ver en otros significados que proyectan desde su interior.
Por eso es importante que el verdadero motor en todo esto sea la búsqueda de esa coherencia
interna, de esa unidad, que se construye en la dinámica de relación con el mundo.
El tema es, cómo se puede poner en marcha esa intención, a través de una propuesta moral.
Porque posiblemente alguien que busque su unidad interna, de hacerlo con dedicación, llegaría a
sintonizar con la Regla de Oro, aunque nunca la hubiese escuchado. Y a su vez pasa, que
muchos de quienes la han escuchado, aunque la consideren apropiada, no la internalizan como
para sentir la necesidad interna de aplicarla, como acto de unidad.”
Desde luego que en algunas religiones se ha ido confundiendo el concepto de compasión, con el
de la “afectación interna” que nos produce a veces el dolor ajeno, y vinculando ese registro con las
acciones de caridad.
Esa es por una parte una simplificación del concepto, al vincular a la compasión solamente con los
estados de sufrimiento manifiesto del otro. Desde luego que la compasión incluye el ponerse en el
lugar del otro referido a esos estados, pero no solamente. Muchas veces uno puede sentir
compasión al ponerse en el lugar del otro en cuestiones más cotidianas, lo que nos lleva a una
plena reconciliación y hasta un registro lúdico en la observación del comportamiento humano.
Poniéndome en el lugar del otro, puedo comprender desde donde actúa el obstinado, el
caprichoso, el celoso, el envidioso, el egoísta, el miedoso, el competitivo, etc., y entonces ya no
siento sus acciones como “contra mi”, sino que puedo registrar desde donde actúa, desde sus
temores, desde sus inseguridades, desde su biografía, etc., y entonces registro lo humano, y todo
es más llevadero. Y no estamos entonces hablando sólo de graves desgracias, sino de situaciones
más cotidianas en las que puedo registrar la compasión.
A su vez, esa concepción de la compasión un tanto distorsionada por algunas religiones, también a
veces la suele confundir con un estado mucho más débil (frente a la fortaleza interna que implica el
sentimiento de compasión). Y esa debilidad tiene que ver más con una identificación por el dolor
del otro, como una suerte de contagio, en la que el contagiado es invadido por el temor de que le
pudiera pasar a él lo que le pasa al otro, y desde allí, o bien mira para otro lado, o bien busca
“redención” en un gesto de ayuda hacia el otro. Pero ese gesto de ayuda tiene más que ver con

“sumar créditos” para la propia indulgencia, ante el temor a estar como el otro, que con la
verdadera compasión. Posiblemente Nietzsche se refiriera a esa falsa compasión en la cita que de
él hacemos en la Monografía:
“Nietzsche por su parte, confronta y replantea con profundidad y osadía las arraigadas
concepciones del bien y del mal. En su “Genealogía de la Moral” se ocupa de demoler la moral
judeo-cristiana, creyendo encontrar en ella un trasfondo de resentimiento, bajeza, mediocridad,
impotencia y sumisión, disfrazados de aparentes virtudes, como la humildad, la compasión y la
bondad. Nietzsche encuentra en esa moral, para él culposa y pusilánime, una suerte de
enfermedad social que impide que el ser humano logre su plena magnificencia y desarrolle su
verdadera potencialidad, a la vez que reivindica los verdaderos y elevados valores morales de una
suerte de “nobleza” de seres vitales y superiores.”
Desde luego que si bien esta visión de Nietzsche ayuda a comprender el trasfondo de la falsa
compasión, también conlleva el riesgo de descalificar toda compasión, llevándonos a la
desconexión emotiva (para bloquear la identificación), y creer que hemos superado tales bajezas
siendo insensibles al dolor ajeno, pudiendo entonces hasta provocar dolor y sufrimiento en otros
de manera despiadada, y creyendo que eso es un mérito.
La verdadera compasión no es débil ni pusilánime, implica fortaleza interna y un centro de
gravedad interno inexpugnable; pero tal fortaleza solo es posible en comunión con la sabiduría y la
bondad, y ello implica poder ponerse en el lugar del otro, y actuar en consecuencia de acuerdo a la
Regla de Oro.
Breve nota sobre nuestro amor y nuestra compasión.
Fernando García, 21 junio 2008
Esta nota sirve para dar un encuadre rápido a estos dos términos tan vapuleados por distintas
interpretaciones diferentes a la nuestra.
En una ocasión1 Silo definió brevemente al amor como “dirección hacia el otro” y a la compasión
como “ponerse en el lugar del otro”.
Con respecto al amor: “dirección hacia el otro” quiere decir que uno establece la relación con el
otro en términos de “dar” como primario, donde lo que importa es el otro. Contribuir a la felicidad y
la libertad del otro actúa como referencia principal de ese amor. El “dar” desinteresado es propio
de la acción válida, tal como se la define en nuestros materiales bibliográficos. Ver Humanizar la
Tierra, Charlas de Canarias2, etc. En todo caso, sea cual fuere la definición que se use, no se
admite entender al amor fuera del contexto dado por Los Principios de la Acción Válida. En
“Acerca de lo humano”3 esto se expresa en términos muy claros:
“Sentir lo humano en el otro, es sentir la vida del otro en un hermoso multicolor arco iris, que más
se aleja en la medida en que quiero detener, atrapar, arrebatar su expresión. Tú te alejas y yo me
reconforto si es que contribuí a cortar tus cadenas, a superar tu dolor y sufrimiento. Y si vienes
conmigo es porque te constituyes en un acto libre como ser humano, no simplemente porque has
nacido «humano». Yo siento en ti la libertad y la posibilidad de constituirte en ser humano. Y mis
actos tienen en ti mi blanco de libertad.”
Esto no impide que quien ama se “beneficie” con los registros unitivos que tal acto produce, pero
esto no quita nada de la validez del acto cuyo primario está puesto en el “dar” sin el cálculo de la
retribución.
Quien “ama” al otro primariamente en función de su propio beneficio, de la retribución, de algún
modo querrá controlar la subjetividad del otro y por lo tanto cosificarlo.
Más allá del acierto o error en la expresión del amor o de la correspondencia con su destinatario, el
acto de amar –tal como lo entendemos– nos pone en una condición psicológica de apertura más allá

del propio yo y de comunicación positiva con los demás. Tratándose de un acto definido en estos
términos, será engañoso e inútil tratar de “reglamentar” o “legislar” sobre acciones específicas vistas
por otro que no sea quien las realiza. Esto es igual a lo que sucede con las acciones válidas, que
son tales por los registros que las acompañan, y no por respuestas codificadas de antemano por
alguien que no sea quien las realiza. Como sucede con la ética de la acción válida, el amor también
admite un perfeccionamiento en base a la experiencia y la reflexión sobre ella. Asimismo, el amor
puede lograr una amplitud mayor que la de una sola persona como destinatario. Aunque ello no se
logre completamente, la dirección mental que supone es de por sí positiva.
Con respecto a la compasión: el “ponerse en el lugar del otro” también implica una apertura más
allá del propio yo, y una comunicación positiva con los demás. Se trata de un acto parecido,
aunque no igual, a lo que vulgarmente se conoce como empatía4 en el sentido de sentir al otro por
dentro, de experimentar lo que experimenta el otro. Es como un acto de representarse en la propia
conciencia la condición en que, según el caso, se encuentra, se encontró, se encontrará o se
encontraría el otro. Si bien esta representación o “resonancia” es interpretativa, y por lo tanto
subjetiva, eso no quita que el acto mismo efectivamente saca del propio aislamiento e
individualismo egoísta. En todo caso, esta percepción subjetiva del otro podrá irse perfeccionando,
así como las acciones que de ella se deriven. Así como el amor, la compasión es un acto de
carácter “centrífugo”, y no “centrípeto”.
También en la cita de “Acerca de lo humano” encontramos referencias a ese ponerse en el lugar
del otro. Silo dice: “Sentir lo humano en el otro, es sentir la vida del otro….” y “Yo siento en ti la
libertad y la posibilidad de constituirte en ser humano”.
Es una manera de dotar de sentido positivo a la representación del otro en la propia conciencia, y
por cierto este tipo de representación del otro orientará la conducta en sentido positivo.
Dice Silo en una de sus charlas5: “Existe la idea de compasión como trasfondo de todo esto. De
esa acción que no termina en uno sino que llega al otro. Me ha parecido ver que no se considera
al sufrimiento que uno pueda tener, sino que la preocupación está puesta en el sufrimiento que
pueda tener el otro.”
“No es la sabiduría la que puede hacer al hombre superar el propio sufrimiento. Puede haber un
recto pensamiento y una recta intención, pero puede faltar una recta acción. No hay recta acción si
no está inspirada por la compasión. Esta actitud humana básica de compasión, esto de que el acto
humano vaya hacia el otro, es la base de todo crecimiento individual y social.”
“Pero el recto camino debe transitarse en lo inmediato: en la compasión, en ayudar a superar el dolor.”
Así, aunque diferentes, la compasión y el amor son actos que se imbrican mutuamente. Se puede
argumentar que en algunos casos es evidente que no puede darse el acto de amor si no está
acompañado por la compasión. Por cierto, la compasión implica una predisposición, expresada en
acción o no, de “dar”, de ayudar al otro. Dice Silo: “Si nos sentimos como él, sentimos una cosa
cálida con él, una cercanía con él que nos induce a solucionar los problemas de él. La compasión
lleva necesariamente a buscar las salidas de los problemas del otro exactamente como si fueran
problemas míos.”6
Y sobre el “para qué” de estos dos actos de amor y compasión, Silo nos dice7:
“¿Cuál es la condición necesaria para que demos este mensaje?
“Querer al ser humano. Aquel que de entre nosotros no sienta amor, o como mínimo, no quiera al
ser humano, no debe afrontar estos trabajos. Puede quererse mucho a sí mismo, puede querer
mucho a sus problemas, como paradójico, querer a los propios problemas. Tal vez esté muy
preocupado porque si come esto le hará mejor que si come lo otro, si respira este aire o respira el
otro, si se queda en la ciudad si se va al campo, si toma este objeto o toma el otro, ¿no es cierto?
Tal vez esté muy preocupado centrípetamente, pero claro, este no es el sentido de nuestro mensaje.

“No perece ser buena condición para los demás, mi preocupación continua por el aire que respiro,
la digestión que hago. ¿Ah? Son cosas necesarias para la vida. Pero estamos hablando de una
condición que pone fuerte primacía en los demás. Es importante la condición básica de querer a
otros. Estas no son actividades para egoístas. Estas no son actividades para personas que
interpretan al mundo, al servicio de ellos. Estas no son actividades que responden a los esquemas
que hoy existen y que han trabajado sobre nosotros sin que nosotros lo advirtamos.”
Y esa condición de partida no podrá quedar aislada en nosotros como cuestión individual; sino que
sus consecuencias se plasmarán también en lo que hagamos con ella.
“Por todo esto, si tu misión consiste en humanizar la tierra, fortalece tus manos de noble labrador.” 8
Notas
1 Apuntes de charla Encuadre de oficios y disciplinas (1974).
2 La Acción Válida –(Las Palmas de Gran Canaria, España, 29/09/78)–Charla ante un grupo de
estudios–Silo–Obras Completas Vol. 1.
3 Acerca de lo humano –(Tortuguitas. Buenos Aires, Argentina, 01/05/83)–Charla ante un grupo de
estudios–Silo–Obras Completas Vol. 1.
4 Empatía: identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.
5 La colectividad agrícola de Sri Lanka –(Colombo, Sri Lanka, 20/10/81)–Intercambio con la Sanga
budista en Sarvodaya–Silo– Obras Completas Vol. 1.
6 Charla de Silo con Mensajeros –Bomarzo, 3/09/05.
7 Seminarios en España (Madrid, 03/11/1980).
8 Humanizar la Tierra. El Paisaje Interno. XI. Proyección del Paisaje Interno, 6. Silo - Obras
Completas Vol. 1.
El Ser Humano en las puertas del nuevo milenio. El Humanismo Budista y el nuevo
Humanismo.
Salvatore Puledda, Un Humanista Contemporáneo. Virtual ediciones 1998. Extractos Pág. 267 y sig.
...Y es sobre este punto que tratará mi presentación. Ilustraré asimismo los remedios que el Nuevo
Humanismo propone para afrontar esta crisis global y, siempre en tema, presentaré algunos
aspectos que acercan nuestra doctrina al budismo. Me refiero a la idea de compasión hacia
el sufrimiento de todos los seres y nuestro acto moral que se sintetiza en la frase “Trata a
los demás como quieres que te traten”...
...Superar la violencia significa extirpar la raíz del deseo. Como ya sabemos, este es un largo y
arduo camino que comienza con purificar y elevar los deseos. Que comienza repudiando toda
forma de violencia, que comienza esforzándose por ir hacia los demás, ocupándose de otros,
ayudando a otros a superar su dolor y sufrimiento. ¿No es esto lo que el budismo llama
compasión por el sufrimiento de todos los seres? ...
...Por este camino nos guía un principio moral antiguo, tanto como la civilización del
hombre: “Trata a los demás como quieres que te traten”. Teniendo este principio como
base tratamos de llevar adelante nuestras actividades, a veces con errores y a veces
avanzando, pero conscientes de que dedicándonos a los demás y yendo más allá de
nuestro egoísmo, podremos curar nuestro sufrimiento.
Apuntes informales
Charla de Karen Rohn. New York 2003
El sentimiento del Mensaje es Dar.
La ceremonia de Reconocimiento es lo que nos guía.
La compasión pone en movimiento un nuevo proceso humano...

Presentación de El Mensaje 2008
Eduardo Gozalo
…Y a uno también lo ayuda esta experiencia, le ayuda a uno a crecer como ser humano, a abrir el
corazón: para que se exprese la bondad, para que se exprese el amor, para que se exprese la
compasión.
Charla conferencia sobre El Mensaje
Marcos Pampillón, 26 agosto 2009
... En efecto, el interés o, incluso, la incógnita por el rumbo de nuestra existencia ha sido tema de
reflexión y preocupación en la historia de la humanidad. Buscado por la filosofía, la mística, el
hombre común, la ciencia, y alegorizado de diferentes maneras por el arte de todos los pueblos, ese
sentido que dota a nuestra vida de coherencia, que se puede experimentar como amor y
compasión en la relación con los demás, que se puede experimentar también en la
superación del sufrimiento en uno y en otros, ese sentido que siempre va ligado a la vivencia
de un futuro abierto, esencial, más allá de los sentidos provisionales, es la piedra angular para
construir relaciones y sociedades solidarias y no violentas. Es la materia prima para cimentar una
dirección mental, tanto individual como socialmente, capaz de convertirse en un estilo de vida… un
estilo de vida cuya ética existencial, cuyo valor central, sea el tratar a los demás como uno
quiere ser tratado… esa Regla de Oro tan antigua como universal… y siempre vigente.
El Budismo en Camboya
Extracto de la Monografía de Marcos Pampillón
…Cantar los sutras orienta la mente hacia la iluminación y la aleja del engaño y el sufrimiento que
le acompaña.
1. Por el poder de la verdad. Los sutras son expresiones de la mente iluminada, recitados por el
Buda. Recitar los sutras inclina la mente hacia la verdad iluminada.
2. Por el poder del amor. Los sutras son enseñanzas del Buda compasivo e inclinan la mente
hacia la compasión y el amor.
3. Por el poder de la virtud. Los sutras son expresiones de un ser noble e inclinan la mente hacia la
virtud, acompañada por el bienestar y la felicidad.
4. Por el poder del sonido. El poder del sonido fija diversos niveles de vibraciones que tienen la
poderosa capacidad de curar en una serie de niveles, tanto físicos como mentales.
La entrada a lo profundo en Buda
Extracto de la Monografía de Hugo Novotnik
Según la leyenda, lograda la completa iluminación, la mente del Buda Gotama vuelve a ser
acechada por Mara, quien intenta retenerlo en estado de éxtasis e introducirle la duda acerca de la
posibilidad que otros comprendan la enseñanza. Pero el Buda se sobrepone nuevamente a su
influencia y, movido por una profunda compasión hacia todos los seres, resuelve
convertirse en Maestro y difundir la Enseñanza.
(Síntesis) …Así como también en el contacto mismo con lo Profundo, el Nirvana, son claras las
referencias a las estructuras de conciencia inspirada que lo acompañan, en especial a la
experiencia de Reconocimiento. La posterior Proyección de este Contacto, movida por la
compasión hacia todos los seres, para volver a otros en dirección a lo Profundo, llega
históricamente a convertir la Enseñanza del Buda en religión universal.

E. Diccionario del Nuevo Humanismo: palabras relacionadas
CARIDAD
(del lat. caritas). Para algunas corrientes filosóficas y religiosas, es sinónimo de “compasión”.
Calidad moral que practica el amor activo dirigido a todos los seres necesitados, ante todo
los seres humanos. Comprende el sentir el dolor del otro como dolor propio y la intención
de prestar la ayuda y cooperación correspondientes. Es parte del fundamento ético de todas
las religiones universales.
Distintas actividades del humanitarismo (*), también están movidas por sentimientos de c.
HUMANITARISMO
Actividad práctica mediante la cual se trata de solucionar problemas puntuales de individuos o de
conjuntos humanos. El h. no pretende modificar las estructuras de poder, pero muy
frecuentemente ha llevado a la conformación de estilos de vida muy valiosos desde el punto de
vista del compromiso con las necesidades inmediatas del ser humano. Todas las acciones de
solidaridad son, en mayor o menor grado, casos de h. (* Altruismo y Filantropía).
ALTRUISMO
(del fr. altruisme). Esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio, y por motivos
puramente humanos. Se trata del servicio al bienestar de los otros, de la disposición al sacrificio de
los intereses personales en aras del beneficio de los demás.
Esta palabra fue introducida en el lenguaje científico y filosófico por Comte, utilizándola para
constituir la doctrina moral del Positivismo. En la experiencia del a. Comte vio, además, un criterio
de experiencia capaz de oponerse al egoísmo cotidiano y también al egoísmo como factor de
progreso, defendido por el Liberalismo. El a., así como la solidaridad (*) y la reciprocidad (*), son
propios de la ética humanista, porque estas actitudes contribuyen al progreso del género humano,
a la solución favorable y justa de los conflictos interpersonales y sociales.
FILANTROPÍA
En su origen, amor al género humano. En la práctica, ya en el siglo XVII comenzaron a surgir
diversas asociaciones de filántropos. Las sociedades filantrópicas se desarrollaron tratando de
paliar situaciones de miseria muy puntuales y luego fueron tomando un carácter progresivo de
solidaridad a veces internacional. En la actualidad, muchas organizaciones humanitarias
reconocen a la f. como la actitud personal primaria que congrega a sus miembros.
HUMANIDAD
(del lat. humanitas: género humano). Sensibilidad, compasión de las desgracias de nuestros
semejantes…
AMOR
(del lat. amorem). Afecto que mueve a buscar un bien verdadero o imaginario y desear su
posesión. La palabra a. tiene sentidos muy diversos, pero representa una inclinación hacia alguien
o algo. Se considera como una especie de a. el esmero con que se trabaja una obra deleitándose
con ella. Por otro lado, así se designa a la pasión de los sexos y a la relación con la persona
amada.
…Los humanistas consideran al a. como una fuerza psicológica fundamental que asegura la ayuda
mutua y la solidaridad (*) entre los seres humanos por encima de las fronteras establecidas entre
los grupos sociales y los estados.

SOLIDARIDAD
(del lat. solidus: sólido). Comprensión de la comunidad de sentimientos, intereses e ideales u
objetivos comunes y acciones correspondientes... En la actualidad se manifiesta cada vez más
como un imperativo moral para la ayuda y apoyo colectivo de las víctimas de cataclismos naturales
y sociales, víctimas de todo tipo de injusticias y violencias. Tal es la interpretación de la s. en la
conciencia humanista contemporánea que no separa unos de otros, sino que tiende a unir a todos
los seres humanos motivando en ellos acciones solidarias.
REGLA DE ORO
Principio moral, muy difundido entre diversos pueblos, revelador de la actitud humanista (*).
Damos a continuación algunos ejemplos. Rabino Hillel: “Lo que no quieras para ti no lo hagas a tu
prójimo”. Platón: “Que me sea dado hacer a los otros lo que yo quisiera que me hicieran a mí”.
Confucio: “No hagas a otro lo que no te gustaría que te hicieran”. Máxima jainista: “El hombre debe
esforzarse por tratar a todas las criaturas como a él le gustaría que le tratasen”. En el cristianismo:
“Todas las cosas que quisierais que los hombres hicieran con vosotros, así también haced
vosotros con ellos”. Entre los sikhs: “Trata a los demás como tú quisieras que te trataran”. La
existencia de la r. de o. fue comprobada por Heródoto en distintos pueblos de la antigüedad. Para
el N. H. la r. de o. constituye la base ética de toda acción personal y social.
Recopilación actualizada al 25 de junio 2011.
Andrés K.


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